PRECIOS E INFLACIÓN
Precios en Colombia, a merced del fenómeno del Niño, que es impredecible; ¿qué esperar de la inflación en 2024?
Pese a que su aparición estaba advertida, el fenómeno climático llegó agresivo con incendios, desabastecimiento de agua y sin bomberos. La inflación, de acá en adelante, dependerá de cómo siga el clima.
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El futuro de los precios de los alimentos y de la energía, dos gastos determinantes en el bolsillo de los hogares, está en manos del fenómeno de El Niño. De él se habló con mucha anticipación, y todo parecía estar preparado para enfrentarlo, pero ha aporreado al país con agresividad, con incendios forestales que pusieron en alerta a 900 municipios, en medio de una escasez de agua y de bomberos. La inflación en Colombia, cuyo comportamiento de enero se conocerá esta semana, lleva nueve meses consecutivos en descenso luego de haberse remontado por encima del 13 por ciento.
Tendencias
El año pasado terminó en 9,28 por ciento, lo que permitió que se abarataran algunos alimentos y se alejara el fantasma de un apagón, al menos en el corto plazo. Ahora la inflación llevó a la junta del Banco de la República a empezar lo que ya parece ser un ciclo de baja de tasas de interés, hasta ahora señaladas como las principales culpables del preocupante freno de la economía.
En la reunión de enero, el equipo directivo del banco central volvió a aflojar un poco más el apretón que venía aplicando con las tasas de interés para controlar la inflación. Quedaron en 12,75 por ciento luego de una segunda reducción consecutiva, de 25 puntos básicos cada una. Y en el horizonte lucen mejor. El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, aspira a que lleguen este año a 8 por ciento, en línea con la expectativa de que la inflación continúe bajando y se estacione en 6 por ciento al cierre de 2024.
Todo depende de la agresividad
Para que se cumpla ese escenario, que podría traer por fin un real alivio a los colombianos, se necesita la ayuda del clima, algo que, con un fenómeno de El Niño en curso, es imprevisible, como se vio ya en Bogotá, donde se desgranaron varios aguaceros después de semanas de altas temperaturas. Por ello, Bonilla centró su atención en el fenómeno climático. Dijo que, pese a los nuevos pronósticos para 2024, presentados en el plan financiero, “con la inflación tenemos todavía la precaución de lo que pueda suceder con El Niño en términos de una posible afectación de las cosechas y si eso puede tener alguna multiplicación en el precio de los alimentos”.
Desde ya, aún sin contar con las pérdidas que dejan las quemas de pastizales en los incendios ocurridos, los ganaderos empezaron a alertar sobre la necesidad de incrementar el precio de la leche, la carne y el queso, pues hay menos pasto para alimentar al ganado y, por consiguiente, produce menos (a menor oferta aumentan los precios).
Y ahora La Niña
Los agricultores, a través de la SAC, el gremio que los asocia, también están con las alarmas encendidas frente a El Niño. Jorge Bedoya, su presidente, retoma lo que dice el Ideam: febrero va a ser un mes duro. “Hay que esperar a ver cómo vendrá marzo y si el fenómeno climático se extiende hasta abril. En algunos casos podría presentarse un retraso en las cosechas, lo que generaría menor oferta de alimentos para el segundo semestre. Todo depende de la agresividad con la que continúe El Niño”.
Tan preocupante es el coletazo del evento seco como el que le seguirá: La Niña. Podría traer lluvias en periodos en los que habitualmente no las hay, enredando aún más el panorama con los productos agrícolas que ya llegan a los mercados con menor calidad (más pequeños y hasta quemados).
Que no se nos vayan las luces
También hay sombras sobre el abastecimiento de energía. Las más visibles las menciona Amylkar Acosta, exministro de Minas, quien se basa en los reportes de niveles de los 23 embalses del país, teniendo en cuenta que el 68 por ciento de la capacidad instalada de generación eléctrica es hídrica.
“La afectación del fenómeno de El Niño en la operación del Sistema Interconectado Nacional (SIN) no se puede subestimar, pues pondrá a prueba, una vez más, su solidez y resiliencia. Con el agregado del nivel actual de los embalses en el 60,6 por ciento (el 23 de enero), 9,6 puntos porcentuales por debajo del nivel del 31 de diciembre, y con aportes hídricos menores en un 50 por ciento al volumen histórico que se registran actualmente, el SIN dependerá cada vez más del parque térmico. Este, a lo sumo, puede satisfacer el 55 por ciento de la demanda”, dice el experto, en medio de la expectativa de que la situación de agua empeore si los meses más críticos de El Niño son marzo y abril. Y eso si no se prolonga hasta junio, como ya se vaticina, sin ser alarmista, pues hay que recordar que el anterior evento climático de La Niña inesperadamente duró tres años.
Se lanzaron las alertas, pero...
La Procuraduría para Asuntos Ambientales dijo que no había excusa para no haber planificado acciones oportunas, pues no se trata de un evento climático sobrevenido.
Desde octubre, esa dependencia de la entidad del Ministerio Público advirtió sobre los riesgos de incendios forestales y posibles desabastecimientos hídricos y energéticos. En estos casos, una situación lleva a la otra. La ola de calor, principalmente en la región Caribe, más la Navidad con su demanda de iluminación ayudaron al incremento en el consumo de energía en diciembre, que subió en un 7,29 por ciento, según XM, el operador del sistema. La preocupación, fuera de que en el mediano o largo plazo se llegue a una menor disponibilidad de recurso hídrico, no se descarta como tampoco se puede dar por descontado un posible riesgo de racionamiento.
Las tarifas de energía siguen asustando
En la mitad está el costo de las tarifas de energía, que tuvieron algo que ver con la pasada escalada de la inflación. Aunque el ministro de Minas, Andrés Camacho, dijo en algunos medios que las tarifas no subirán por el fenómeno de El Niño, en ciudades como Valledupar se han registrado plantones ciudadanos en protesta por los incrementos en las facturas, que, en algunos casos, pasaron de costar 150.000 a 500.000 pesos. Ante esas perspectivas, y luego de los devastadores incendios y altas temperaturas, el Gobierno activó una sala de crisis y expidió un decreto el 27 de enero de 2024 para declarar la existencia de una “situación de desastre nacional, por el término de 12 meses, prorrogables hasta por un periodo igual”. Esa norma -reciente- salió después de 798 eventos relacionados con el fenómeno de El Niño, cuyo inicio oficial se cuenta desde el 3 de noviembre.
Sin tranquilidad absoluta
En diciembre, cuando la inflación total siguió bajando, los analistas de Corficolombiana detallaron el caso de los regulados, dentro de los cuales está la energía. En ese componente, el indicador anual fue de 17,24 por ciento, lo que se constituyó en un nuevo máximo histórico, con 32 puntos básicos más respecto a noviembre. Dicho resultado obedeció principalmente a aumentos en los precios de la electricidad, que, si bien es uno de los 123 artículos de la canasta de productos y servicios con los cuales se mide el índice de precios al consumidor, suma y se junta con otros, como los alimentos. Estos también podrían subir si las altas temperaturas siguen desbocadas o La Niña llega pronto y con mucha lluvia.
De esa manera, aunque es grato ver que las tendencias de la inflación y las tasas de interés cambiaron de dirección, el fenómeno de El Niño sigue ahí, dando la señal de que con la disponibilidad de alimentos y la energía, y, por consiguiente, con los precios, no hay lugar para cantar victoria.