La jugadora Issakha Marie Diallo participa en un mini torneo de Scrabble. Luego de ser obligados a la virtualidad, muchos jugadores compiten ahora en pequeños torneos. Foto de Seyllou / AFP
La jugadora Issakha Marie Diallo participa en un mini torneo de Scrabble. Luego de ser obligados a la virtualidad, muchos jugadores compiten ahora en pequeños torneos. Foto de Seyllou / AFP | Foto: AFP

Juegos y costumbres

Más que un juego: el Scrabble se desconfina en Senegal y vuelven las partidas cara a cara

El desconfinamiento ha congregado de nuevo a miles de senegaleses en un espacio físico en torno a un pasatiempo que antes que eso es una tradición en el país africano.

Monique Ngo Mayag * AFP
14 de julio de 2021

Durante los momentos más complicados de la pandemia de covid-19, los jugadores de Scrabble de Senegal se tuvieron que conformar con partidas en internet para saciar su hambre de juego. Pero desde hace unas semanas, pudieron volver a las apasionantes partidas cara a cara.

Durante el campeonato celebrado un sábado a finales de junio en la localidad de Bambilor, a unos 40 km de Dakar, los jugadores son incluso más numerosos de lo esperado.

“Hacen falta más tableros”, afirma algo asustado el presidente de la federación senegalesa de Scrabble, Malick Ndiagne.

Estaban previstas 15 para los 30 jugadores inscritos pero el día del torneo se presentaron finalmente 52. La mayoría se conocían ya por haber jugado en línea, pero se encontraron por primera vez frente a frente.

“Wesh”, “wads”, “ska”, “fol”... durante unas diez horas, los jugadores intentan vencer a su contrincante alineando palabras con letras de diferentes valores, de 1 a 10 puntos, sobre las 225 casillas del célebre juego de mesa creado en los años 1930.

“Durante la pandemia, el Scrabble estaba muerto. Solo pudo sobrevivir gracias a los clubes virtuales”, resalta durante un breve discurso antes de comenzar las partidas Madické Fall, el decano de este juego en Senegal a sus 65 años y 40 de juego.

Larga tradición

A pesar de que los casos de coronavirus volvieron a aumentar en Senegal desde finales de mayo, incrementando las dudas sobre la continuidad de la práctica de este juego mental, la federación senegalesa, creada en los años 80, desea mantener una larga tradición que le valió numerosos premios internacionales.

El país francófono del oeste de África cuenta con grandes nombres del Scrabble como Ndongo Samba Sylla, campeón del mundo de la categoría blitz (rápida) en 2002, y triple campeón del mundo por parejas (2000, 2007, 2016).

Además, Senegal fue varias veces campeón de Scrabble del África francófona por equipos. Acaba de terminar cuarta de la competición continental, detrás de Camerún, campeón de la edición de 2021 que tuvo lugar en mayo en Dakar.

“El Scrabble me permite aprender mejor el francés y expresarme mejor, porque en familia o con amigos, en Senegal, hablamos sobre todo en wólof”, explica uno de los participantes, Ahmed Kane, mientras bebe un té azucarado a la sombra de los árboles del liceo de Bambilor donde se celebra el torneo.

Kane, comerciante de Dakar que ya ganó torneos en línea organizados por clubes virtuales como “Pour les passionnés”, “Go-mania” o “Cosa nostra Scrabble”, pasó varias rondas esta vez antes de ser eliminado en cuartos de final.

“El juego cara a cara es más difícil”, considera Malick Diagne, ya que a diferencia de los torneos en internet, los jugadores no se pueden ayudar de un diccionario o del ordenador.

El jugador Mouhamed Sy frente a su tablero, compitiendo en una escuela ubicada en un suburbio de Dakar. Foto de Seyllou / AFP
El jugador Mouhamed Sy frente a su tablero, compitiendo en una escuela ubicada en un suburbio de Dakar. Luego de ser obligados a la virtualidad, muchos jugadores compiten ahora en pequeños torneos. Foto de Seyllou / AFP | Foto: AFP

Premios simbólicos

Fatoumata Diallo, de 27 años, la única mujer que participa en el torneo, explica que vino sobre todo para aprender junto a los “profesionales”.

El ganador del torneo se llama Cheikh Anta Dianka. Con 463 puntos, venció con facilidad a su contrincante en la final (422 puntos), tras haber eliminado en la ronda anterior al actual campeón de Senegal de Scrabble clásico, Mohamed Niang. El premio: un trofeo, un diccionario y una pequeña cantidad de dinero.

“El Scrabble no da nada”, explica Mohamed Sy, que participó en un torneo de la categoría “duplicate” (los participantes están solos con su tablero y tienen las mismas letras que los otros) organizado la semana siguiente en la escuela primaria de Guediawaye, en la periferia de la capital.

“Mi mujer a veces se burla de mí, dice que prefiere la pesca al Scrabble porque el pescador al menos trae comida a casa, y yo no aporto nada”, dice con una sonrisa este hombre de unos cuarenta años.

A pesar de las bromas de su esposa, Sy inició a su hija de 17 años, Issakha Marie Nguyen Diallo, al Scrabble.