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Maduro estaría preparando una guerra de guerrillas si Estados Unidos invade Venezuela. Así es el revelador informe
Según reveló Reuters, el régimen buscaría sembrar el caos en el país en caso de un ataque estadounidense.
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El gobierno de Nicolás Maduro estaría preparando una defensa de estilo guerrillero y un plan de anarquía urbana si Estados Unidos llega a ejecutar una operación militar en territorio venezolano. Así lo revelan fuentes con conocimiento directo de las Fuerzas Armadas venezolanas y documentos de planificación militar consultados por Reuters, en un informe que confirma el deterioro de las capacidades militares del país y el giro estratégico ante un eventual ataque estadounidense.
Según la agencia, Venezuela diseña dos posibles respuestas, una “resistencia prolongada” basada en pequeñas células militares distribuidas en más de 280 puntos del país, y un plan conocido internamente como “anarquismo”, que busca crear caos en Caracas mediante la acción de servicios de inteligencia y grupos armados afines al chavismo.
El detonante del nuevo escenario fue la insinuación del presidente Donald Trump sobre posibles operaciones terrestres en Venezuela, afirmando que “el territorio será el siguiente objetivo” tras varios golpes contra presuntos buques de narcotráfico en el Caribe.
Aunque más tarde negó estar considerando ataques dentro del país, la declaración fue suficiente para activar mecanismos defensivos en Caracas. Maduro, por su parte, sostiene que Washington quiere derrocarlo y que tanto ciudadanos como militares resistirán cualquier intento en ese sentido.

De acuerdo con el informe, la estrategia de “resistencia prolongada” implica actos de sabotaje y tácticas guerrilleras de bajo costo, desarrolladas por unidades pequeñas repartidas en cientos de localidades. Funciona bajo el reconocimiento tácito de que Venezuela carece de las condiciones para sostener una guerra convencional por la escasez de personal, falta de entrenamiento, salarios extremadamente bajos y equipamiento obsoleto.
La segunda estrategia, “anarquismo”, busca volver ingobernable la capital en caso de intervención. Según dos fuentes citadas por Reuters, una con conocimiento de los esfuerzos de defensa y otra cercana a la oposición, el plan sería ejecutado por inteligencia, milicias y partidarios armados del partido gobernante. El objetivo sería generar un nivel de desorden que complique cualquier intento de ocupación extranjera.
Ambas estrategias tienen, sin embargo, pocas probabilidades de éxito. “No duraríamos ni dos horas en una guerra convencional”, dijo una fuente cercana al gobierno. Otra afirmó que Venezuela no está “preparada ni profesionalizada para un conflicto”.
El informe subraya que los soldados rasos ganan alrededor de 100 dólares al mes, muy por debajo del costo de una canasta básica, y que algunos comandantes han tenido que negociar alimentos con productores locales para sostener a sus tropas. Las fuentes advierten que podrían ocurrir deserciones si se produce un ataque.

En cuanto al equipo, Venezuela mantiene aviones Sukhoi, helicópteros, tanques y misiles portátiles rusos, pero todos con décadas de uso. Aunque Maduro ha solicitado reparaciones y nuevas versiones de estos sistemas a Moscú, las fuentes señalan que las capacidades actuales son insuficientes para enfrentar a Estados Unidos.
Entre las piezas en uso figuran unos 5.000 misiles portátiles Igla de fabricación rusa, cuyo despliegue Maduro ha mostrado públicamente. Documentos militares fechados entre 2012 y 2022, también citados por Reuters, detallan tácticas de posicionamiento, uso de armamento y métodos de orientación para combatientes en movimiento, parte de la planificación para una “resistencia de largo plazo”.
Mientras el régimen exhibe armamento antiguo en la televisión estatal y hace llamados a la unidad nacional, fuentes consultadas por la agencia indican que parte de la estrategia consiste en mostrar el riesgo de que ese material termine en manos de grupos armados locales en caso de una intervención.
Según un analista citado por Reuters, el mensaje implícito no sería la fuerza militar venezolana, sino la capacidad de generar caos durante una transición. Este enfoque, señala el informe, refleja la realidad de un aparato militar debilitado que apuesta por tácticas de guerrilla y desorden urbano en lugar de una confrontación directa con uno de los ejércitos más poderosos del mundo.



