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Amelia Earhart desafió los estereotipos de la época al demostrar que la aviación no era una actividad exclusiva de los hombres. Cuando desapareció junto a su navegante, Fred Noonan, le faltaban 11.000 kilómetros para completar la vuelta al mundo. | Foto: Corbis

ENIGMA

Y siguen buscando a Amelia Earhart

Los expertos creen haber resuelto el misterio del paradero de Amelia Earhart, pionera de la aviación femenina. Los restos de su aeronave estarían en el fondo del océano Pacífico.

8 de junio de 2013

Cuando la estadounidense Amelia Earhart desapareció el 2 de julio de 1937 era considerada una heroína nacional. Había sido la primera mujer en cruzar sola el Atlántico en contra de los prejuicios de la época y se disponía a convertirse en la primera persona en darle la vuelta al mundo por la línea ecuatorial. 

Si ese día su Lockheed Electra no se hubiera quedado sin gasolina en medio del océano Pacífico, hoy su nombre simplemente adornaría los libros de historia como una de las pioneras de la aviación. La tragedia, sin embargo, disparó su fama y creó un mito: el de la hermosa piloto a la que el mar devoró. 

Hace 75 años Amelia y su navegante, Fred Noonan, despegaron de Papúa Nueva Guinea rumbo a Hawái. Ya habían volado 35.000 kilómetros desde su salida de Miami el 1 de junio y este tramo del Pacífico era uno de los últimos del ambicioso viaje. El plan contemplaba una escala en la isla de Howland para abastecerse, pero aparentemente perdieron el rumbo y en su último reporte anunciaron que se quedaban sin carburante. El gobierno lanzó en vano un operativo de rescate sin precedentes que costó más de cuatro millones de dólares de la época y duró 17 días. Amelia, su compañero y la nave nunca aparecieron.
  
Desde entonces varios historiadores y científicos han intentado resolver el misterio. Tras diez expediciones en los últimos 20 años, la más reciente estaría a punto de dar con la respuesta. Una imagen de sonar tomada por el International Group for Historic Aircraft Recovery cerca de la isla Nikumaroro, a 480 kilómetros de Howland, muestra lo que podrían ser los restos de un avión. “Todavía nos queda mucho por entender y el siguiente paso es recaudar dinero para volver al lugar”, dijo a SEMANA Richard Gillespie, director del proyecto estimado en 2 millones de dólares. 

Aunque no es la primera vez que hallan evidencias del accidente, nunca antes una cámara había captado una pieza completa de la aeronave. La teoría de Gillespie y su equipo es que Amelia y Fred sobrevivieron al impacto y se refugiaron en la desolada isla Nikumaroro. En los noventa los investigadores encontraron allí los huesos de una mujer de ascendencia europea, una estructura para recoger agua de lluvia hecha con las cubiertas de los motores de un avión, así como un tacón y una crema facial que, según ellos, respaldan su hipótesis.

Mientras establecen si la nueva pieza detectada en el fondo del mar corresponde al Lockheed Electra, se seguirán tejiendo todo tipo de fábulas sobre el final de Earhart. Los más fantasiosos creen que cayó prisionera en las islas Marshall controladas por los japoneses, mientras que otros aseguran que era una espía y que el gobierno la ayudó a cambiar de identidad a su regreso a Estados Unidos. Es tal la fascinación por su historia que, además de libros sobre estas teorías conspirativas, en 2009 se estrenó una película biográfica protagonizada por la ganadora del Óscar Hilary Swank.

Aunque su hazaña ha sido superada por cientos de personas en el mundo, hay quienes se niegan a olvidar su caso. “Ella logró cosas inusuales para las mujeres y por eso todavía es vista como un ejemplo entre investigadoras, autoras y estudiantes”, dijo a esta revista Louise Foudray, historiadora del museo Amelia Earhart Birthplace en Atchison, Kansas. Se aclare o no este gran enigma de la aviación, el mito seguirá vivo.