GRUPO RÍO BOGOTÁ
¿Por qué es importante plantar árboles nativos y cómo se hace?
Estos ejemplares le hacen frente a la mala calidad del aire y al aumento de la temperatura en las ciudades. Además, absorben contaminantes como el dióxido de carbono y los óxidos de azufre y nitrógeno. Le contamos lo que debe tener en cuenta para una siembra.
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* Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.
Ante las diferentes problemáticas a las que se enfrenta el medioambiente, como lo son la deforestación, el calentamiento global y la contaminación de los recursos naturales, los árboles son los pulmones del planeta. Al ser purificadores, estos ejemplares limpian el aire, pues absorben contaminantes como los óxidos de azufre y nitrógeno.
Estos individuos vegetales atrapan, además, las partículas provocadas por la combustión de los automóviles y absorben los gases de efecto invernadero. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un árbol adulto puede absorber hasta 150 kilogramos de dióxido de carbono (Co2) al año.
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En las ciudades, los árboles son una buena solución para hacerle frente a la mala calidad del aire, las selvas de cemento y el aumento de la temperatura.
Estos individuos vegetales además se convierten en el hogar de la biodiversidad de la urbe. Foto: DW.
De hecho, de acuerdo con un estudio reciente realizado en Filadelfia y publicado en ‘The Lancet Planetary Health‘, los espacios verdes urbanos deben ser considerados como una medida de salud pública. En este sentido, la investigación señala que los árboles en los espacios urbanos contribuyen a mejorar la salud de las personas y ayudan a prevenir muertes prematuras.
El comisionado por el Servicio Forestal de Estados Unidos, de la mano del Instituto de Salud Global de Barcelona, estimó en la investigación que 403 muertes prematuras podrían evitarse cada año en Filadelfia si la ciudad cumple la meta de aumentar en un 30 por ciento la cobertura de copas de árboles para 2025.
Así mismo, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), los árboles reducen la temperatura entre 2 y 8 grados centígrados. “En ciudades de clima caliente, esto representa un ahorro económico en el consumo de energía. Estudios han demostrado que un árbol puede producir el mismo efecto de enfriamiento que el aire acondicionado en una habitación”, indica la organización. Estos individuos vegetales son, además, el hogar de varias especies que viven en la urbe.
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¿Cómo plantar un árbol?
La Secretaría de Ambiente (SDA) es la entidad que se encarga de hacer las plantaciones en el sector rural, mientras que el Jardín Botánico las realiza en el área urbana.
Si un tercero desea realizar este proceso, de acuerdo con la SDA, debe asesorarse por las autoridades ambientales, en este caso con la misma Secretaría o con la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), y presentar un plan de plantación con el diseño proyectado.
Los expertos de las entidades harán una evaluación y darán su concepto sobre la viabilidad de la actividad.
Ante las diferentes problemáticas a las que se enfrenta el medioambiente, como lo son la deforestación, el calentamiento global y la contaminación de los recursos naturales, los árboles se alzan como los pulmones del planeta. Foto: SDA.
De acuerdo con la Secretaría, es importante que la comunidad sepa que no deben plantarse especies que no sean de la región, porque en lugar de ser benéficas, pueden convertirse en una especie invasora, afectando el equilibrio de los ecosistemas.
“Por esto, no cualquier ciudadano puede realizar una plantación, pues se deben tener en cuenta criterios ambientales, paisajísticos, del tipo de suelo y de las especies para que se garantice que sean aptas para una zona determinada”, indica la SDA.
En este sentido, de acuerdo con la entidad, las especies que suelen utilizarse en los procesos de restauración son el nogal, los alisos, los chilcos y los trompetos, especies que son propias del bosque alto andino.
De hecho, de acuerdo con el Jardín Botánico, la plantación de una especie inadecuada puede poner en riesgo también la infraestructura de la ciudad y la vida de las personas. “Daños en tuberías de agua o servicios domésticos, erosión del suelo, inconvenientes con las redes eléctricas, fustes torcidos y ramificación excesiva que provocan el riesgo de volcamiento del árbol”, son algunos de los problemas que podrían presentarse, según manifiesta la institución.
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En su página web, la institución también explica que la plantación de un árbol en la zona urbana parte de un análisis de los espacios dentro del cual se tienen en cuenta factores como el tipo de suelo y de copa, permanencia del follaje, condiciones de humedad, la distancia entre un árbol y otro para su buen desarrollo, la resistencia al estrés urbano, entre otros.
El papel de la comunidad
Una vez plantado el árbol, hay aspectos que resultan fundamentales para que el individuo vegetal pueda seguir creciendo y en estos la comunidad es vital. De acuerdo con la Secretaría, algunas recomendaciones son:
- No pisarlos, esto porque en los primeros meses o años no son de gran tamaño.
- No botar basura, ya que puede afectar su oxigenación y genera afectaciones en el ciclo biológico que se desarrolla alrededor del árbol.
- Los árboles recién plantados generalmente están estableciendo sus sistema de raíces, por lo que necesitan más agua. Por esto, pueden ser regados una vez al día durante la primera semana.