Luisa Gómez presidenta de la Fundación Compartir, es una de las representantes de Colombia en la Coalición Latinoamericana para la Excelencia Docente. | Foto: Cortesía

EDUCACIÓN

¿Cómo lograr los mejores docentes?

En el marco del Global Education & Skills Forum, Semana Educación conversó con Luisa Gómez, presidenta de la Fundación Compartir, quien habló sobre la necesidad de ponerle más cuidado a la formación de profesores en América Latina.

22 de marzo de 2019

Luisa Gómez es, probablemente, de las personas que mejor conoce a los profesores y sus necesidades en Colombia. Como presidenta de la Fundación Compartir, ha encabezado desde hace cuatro años la evaluación anual de cientos de maestros y rectores para el Premio Compartir, que reconoce a los mejores docentes del país.

Ha hablado con ellos y escuchado sus necesidades y está convencida de una cosa: es prioritario mejorar las condiciones y oportunidades de la formación docente en Colombia.

Garantizar una mejor educación de los educadores es la principal estrategia para mejorar la calidad educativa del país y lograr que todos los profesores colombianos sean maestros de excelencia, con proyectos pedagógicos capaces de cambiar su institución educativa y la vida de la comunidad que habitan.

Por eso, este sábado presenta, en el marco del Global Education & Skills Forum -el evento más importante de educación en el mundo, donde se entrega el Global Teacher Prize, también llamado el ‘Nobel de la educación’- la Coalición Latinoamericana para la Excelencia Docente, que pretende promover formación docente de calidad en toda América Latina.

En ella participan destacados profesores como Luis Miguel Bermúdez, ganador del Premio Compartir en 2017 y uno de los 10 mejores maestros del mundo en 2018 según el Global Teacher Prize, por reducir radicalmente, con clases de educación sexual, los embarazos en el colegio Gerardo Paredes de Bogotá. También hacen presencia fundaciones que trabajan con profesores, ministros de Educación de la región y otros actores destacados del mundo educativo.

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Semana Educación habló con Gómez sobre cómo está la formación docente en el país y cómo funcionará este proyecto que está presentando en el Global Education & Skills Forum en Dubái.

Semana Educación: ¿En qué consiste esta Coalición Latinoamericana para la Excelencia Docente?

Luisa Gómez: Esto lo empezamos con la Fundación Varkey, que vino a mirar lo que nosotros hacemos con el Premio Compartir. Comenzamos a trabajar juntos, a ver la experiencia de ellos también. Ahí surgió la idea de formar una coalición de países latinoamericanos para que miráramos juntos cómo podríamos promover unos procesos de mejoramiento de la calidad de docentes en América Latina.

S.E.: Esta se lanzó en febrero de este año, ¿no?

L.G.: Sí, hace como un mes y medio nos reunimos representantes de 24 países en Buenos Aires para pensar un poco cuál debe ser el perfil del docente en América Latina y los programas de formación que necesita. Fue muy interesante porque había una variedad de personas, académicos, funcionarios y exfuncionarios públicos, estuvieron ex ministros de educación de Argentina, Ecuador y México. Allá trabajamos sobre una línea muy parecida a la que tenemos en el estudio "Tras la excelencia docente", que sacamos nosotros en 2014 y que analiza lo que yo llamo el círculo virtuoso de la excelencia docente.

S.E.: ¿Cómo es eso?

L.G.: El círculo virtuoso es que los docentes tienen una buena formación inicial, con programas muy bien armados y muy relacionados con los aprendizajes que se quieren enseñar en el país, así como lo hacen sistemas desarrollados de países donde la calidad de aprendizaje es muy buena, como Finlandia, Singapur o Canadá. Como es tan buena y competitiva la formación inicial, solo los mejores bachilleres pueden acceder a ella.

Luego, en la carrera docente, esos maestros tienen la posibilidad de seguir formándose porque, además de que en su licenciatura les enseñaron a investigar por su cuenta, a ser reflexivos, a mejorar sus prácticas en el servicio, tienen unos procesos de redes profesionales dentro y fuera del colegio que les permite aprender de las experiencias de los otros maestros.

Todo eso conduce a que en esos países la docencia sea muy admirada y perseguida por los mejores bachilleres y a que tenga salarios muy competitivos correspondientes con el grado de profesionalización y complejidad. Entonces se logra ese círculo virtuoso, donde los mejores bachilleres buscan ser profesores.

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S.E: ¿Cuál es la tarea específica en el Global Education & Skills Forum?

L.G.: En Dubái tenemos una presentación para las personas que van a participar en el foro para comunicarles la línea de trabajo, la idea de trabajar como grupo en América Latina. Lo que queremos es convencer a los gobiernos de la importancia de invertir en la formación inicial y en servicio de los docentes y de hacer de la docencia una profesión respetada, porque muchas veces les damos a los profesores toda la responsabilidad de lo que pasa en el aula, pero no miramos las herramientas que les estamos dando para que lo hagan.

S.E.: ¿Qué tan caro es invertir en formación docente?

L.G.: Formar a un docente no es barato. Parte de la labor que estamos haciendo es definir unas líneas muy precisas para convencer a los gobiernos de que este es un trabajo que merece toda la atención y más inversión. En el estudio que hicimos calculamos que, para Colombia, lograr este gran cambio significaría invertir 0,3 % del PIB anual en formación, buena remuneración y reconocimiento a los docentes.

S.E.: Esa petición de la remuneración docente es muy álgida en Colombia. ¿Qué tan lejos estamos del salario que calculan debería ganar un profesor?

L.G.: Realmente en Colombia se ha avanzado mucho en el tema de remuneración docente desde 2014 (año del estudio), entonces eso nos toca volverlo a calcular. No estamos muy lejos de la propuesta que hicimos, que es equipararlo al salario promedio de otras profesiones de prestigio. El problema que tenemos acá es que muchas veces los docentes comienzan con buenos salarios, pero su perfil es muy plano. Entonces eso los desmotiva a seguir en la carrera. Las otras profesiones tienen más progresión.

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S.E.: Cómo ve la calidad de los docentes en Colombia?

L.G.: Yo creo que hay muchas cosas en contra de que la docencia pueda ser considerada como una profesión de excelencia. Lo primero, que los programas de formación docente son, por lo general, muy regulares, y lo sabemos porque tienen los peores resultados en las pruebas Saber Pro. Eso pasa, en gran medida, porque los que entran a esos procesos de formación son muchachos que tienen desde Saber 11 unos resultados muy mediocres. Entonces, si comienzan con unos estudiantes con resultados académicos bajos, y las carreras no les exigen mucho tampoco, obvio el resultado final es malo.

También hemos visto que existen buenas posibilidades de tomar profesionales de otras carreras para que vayan a la docencia, pero en ese caso es muy importante que ellos hagan todo el proceso pedagógico. A veces encontramos profesores que saben mucho de su área específica, pero no son exitosos porque no tienen las metodologías, la pedagogía, la didáctica. Entonces tenemos el peor de los mundos en ambas partes.

S.E.: ¿Y en el resto de América Latina, cómo están esas condiciones de formación docente?

L.G.: Son bastante parecidas. Yo diría que países como Ecuador y Perú han avanzado muchísimo. Ellos en los últimos años sí han hecho unas inversiones muy grandes y unas transformaciones en todos los procesos de formación de los docentes. En Ecuador hay un proyecto muy parecido al Programa "Todos a Aprender" y ellos están haciendo unos proyectos de formación en sitio con resultados muy buenos. Uruguay, Chile y Argentina han avanzado mucho en la transformación de la formación inicial, pero todavía tienen problemas en formación en servicio y muchas dificultades en la apreciación de la profesión docente.

S.E.: Para terminar, nos puede resumir por qué es tan importante la formación docente

L.G.: Como país debe importarnos porque el docente define, en últimas, qué y cómo se aprende en los colegios, no solamente en los aprendizajes académicos sino también en los del ser; cómo arma el estudiante su proyecto de vida, qué ciudadano quiere ser. Es como dice ese famoso informe de McKinsey de ‘Qué hacen los mejores sistemas educativos para ser los mejores’: la calidad de la educación de un país no puede ser mayor que la calidad de los docentes que tenga. El centro del proceso del aprendizaje es el profesor.