La ironía no puede ser más grande. La foto que el nazismo convirtió en un emblema de superioridad aria era, en realidad, la de una bebé judía. La imagen de Hessy Taft, tomada en 1935, fue sometida por el fotógrafo Hans Ballin a un concurso que tuvo como juez único a Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de la Alemania nacionalsocialista. Meses después de que el régimen nazi difundió la foto por toda Europa en postales y revistas, la mamá del bebé confrontó al artista, quien se defendió diciendo que lo había hecho para ridiculizar a Hitler y a sus seguidores. Taft, de 80 años, hoy trabaja como profesora de Química en Nueva York. “Ahora me río, pero no estaría viva si los nazis hubieran sabido quién era”, comentó hace poco al diario británico The Telegraph.










