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De las 829 camas UCI disponibles para la atención de la pandemia, el 69,6% están ocupadas con pacientes confirmados y probables de covid-19. | Foto: Alcaldia de Bogota

ENTREVISTA

"El pico en Bogotá se ha desplazado hacia julio e incluso agosto"

Con los casos en ascenso y sin que llegue el temido pico, Bogotá está a punto de superar el 70 por ciento de ocupación en sus unidades de cuidados intensivos. SEMANA habló con el secretario de Salud, Alejandro Gómez. Esperan del gobierno 800 ventiladores más.

28 de junio de 2020

Bogotá está a punto de llegar a un momento decisivo en la lucha contra el coronavirus. En lo corrido de este fin de semana superó los 27.000 casos confirmados. "Las cifras son contundentes. Debemos prepararnos para volver a una cuarentena estricta", aseguró este sábado la alcaldesa Claudia López. La razón esencial de esa conclusión, según la alta funcionaria, tiene que ver con el hecho de que el virus crece a una mayor velocidad que la capacidad del sistema hospitalario. Así, la capital del país superó este lunes el 70 por ciento de ocupación de sus unidades de cuidados intensivos, aún antes de que la pandemia llegue a su pico. SEMANA habló con el secretario de Salud de la ciudad, Alejandro Gómez sobre la situación que se vive en estos momentos.

SEMANA: La alcaldesa Claudia López advirtió este sábado que los contagios están aumentando rápidamente. ¿Cuál es el estado actual de la ciudad frente a las camas de cuidados intensivos?

Alejandro Gómez López: Con corte al 25 de junio de 2020, Bogotá cuenta con 1.290 camas de cuidados intensivos para adultos, de las cuales 829 están destinadas para la atención de la covid -19 y 464 camas UCI para atender otras patologías. De las 829 camas UCI disponibles para la atención de la pandemia, el 69,6% están ocupadas con pacientes confirmados y probables de covid-19.

Este sábado, la alcaldesa Claudia López explicó que la reapertura económica ha generado que más de 5 millones de personas estén en la calle. Foto: Alcaldía de Bogotá. 

SEMANA: El Gobierno se había comprometido con Bogotá a aportar buena parte de los ventiladores que la ciudad necesita. ¿Cómo va la entrega de estos aparatos vitales en esta crisis? 

A.G.: La semana pasada, recibimos 125 ventiladores del Gobierno nacional. Se distribuirán en siete hospitales de las cuatro subredes de servicio de salud, cubriendo las zonas sur, suroccidente, centro oriente y norte, de Bogotá. Según el Ministerio de Salud, el Distrito recibirá de su parte más de 800 ventiladores adicionales durante los próximos dos meses de los cuales 250 han sido anunciados para el mes de julio, los demás se entregarán de acuerdo a la recepción de los mismos por parte de los proveedores.

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SEMANA: Usted dijo hace poco que calculaba que el pico llegaría en junio. ¿Por qué?

A.G.: Bogotá construyó su modelo epidemiológico, basada en modelos teóricos que contienen la mejor evidencia disponible a la fecha. Estos describen varios escenarios en los que inciden de manera importante las medidas de mitigación que se aplican y el distanciamiento social, el uso del tapabocas, el lavado de manos. También nos basamos en la evidencia de cómo se está comportando el fenómeno en nuestra ciudad y de esta manera se van realizando los ajustes para que las simulaciones se aproximen de manera más cercana a nuestra realidad.

SEMANA: ¿Cuáles son las proyecciones?

A.G.: Con los primeros cálculos de nuestro modelo, se estimaba que ese pico inicialmente llegara en junio, pero el comportamiento real de las cifras tanto de infectados, como de pacientes que requieren una UCI, se parece más a un tercer escenario de los que construimos y por eso la fecha esperada de ese pico, se ha desplazado hacia los meses de julio e incluso agosto.

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  La fecha del pico, según los modelos del distrito, podría ser entre julio y agosto. Guillermo Torres/SEMANA

SEMANA: ¿Qué es el pico? 

A.G.:  En el comportamiento de este tipo de infecciones la presentación de número de casos diarios sigue una curva estadística con una presentación conocida como “normal”, el pico de la curva es su punto máximo, aquel período de tiempo en que el número de casos por día es el mayor y con posterioridad al cual la curva inicia su descenso. Este punto reviste toda la importancia porque corresponde al momento en que se presenta el mayor número de personas infectadas y diagnosticadas y en el que se presentarán más pacientes críticos y más personas fallecidas.

"El pico de la curva es su punto máximo, aquel período de tiempo en que el número de casos por día es el mayor"

SEMANA: ¿Cómo se sabe cuándo se llegue al pico?

A.G.: El seguimiento constante y diario permite ir evidenciando el momento en que aumentan los casos y cuando se estabiliza esa cifra de aumento. Cuando es sostenida en el tiempo se considera que se ha llegado a un punto máximo y luego de eso empieza un proceso de descenso.

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SEMANA: ¿Tiene la red pública la capacidad de atender el pico?

A.G.: En Bogotá, el compromiso es unir esfuerzos entre la red pública y privada para fortalecer la atención en unidades de cuidados intensivos para todos los ciudadanos. Recordemos que las camas de  cuidados intensivos asignadas para covid-19 con que cuenta Bogotá, están ubicadas en clínicas y hospitales tanto públicos como privados.  El balance diario y la preparación que la ciudad ha asumido integra el esfuerzo público y privado en materia hospitalaria. Los cálculos con que se cuenta en la actualidad nos hablan de la necesidad de hasta 2000 unidades de cuidados intensivos para lograr atender la demanda en el punto máximo de la epidemia, como ha quedado claro hoy la ciudad se encuentra esforzándose en llegar a esta cifra que aún no alcanzamos.

El Distrito recibirá de su parte más de 800 ventiladores adicionales durante los próximos dos meses. Foto: Guillermo Torres/ SEMANA. 

SEMANA: ¿Cómo funciona una unidad de cuidados intensivos? 

A.G.: Para entender el funcionamiento de una unidad de cuidados intensivos se debe tener en cuenta, en primer lugar, el tipo de paciente que se atiende. En esta área hospitalaria se manejan pacientes que tienen una disfunción orgánica aguda, como una falla respiratoria, cardíaca, hepática, renal, que pone en peligro su vida. Las características especiales de la UCI son: alta tecnología, que permite el soporte orgánico como la ventilación mecánica o el soporte a órganos como la diálisis con los riñones; o los marcapasos con el corazón, por ejemplo. Unido a esto se requiere de un equipo multidisciplinario conformado por profesionales de medicina, enfermería y  que tienen a su cargo el cuidado integral y permanente del paciente.

SEMANA: Comprar los aparatos no es suficiente. ¿Cómo se garantiza la operación en las clínicas?

A.G.: Adicional a la unidad, se requiere una institución hospitalaria que proporcione servicios como un laboratorio clínico de alta complejidad, áreas de radiología, tomografía, resonancia y otro grupo multidisciplinario médico que apoye el manejo del paciente crítico, por ejemplo, en el caso de una falla renal el nefrólogo hará parte del manejo, o en caso de una urgencia quirúrgica se podría requerir al cirujano.

SEMANA: ¿Cuáles han sido las dificultades para poder llegar a la meta de tener 4.000 camas, como se había planeado inicialmente?

A.G.: Desde abril de 2020 se ajustó el plan de expansión, el cual fue aprobado por el Ministerio de Salud y Protección Social y tiene una meta de 2.000 camas, no de 4.000. Ahora, la pandemia ha puesto de presente la dificultad en adquirir algunos insumos o equipos que por su alta demanda mundial no ha sido posible adquirir con la velocidad que se hubiera querido; es el caso de los ventiladores, un equipo que permite la respiración asistida de pacientes en graves condiciones; los fabricantes de este tipo de equipos se encuentran en países como Alemania, Corea del Sur y Estado Unidos los cuales tomaron la decisión de suspender exportaciones hasta tanto no atender suficientemente sus necesidades locales.  Esta condición llevó a que desde la Presidencia de la República se asumiera el esfuerzo de compra de este tipo de insumos como una forma de contrarrestar el desabastecimiento del mercado que ha acompañado la pandemia.  Fruto de esos esfuerzos, el Ministerio de Salud ha logrado comprar 2.700 ventiladores para hacerlos llegar a las diferentes ciudades del país.

SEMANA: ¿Una vez se tengan las camas, existe en el país la disponibilidad de personal médico para operarlas? Se requieren especialidades que hoy son muy disputadas: intensivistas, neumólogos etc.

A.G.: Sin lugar a dudas es otro de los retos que enfrentamos.  La red hospitalaria de la ciudad cuenta con el personal especializado suficiente en la actualidad para atender las camas con que hoy se cuenta, de igual forma, de manera coordinada con las distintas escuelas de medicina de la capital y entre los hospitales públicos y privados, se tiene un marcha un plan de capacitación de personal médico y de enfermería tanto de las instituciones como adicional para suplir las necesidades crecientes.

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SEMANA: ¿Si usted tuviera que tomar hoy una de esas fotos de calor de la ciudad, dónde están los puntos críticos? 

A.G.:  Bien dice usted: “hoy”, porque esa foto cambia de día en día en la medida en que tenemos más y mas resultados de las pruebas que por miles realizamos; hoy los puntos se ubican en algunas UPZ de las localidades de Kennedy, Suba, Engativá, Bosa y Ciudad Bolívar.

SEMANA: Hay algunas señales que en otros países generan optimismo sobre lo que sucede: que los pacientes no se complican en altos porcentajes o que se recuperan rápido. ¿Bogotá tiene alguno de esos dos elementos?

A.G.: La situación actual de Bogotá en cuanto a necesidades de UCI y mortalidad son menores a lo que refieren otras ciudades. Recordemos que este es un virus nuevo que no se comporta igual en todo el mundo y del cual estamos aprendiendo. Algunos países de Asia y Europa inicialmente presentaron un importante número de muertes y complicaciones y, habiendo pasado el pico máximo, están reportando una segunda oleada por rebrote. En todo caso este es un fenómeno que nos ha puesto en un ambiente de incertidumbre; tomamos medidas todos los días con base en la mejor información con que contamos cada día. Hasta ahora en medicina, en salud pública, creíamos tener soluciones para los retos que se nos presentaba con nuestros pacientes pero cada una de estas convicciones ha sido puesta en duda en esta pandemia.  Si algo nos ha enseñado este fenómeno es la necesidad de humildad a la hora de evaluar cada una de nuestras decisiones, aprendemos cada día y ajustamos las medidas de manera consecuente.