XII Cumbre Líderes por la Educación

Desde Antioquia, Comfama impulsa un modelo educativo que une escuela, trabajo y propósito

Comfama acompaña a las personas desde la niñez hasta la adultez para que cada una de ellas avance con sentido, propósito y oportunidades reales de crecimiento.

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12 de noviembre de 2025, 9:43 p. m.
Comfama creó un ecosistema educativo integral que acompaña a las personas durante toda la vida.
Comfama creó un ecosistema educativo integral que acompaña a las personas durante toda la vida. | Foto: Comfama/API.

Cuando Ana terminó el colegio en Bello, uno de los diez municipios del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, soñaba con estudiar diseño. No logró llegar a la universidad, pero su historia no quedó ahí. Años después encontró otra ruta: estudió en Cesde, la institución de educación tecnológica de Comfama, la Caja de Compensación Familiar de Antioquia, que ofrece programas en Creatividad, Desarrollo Empresarial y Salud.

Hoy trabaja en una empresa de diseño gráfico. “Nunca imaginé que podría estudiar algo que me apasionara y, al mismo tiempo, trabajar. Cesde me dio esa oportunidad”, contó. Su historia refleja lo que la entidad busca lograr: que estudiar sí sea posible y que la educación cambie vidas.

En Colombia, aproximadamente tres de cada diez jóvenes han tenido alguna experiencia en educación superior, según estimaciones del Dane y del Ministerio de Educación. La deserción y la débil conexión entre las aulas y el trabajo siguen limitando la movilidad social. Frente a ese panorama, Comfama creó un ecosistema educativo integral que acompaña a las personas durante toda la vida y genera continuidad, pertinencia y oportunidades reales.

Ese propósito se concreta en la red de colegios Cosmo Schools, la institución técnica Cesde y una oferta amplia de educación para toda la vida. El modelo, llamado encadenamiento educativo, parte de la convicción de que cada etapa debe abrir la puerta a la siguiente y de que la educación solo tiene sentido cuando conecta con la vida real y el mundo productivo.

En el corazón del modelo educativo de Comfama está Cosmo Schools, una red de colegios que marcó un nuevo rumbo en la educación en Colombia. Comenzó en 2020 con 19 estudiantes y hoy suma más de 5.200. Para 2035, proyecta llegar a 21.000. Detrás de ese crecimiento hay una propuesta que pone el propósito y el potencial de cada niño y adolescente en el centro.

“Creíamos que un modelo enfocado en las preguntas del niño, su pensamiento creativo, el desarrollo de sus habilidades sociales y emocionales y su capacidad para relacionarse con otros tendría mayor impacto en lograr un aprendizaje profundo desde lo cognitivo. Por eso, nos centramos en experiencias vivenciales y en el aprender haciendo, integradas mediante una metodología de proyectos”, explicó su directora, Melissa Álvarez Licona.

Melissa Álvarez rectora de Cosmo Schools, red de colegios de Comfama.
Melissa Álvarez rectora de Cosmo Schools, red de colegios de Comfama. | Foto: Comfama/API

Una de las decisiones clave fue eliminar las áreas fragmentadas y diseñar un currículo integrado, para que los estudiantes aprendan a través de proyectos prácticos y contextualizados. Eso generó mayor apropiación, reflexión crítica y motivación.

Más del 80% de los padres destaca la alegría de sus hijos al asistir al colegio y el sentido de pertenencia hacia la comunidad educativa.

El modelo se organiza en cinco escuelas que acompañan los distintos momentos del desarrollo humano: Imagina, Explora, Crea, Construye e Inspira. Cada etapa articula lo cognitivo, lo social, lo emocional, lo corporal y lo trascendental. Cosmo también impulsa la figura de los Guardianes del Planeta, conformada por estudiantes que promueven prácticas regenerativas y conciencia ambiental. “Las familias identificaron en Cosmo una propuesta distinta, centrada en las capacidades de sus hijos. Los niños disfrutan aprender, se vuelven más inquietos y críticos, y desarrollan conciencia sobre el cuidado de sí mismos, de los otros y del planeta”, agregó Álvarez.

Cosmo se consolidó como un referente en transformación pedagógica y hoy acompaña a otros colegios en ese proceso. Entre sus programas diferenciales se destacan inglés desde la primera infancia, que garantiza el nivel B2 al graduarse, y Conexión Futuro, que permite obtener un título técnico del Cesde al terminar el bachillerato; también Despertar el Propósito, una ruta de acompañamiento sociovocacional que inicia desde 9°, y que favorece la conexión de los estudiantes con la educación terciaria. Gracias a esta articulación, el 97% de los estudiantes continúa en programas técnicos o universitarios, una cifra muy superior al promedio nacional.

El acceso equitativo es otro rasgo distintivo. Familias con ingresos de hasta cuatro salarios mínimos acceden a becas de Comfama entre el 40 y el 80%, lo que democratiza la educación de calidad y libera recursos para el desarrollo familiar.

Dayana Alzate, madre de Emmanuel García, un joven beneficiario, explicó que su hijo “creció en conocimiento, pero también en sensibilidad y valores. En Cosmo aprendió a reconocer sus virtudes y a brillar con luz propia”.

María Camila Ríos, bachiller de la generación 2024, aseguró que en un colegio de Cosmo “aprendimos a pensar, a cuestionar y a generar nuestras propias respuestas. Nos formaron como jóvenes con esencia y conciencia”, señaló. Para Clara Giraldo, madre de Nicolás Ospina, otro estudiante de Comfama, “el proceso no fue solo académico, también emocional y social. Ver su felicidad es la mayor prueba del valor de este modelo”, afirmó.

Si Cosmo Schools representa la base del aprendizaje escolar, Cesde es el puente con la vida laboral. Fundado hace más de cinco décadas, este centro técnico creció de alrededor de 10.000 matriculas a 120.000 en 2025. “Desarrollamos una metodología que conecta la educación con los retos empresariales, codiseñando proyectos reales en sectores como industrias creativas, tecnología, administración, turismo, gastronomía y hospitalidad. La educación debe dialogar con la ciudad y con las empresas para ser pertinente”, afirmó Juan Manuel Restrepo Cadavid, responsable de Educación en Comfama y miembro de la Junta directiva del Cesde.

Juan Manuel Restrepo Cadavid, responsable de Educación en Comfama y miembro de la Junta directiva del Cesde.
Juan Manuel Restrepo Cadavid, responsable de Educación en Comfama y miembro de la Junta directiva del Cesde. | Foto: Comfama/API

La institución técnica trabaja con rutas flexibles y modulares que permiten avanzar a cada estudiante a su propio ritmo. Incorpora inglés orientado al trabajo, inteligencia artificial aplicada y competencias digitales. Su meta es formar un talento resiliente, adaptable y global. El impacto se refleja en sus cifras, una tasa de empleabilidad superior a la media del mercado y más de 1.500 empresas aliadas que garantizan la pertinencia de la formación.

Kabir Arroyave, egresado de Arte Culinario, Pastelería y Arte Dulce, cursa el último semestre de Alimentos y Bebidas. Su historia es un ejemplo de superación. “Decidí dejar atrás una vida con pocas oportunidades para construir un futuro digno. En Cesde descubrí que el conocimiento no es solo un título, es una herramienta de libertad y una oportunidad para reinventarse”, contó.

Kabir Arroyave, egresado de Arte Culinario, Pastelería y Arte Dulce, cursa el último semestre de Alimentos y Bebidas.
Kabir Arroyave, egresado de Arte Culinario, Pastelería y Arte Dulce, cursa el último semestre de Alimentos y Bebidas. | Foto: Comfama/API

Para él, fue más que una escuela de gastronomía: “Me formé en el arte culinario, la pastelería y el arte dulce. Cada técnica y cada aprendizaje fueron también lecciones de vida. La magia de aprender está en descubrir que lo que se cocina en un aula puede transformar realidades”, agregó.

La experiencia de Kabir refleja el propósito institucional de Cesde: formar personas con habilidades reales y oportunidades tangibles. Desde el inicio, los estudiantes participan en proyectos y prácticas que los conectan con el sector productivo, acompañados por mentores que orientan su proceso académico y personal. Restrepo explicó que este modelo educativo ha permitido que el talento se vincule con las empresas más productivas del país. “La educación técnica no es un escalón menor, sino un camino de progreso real, inmediato y sostenible”, afirmó.

Puente al empleo

El encadenamiento educativo de Comfama integra colegios, formación técnica, cursos cortos, universidades, formación en idiomas y experiencias culturales. Las rutas permiten homologar saberes y convertirlos en capital de futuro. El aprendizaje deja de ser un proceso lineal y se convierte en un trayecto flexible que abre oportunidades.

Yésica Rojas comenzó su formación en Cesde como aprendiz en un grupo cerrado con Bancolombia. Se graduó como asistente contable y se vinculó laboralmente. Con el tiempo, ascendió cuatro veces.

Gracias al convenio entre Cesde y Eafit, homologó su formación técnica y ahora estudia contaduría. “Cesde amplió mis conocimientos y me dio las bases para seguir creciendo. Con el convenio pude continuar mis estudios y fortalecer mi desarrollo personal y profesional”, señaló.

Historias como la de Yésica muestran que la educación puede crear una cadena de oportunidades cuando cada etapa se articula con la siguiente. El modelo une escuela, trabajo y cultura en un ecosistema que impulsa la movilidad social y el desarrollo regional. El plan de Comfama es expandir este encadenamiento a más regiones, fortalecer alianzas nacionales e internacionales y ampliar la formación en competencias digitales, sostenibilidad y ciudadanía. La apuesta no es solo ofrecer educación, sino construir comunidad a través del conocimiento.

El resultado es un sistema que acompaña a las personas desde la infancia hasta la adultez y convierte cada logro académico en una oportunidad real de crecimiento. En ese proceso, Comfama busca demostrar que la educación, cuando se conecta con la vida y el trabajo, puede transformar no solo historias individuales, sino también el rumbo de una región.