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| Foto: Guillermo Torres

FOROS SEMANA

La democracia es una condición necesaria para la paz

Foros Semana y el Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria (NIMD) realizaron el foro ‘Democracia a prueba: participación política, violencia y elecciones’. Las luces y sombras sobre la implementación del acuerdo de paz muestran la necesidad de darles voz a todos los ciudadanos.

2 de noviembre de 2019

El acuerdo de paz de La Habana tenía como uno de sus objetivos ampliar la democracia y lograr que más colombianos se sintieran representados por sus instituciones. Para esto incluía la participación en política de las Farc; las 16 circunscripciones especiales de paz para que las zonas más afectadas por el conflicto tuvieran representantes en el Congreso; y una reforma política y electoral. Además, los Planes de Ordenamiento con Enfoque Territorial (PDET) también contribuían a ese fortalecimiento de la democracia, pues las comunidades serían tenidas en cuenta al formularlos.

A casi tres años de implementación, solo dos de los cuatro objetivos mencionados anteriormente se van cumpliendo a cabalidad. Las Farc se convirtieron en partido político con representación en el Congreso y los PDET se adelantaron con participación de las comunidades. Pero ni las circunscripciones ni la reforma política fueron aprobadas en el Legislativo.

Esta situación preocupa por la historia violenta de Colombia a causa, en parte, de la marginación de algunos sectores en el sistema electoral y también porque en el mundo los mecanismos de representación tradicional están en crisis, como bien lo afirmó Humberto de la Calle, jefe negociador del acuerdo. Contrario a atizar esta situación, es necesario dar respuesta con mejores mecanismos para que los ciudadanos tengan voz y se sientan representados.

Ese llamado también lo hizo la directora ejecutiva del Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria, Ángela Rodríguez, quien le pidió a la clase política seguir insistiendo en las circunscripciones, ya que hay miles de líderes que siguen esperando para ocupar los lugares que el acuerdo les concedió. “Todos los actores de la sociedad debemos luchar por una democracia amplia, incluyente y representativa que se conecte con la ciudadanía”, dijo.

Con ese propósito, el NIMD ha adelantado el programa Acción Democrática para la Paz, financiado por la Unión Europea y que busca fortalecer las capacidades de los actores políticos de partidos tradicionales y emergentes para que los líderes tengan una mejor relación con sus bases. Además, promueve el diálogo y la cultura democrática por medio de las Escuelas de Formación para la Democracia, que reunieron a más de 800 líderes de partidos políticos del ámbito local, miembros de sociedad civil y excombatientes. “Hay todo un movimiento importante desde la sociedad civil que necesita ser acompañado y no ser estigmatizado, para seguir construyendo una fuerza democrática en Colombia”, aseguró Patricia Llombart, embajadora de la Unión Europea en Colombia.

Estas acciones resultan cruciales si se tiene en cuenta que, como dijo el general Óscar Naranjo, exvicepresidente y miembro del equipo negociador, nada dignifica más a un ciudadano que darle una voz: “El diálogo es inherente a una democracia sana y funcional, y todas las voces deben ser tenidas en cuenta”.

De eso es consciente Mayerlis Angarita, líder social de los Montes de María y directora de Narrar para Vivir, quien contó durante el foro su experiencia y la de su comunidad. “Entendimos que no podemos transformar nuestra realidad si no llegamos al poder y no estamos donde se toman las decisiones”, dijo Mayerlis.

En ese proceso para fortalecer la democracia e impulsar liderazgos sociales, los partidos políticos juegan un rol protagónico. A pesar de la desconfianza que hoy generan en la mayoría de los ciudadanos, Yann Basset, director del Observatorio de Representación Política de la Universidad del Rosario, explicó que estas colectividades son vitales para canalizar las necesidades y preocupaciones de las comunidades. Solo así la democracia contribuirá a evitar conflictos y solucionar los problemas de la sociedad.