Educación que transforma

Titanes de la superación: una universidad en el corazón de un centro comercial

Una conversación inesperada en los pasillos de Titán Plaza Centro Comercial fue el punto de partida para cambiar la vida de decenas de mujeres y jóvenes. Esta es la historia de una gerente que convirtió su trabajo en una misión social.

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14 de octubre de 2025, 11:01 p. m.
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Yazmín Lombana, gerente de Titán Plaza Centro Comercial | Foto: Archivo particular

En los pasillos de Titan Plaza, uno de los centros comerciales más concurridos de Bogotá, nació una idea poderosa. No fue en una sala de juntas ni durante una conferencia de liderazgo. Surgió cuando su gerente observó algo que para muchos pasaría desapercibido: varias colaboradoras del área de aseo no sabían leer ni interpretar su desprendible de pago. Ese pequeño detalle reveló una gran necesidad y encendió una chispa de transformación.

“Me di cuenta de que muchas de ellas no tenían ni siquiera la primaria terminada. Algunas apenas habían cursado hasta tercero o cuarto de primaria. Entonces pensé: esto no puede seguir así”, recuerda con emoción Yazmín Lombana, gerente de Titán Plaza Centro Comercial. A partir de esa reflexión buscó aliados y logró un acuerdo con una caja de compensación. El resultado: 30 mujeres se graduaron de primaria en un año. “Ahí entendí que muchas más necesitaban esa oportunidad. Lo más importante no era el dinero o el tiempo, sino la motivación. Decirles: tú sí puedes, no importa la edad”.

Pero su visión no se detuvo allí. Conocía bien los perfiles de las personas que trabajan en el centro comercial: jóvenes en seguridad, madres cabezas de hogar en aseo, y vendedores que muchas veces ven limitadas sus posibilidades de crecimiento. Por eso, impulsó procesos de formación para todos, motivándolos a continuar su educación, desarrollar habilidades comerciales y descubrir nuevas oportunidades dentro del mismo retail. “Hoy en día un auxiliar puede convertirse en gerente de ventas, diseñador de vitrinas o jefe comercial. Solo necesitan saber que pueden”.

La vocación de servicio que la impulsa tiene raíces profundas. Desde niña, organizaba eventos y reinados en su barrio, cobraba entrada, y preparaba a sus amigas para ser reinas. Su abuela y su madre siempre vieron en ella una energía para liderar. Hoy no puede controlar el llanto al rememorar las ceremonias de graduación donde muchos de los trabajadores sienten ese evento como uno de los más memorables de su vida.