Andrea Escobar y María Figueroa. Cortesía.

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Cambios en las pruebas del Icfes: directora de la entidad explica en qué consisten

María Figueroa, directora del Instituto de Evaluación, conversó con Andrea Escobar, directora de Semana Educación, sobre las transformaciones que vive la entidad bajo su dirección.

12 de septiembre de 2018

El Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (Icfes) es uno de los bastiones que sostiene el sector educativo: está encargado de entender cómo está el país en términos de aprendizaje, en qué competencias y habilidades son fuertes los estudiantes, universitarios y profesores y qué falta por fortalecer. En otras palabras, mide el desempeño y la calidad, crucial en un campo como la educación, que constantemente debe actualizarse y entender las necesidades de desarrollo y las exigencias del mundo.

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Este año, las pruebas dieron varios giros: por primera vez no se realizaron los exámenes de tercero, quinto y noveno (que evalúan únicamente las habilidades en matemáticas y lenguaje) porque la entidad necesitaba autoevaluarse y analizar qué elementos estaban quedando por fuera en estas mediciones. Un pare en el camino para reinventarse.

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María Figueroa, directora del Icfes, llegó al cargo para asumir un barco que está en pleno proceso de latonería y pintura. Ella, experta en la evaluación y la docencia, le explicó a Andrea Escobar, directora de Semana Educación, y a usuarios de Facebook el presente y el futuro de la entidad.

Andrea Escobar (A.E.): Su hoja de vida y la trayectoria demuestran que lleva muchos años trabajando en el sector educativo. ¿Cómo llegó a él?

María Figueroa: Estoy acá un poco por azar. Soy bióloga de formación y mientras trabajaba con los monos araña en La Macarena me picó una raya. Tuve que volver a Bogotá y para ganar dinero me puse a dictar clases particulares de ciencias. Me encantó hacerlo y luego me llegó la oportunidad de trabajar en un colegio dictando clases en esta misma área. Así me metí en el cuento de la educación.

Durante los siguientes años trabajé con profesores, jalonando los procesos de formación de los docentes del Distrito. Gracias a esa experiencia llegué a la conclusión de que es a través de la evaluación que podemos tener un impacto en las políticas públicas de educación. Es decir, trabajar desde el campo de la evaluación puede contribuir a entender su impacto y moldear mejor la información que las pruebas entregan.

Con eso en mente, hice mis estudios de maestría en educación y luego me enfoque en el tema de valoración, lo que hago hoy en día como directora del Icfes. Luego de todo eso, uno ya no quiere salir del mundo de la educación.

A.E.: Una vez en el cargo de directora del Icfes, ¿cómo recibe la institución? ¿Cómo está el Icfes en estos momentos y cuáles son los desafíos de la entidad en cara a los próximos cuatro años?

M.F.: El Icfes es una institución técnica, robusta y, por su naturaleza jurídica, no hace parte del presupuesto de la nación. El Icfes vive del recaudo de las pruebas de Estado y de los proyectos propios. Entonces, recibo una institución fortalecida y mi equipo llega con muchas ideas sobre lo que se puede hacer para enriquecer el trabajo de la entidad. Queremos ofrecer las mejores pruebas, pero no solo eso. La apuesta está en usar la información que estas arrojen para aportar en los lineamientos de las políticas públicas. La idea es hacer las pruebas de una forma más eficiente, en el sentido que no nos cueste tanto realizarlas. Creo que como país debemos apostar a implementar el Saber y el Saber Pro en computador. Estamos en mora con ese objetivo.

Cuando llego a la dirección ya se había implementado un proyecto de inclusión en el que estudiantes en condición de discapacidad cuentan con apoyos (según su necesidad) para realizar las pruebas: ya sea entregarles un cuadernillo particular, omitir algunos apartados de las pruebas o concederles más tiempo para llevarla a cabo, todo esto en favor de obtener más información sobre el desempeño de estos estudiantes. De conocer sus habilidades.

Por ejemplo, los estudiantes con discapacidad auditiva reciben las pruebas en video, y los que tienen discapacidad visual cuentan con un acompañante para efectuar el examen. Es un elemento que genera más acceso a estas poblaciones, es un tema de equidad.

A.E.: Una de los asuntos más interesantes que acabó de mencionar es el tema de las pruebas por computador. ¿Sí son posibles? ¿Cómo funciona?

M.F.: Claro que es posible y se puede emplear de varias formas. Por ejemplo, hay pruebas adaptativas que se aplican para aplicar a estudios de posgrado. En ellas, el aparato tecnológico lanza preguntas al aspirante y, dependiendo del desempeño en la primera respuesta, el computador lanza la siguiente con mayor o menor grado de dificultad. Esto es realmente importante porque es una dinámica evaluativa que da muchas más luces sobre el desempeño del estudiante y sobre lo que es capaz de hacer.

Pruebas por computador se pueden hacer en línea. En el caso de Colombia no se aplicarían en línea, pero sí a través de otros mecanismos porque no todos los territorios tienen acceso a internet. Aplicarlas así nos ahorraría un montón de tiempo en la lectura y transcripción de las respuestas.

A.E.: ¿Y eso ayudaría a que tampoco se copien tanto? Realmente, ¿cuánto se copian en las pruebas?

M.F.: El tema de fraude es un tema complicado como país. Cada vez es más fuerte el tema de corrupción, y yo creo que es un fenómeno que nos permea a todos como sociedad. La apuesta es que nuestras pruebas resuelvan temas de equidad (con el proyecto de inclusión), pero también de legalidad. Las pruebas por computador nos puede ayudar a disminuir el fraude en estos exámenes.

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A.E.: Durante la carrera electoral, Duque planteó mirar las pruebas no solo en términos cuantitativos, sino también cualitativos, de manera que la evaluación sirva para mirar más allá de los resultados y mirar el contexto estudiantil, entender qué pasa con las personas. ¿Van a seguir esta línea? ¿Qué planes hay en torno a este tema?

MF: El objetivo del Icfes es monitorear la calidad de la educación. Nosotros debemos leer información sobre cómo le va a los estudiantes en matemáticas, lenguaje y ciencias sociales. Pero la función de la educación no es solo esa. Está también desarrollar otras habilidades y competencias.

Por ejemplo, las pruebas Pisa (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, realizado por la Ocde) en sus próximas pruebas va a medir pensamiento creativo, entonces es un tema que definitivamente hay que tener en cuenta y que es posible observarlo a partir de los resultados cualitativos. Teniendo esto en cuenta es muy importante que como país nos preguntemos qué queremos desarrollar en nuestros estudiantes para saber en esas pruebas qué queremos medir. Es decir, son muy importantes las habilidades cognitivas, pero también lo son las habilidades sociales y emocionales.

En este momento, en el Icfes estamos creando una unidad que se encargará de evaluar otras habilidades como pensamiento creativo y trabajo en grupo, porque son sin duda elementos que aportarán a entender las habilidades socioemocionales. Esto servirá para poder trabajar con los maestros en desarrollar esas otras habilidades.

A.E.: Este año no se aplicaron las pruebas de tercero, quinto y noveno porque eran necesarios unos ajustes. ¿Tiene que ver con lo que usted mencionó de medir competencias socioemocionales? O, ¿a qué se debió esa decisión?

M.F.: En este momento, las pruebas de tercero, quinto y noveno miden únicamente matemáticas y lenguaje. Las decisiones sobre estas tres evaluaciones están ligados a su razón de ser: aportar a entender cómo va Colombia en su sistema educativo. Por eso, en este momento estamos analizando qué debemos medir en los estudiantes de tercero, quinto y noveno.

Para ello vamos a hacer unas mesas de trabajo en las que probablemente se decida reintegrar las competencias ciudadanas en las mediciones. Como país y la coyuntura de posconflicto en la que estamos es muy importante tener coyuntura sobre esto. También queremos repensar la medición para ciencias sociales, pues somos un país diverso y pluricultural y entendernos en ese sentido es importante.

A.E.: ¿Cuando regresan estas pruebas?

MF: En el 2019.

A.E.: En estos términos, ¿cómo están nuestros jóvenes en su aprendizaje?

M.F.: Los jóvenes han mejorado dos puntos  en las pruebas, lo cual no es mucho. Sin embargo, lo que si arrojan estos resultados es que los jóvenes se están tomando más en serio las pruebas Saber. Las instituciones también se lo están tomando con seriedad y tienen en cuenta el desempeño pero para tomar medidas de mejora en sus planteles.

Aún nos falta mucho, pero por eso tenemos que trabajar como sistema articulado con el ministerio de Educación y con el Icbf para que podamos tener mejores resultados en el aprendizaje de los estudiantes
A.E.: ¿De qué tanto sirve que un estudiante se prepare para las pruebas Saber 11?

M.F.: Hay un tema y es que cuando aparecen estos lugares donde preparan a los estudiantes ya no estamos midiendo el desempeño sino habilidades de memoria y otros elementos. Con esto, pienso que como Icfes debemos ofrecer ese tipo de preparación. Actualmente ofrecemos el Pre-Saber que lo que intenta es que los estudiantes le pierdan el miedo al examen y sepa a qué se van a enfrentar. La clave entonces es perderle el miedo y estar familiarizados con ella.