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El turismo enciende motores

Colombia se está convirtiendo en un país atractivo para los extranjeros. Pero mientras no resuelva sus problemas de institucionalidad, seguridad e infraestructura, nunca podrá ser una potencia turística.

28 de abril de 2018

El ocio sigue siendo uno de los grandes motores de la economía mundial. Así lo confirman los ocho años de expansión del sector turístico, que al cierre de 2017 logró movilizar 1.322 millones de viajeros internacionales, un 7 por ciento más que en 2016 de acuerdo con la Organización Mundial del Turismo (OMT).

Las vacaciones no solo han contribuido a la salud y el bienestar de los viajeros, sino de la economía global. El año pasado hizo una contribución enorme al generar 2,6 billones de dólares y 118 millones de empleos directos e indirectos de acuerdo con un informe del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés). Gloria Guevara, presidenta de este gremio, asegura que el gasto turístico representó el año pasado 16 por ciento del crecimiento del consumo global, y pronostica que en 2018 seguirá como uno de los sectores que más le aportan al PIB mundial.

Colombia también ha logrado capitalizar la tendencia al alza del sector. El año pasado recibió 6,5 millones de viajeros, es decir, un 28,2 por ciento más que un año atrás, por encima incluso de las expectativas del gobierno, que estimaba para 2018 la llegada de 5,1 millones de viajeros.

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Este se convirtió también en el tercer generador de divisas para el país, después del petróleo, con unos 13.000 millones de dólares, y el carbón, con algo más de 7.000 millones de dólares. De acuerdo con cifras del Banco de la República, el año pasado ingresaron al país 5.787,7 millones de dólares por servicios turísticos, una cifra que supera incluso los ingresos sumados de las exportaciones de flores, café y banano. Además, el sector contribuyó con 541.500 empleos formales.

La seguidilla de buenas noticias se extendió incluso durante el primer trimestre de este año, cuando el reporte oficial del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo mostró que el país recibió 2,1 millones de visitantes del exterior, es decir, 42,7 por ciento más que en igual periodo del año pasado.

Las expectativas son tan positivas que incluso el economista Mauricio Reina, en un estudio que adelanta para la Cámara Colombo Americana, anticipa que los empresarios de Estados Unidos creen que, después del sector de tecnologías de la información, el turismo es el segundo con mayor potencial para hacer negocios en Colombia. El nuevo centro de pensamiento creado por empresarios colombianos y coordinado por Clarke, Modet & Co. lo confirmó, además, como uno de los sectores clave para impulsar y lograr una economía más competitiva.

Sin duda, estas cifras muestran que este será uno de los grandes motores de la economía en los próximos años. Sin embargo, para capitalizar estas oportunidades el país tendrá que trabajar duro en mejorar la infraestructura, conectividad, bilingüismo, educación, inversión y formalización empresarial porque es claro que no basta con tener un país paradisiaco.

Resolver esos asuntos permitiría lograr resultados como los alcanzados por México o Perú, en donde el turismo aporta el 9 por ciento al PIB en el primer caso y el 7 por ciento en el segundo.

Cosas para mejorar

Si bien el paisaje colombiano ofrece la biodiversidad y los atractivos de un destino con alto potencial, algunas barreras frenan el desarrollo del sector. Un estudio sobre tendencias globales de turismo de Hosteltur, citado recientemente por ProColombia, indica que hoy los viajeros buscan destinos más seguros y, por eso, evitan países afectados por disturbios o riesgo terrorista; prefieren estar siempre conectados y tener buen acceso a las comunicaciones; buscan destinos sin tanta saturación –son los que más satisfechos dejan a los viajeros– y optan cada vez más por experiencias inolvidables y viajes de lujo.

Estas tendencias contrastan con los grandes desafíos del país: deficiente infraestructura física y escasa conectividad digital; una institucionalidad que los empresarios perciben como débil y afecta el desarrollo de proyectos; falta de calidad en los servicios y hasta inseguridad.

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De hecho, existe gran interés en todas las regiones del país, aprovechando la firma del acuerdo de paz que hoy da acceso a zonas que estaban vetadas. Por eso, fomentar la educación y el bilingüismo resulta crítico. La presidenta de la Cámara Colombo Americana, María Claudia Lacouture, coincide en que el país tiene todo en materia de paisajes, biodiversidad y atractivos naturales, pero reconoce la necesidad de trabajar en calidad para consolidar el sector.

La escasa infraestructura y falta de conectividad digital también plantean barreras. En un reciente informe, la ministra de Comercio, María Lorena Gutiérrez, dijo que el sector privado ha invertido 5,7 billones en construir y remodelar hoteles en los últimos años, y el gobierno ha aportado más de medio billón con senderos, muelles y centros de convenciones.

Pero aún falta mucho por hacer. Es indispensable mejorar la infraestructura vial y articularla con otros medios de transporte, terminar las principales autopistas terrestres –entre ellas la Ruta del Sol y el túnel de la Línea– y aumentar la competencia entre aerolíneas para garantizar tiquetes más baratos, como confirmó la Anif en un informe reciente.

También hay que promover más al país como destino turístico. Lo ha entendido el gobierno, y ProColombia ha implementado una estrategia para atraer la inversión en el sector, mejorar la infraestructura hotelera y adelantar proyectos que aporten a la experiencia del viajero en los destinos colombianos. Felipe Jaramillo, presidente de ProColombia, destacó en el ‘Foro de inversión en turismo’ realizado la semana pasada que actualmente más de 50 proyectos buscan inversionistas. En este grupo aparecen 30 proyectos hoteleros, 10 de infraestructura, 5 nuevas atracciones turísticas, 4 de uso mixto y 1 enfocado en herramientas digitales.

Los problemas de institucionalidad también se han convertido en tarea pendiente del sector. Cotelco, el gremio hotelero, propuso durante su asamblea en marzo un Ministerio del Turismo para garantizar una mayor planeación y un peso más fuerte que permita gestionar las inversiones y proyectos para el sector. En esta iniciativa lo han acompañado Anato –el gremio de los agentes de viajes– y los candidatos presidenciales Germán Vargas y Humberto de la Calle.

Para empresarios como Jean-Claude Bessudo, presidente del Grupo Aviatur, hay que ir más allá e incluir garantías de que el sector tendrá unas reglas de juego claras y estables y habrá seguridad jurídica en temas como las zonas de desarrollo turístico. También será clave que el país escoja el tipo de turismo que quiere recibir. Para Bessudo, existen dos campos promisorios que no se excluyen entre sí: por un lado, el mochilero, que parece barato, pero atrae a los ejecutivos del mañana; y, por otro, el turismo de alto nivel, que incluye viajeros de convenciones y congresos, los que más gastan y le aportan al país.

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En el de alto nivel están los viajeros que quieren conocer la riqueza cultural y arquitectónica, el aviturismo (observación de aves) y el agroturismo. La exministra Lacouture coincide en que el país debe enfocarse en un turismo de alto nivel que resulte sostenible, pues es también el que deja mejores ingresos.

Quizá el tema más crítico tiene que ver con la seguridad, que exige un trabajo coordinado de autoridades nacionales y regionales. Mientras en el exterior se perciba a Colombia como destino poco seguro, el desarrollo del sector seguirá retrasándose y no será fácil capitalizar las oportunidades generadas por el posconflicto. El desafío es enorme, así como el potencial para convertirlo en un motor principal de la economía. Las apuestas están abiertas.