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Otto Bula y Federico Gaviria | Foto: Fotomontaje SEMANA

JUSTICIA

El Dorado, un tesoro de la mafia con el que blanquearon los sobornos de Odebrecht 

Una de las haciendas de Francisco Cifuentes Villa, el piloto de Pablo Escobar asesinado en 2007, habría sido usada para encubrir una millonaria operación de lavado de activos producto de la corrupción. El caso tiene respondiendo al exvicepresidente de la ETB Federico Gaviria.

Johanna Álvarez Quintero
20 de julio de 2017

A la Cubana le cambiaron el nombre en los años 90, desde cuando empezó a llamarse El Dorado. La hacienda de 1.200 hectáreas se extiende por las riberas del río Cauca, en el municipio Cáceres (Antioquia). A los pobladores les trae a la mente el recuerdo de los mejores hatos ganaderos de la región, minas de oro y plantaciones de coca con sus propio laboratorio de cocaína. Era un verdadero tesoro para la mafia que terminó invadido por la corrupción. 

La hacienda aparece en la mitad de un millonario negocio a través del cual la firma brasileña Odebrecht le giró la coima a Otto Nicolás Bula en Colombia. Quien primero habló de su existencia fue el capitán Gustavo Urrego Contreras, dueño de la firma Aerocharter Andinan y también representante legal de las firmas panameñas Aviación Helicontinente S.A y Coast Helicopter Inc., las cuales recibieron giros por USD $ 511.000 dólares (1.500 millones de pesos) del departamento de operaciones estructuradas de Odebrecht.  

Esta es apenas una porción de los USD $ 4,6 millones que la firma dice haberle entregado al exsenador Bula como comisión de éxito por acomodar la entrega del otrosí Ocaña-Gamarra y otras concesiones en favor de Odebrecht. A pesar de que salta a la vista que es un porcentaje menor dentro de todo lo que pudo recibir el exsenador, este pedazo de la historia comienza a contestar varios interrogantes respecto a dónde fue a parar el dinero que recibió Bula por girar la contratación de megaobras de infraestructura en Colombia a favor de la firma brasileña.  

El tema tiene respondiendo ante la justicia al exvicepresidente de la ETB Federico Gaviria, quien fue condenado a 31 meses de cárcel por el ‘carrusel’ de las ambulancias de Bogotá, pero que mantiene excelentes relaciones con poderes empresariales y políticos.

“Me dijo que era un negocio transparente y que no me metería en ningún problema”, le explicó el capitán Urrego a la justicia, cuando fue interrogado. Su versión, a la que hoy le estaría dando credibilidad la Fiscalía, hace referencia al momento en que César Hernández, el capturado excontralor delegado para la responsabilidad fiscal de Medellín, le pidió el favor de realizar las transacciones.  

“Él me dijo que el dinero era el pago de una asesoría jurídica y una comisión de una venta de una propiedad en Colombia. Después me enteré que era un señor Federico Gaviria que había comprado esa propiedad, era de una finca en Cáceres (Antioquia), llamada La Cubana”.  

SEMANA investigó y encontró que el predio que hace cerca de un siglo fue del expresidente colombiano Pedro Nel Ospina, llegó en los 80 a manos de tres socios ya fallecidos, unidos por lazos familiares: Ruperto Mejía Botero, Fabio Mejía Mejía y  Ricardo Darío Mejía Peláez. Ellos decidieron venderm a través de un comisionista en 1996, al señor Álvaro Mesa Cadavid, procesado actualmente por despojo de tierras en el Urabá antioqueño.  Es hermano del diputado de Antioquia Rodrigo Mesa Cadavid (el mismo que ofendió al Chocó en el cabildo al decir que darle dinero a ese departamento era como perfumar un bollo)  y según los Tribunales de Restitución de Tierras actuó de mala fe comprando fincas a organizaciones criminales de autodefensas que las arrebataron violentamente a los campesinos en la vereda Paquemás, en Turbo (Antioquia).

Este predio habría durado pocos meses en manos del hoy cuestionado negociante, cuando pasó a ser propiedad de Francisco Iván Cifuentes Villa, el piloto de Pablo Escobar y posterior socio de la Oficina de Envigado, que terminó asesinado en 2007 en Villa Aurora, una finca ubicada a pocos kilómetros de La Cubana, a la cual bautizó como El Dorado. 

Pacho Cifuentes Villa era un hombre de confianza de Escobar y una vez murió el capo, se quedó con una buena parte del negocio de narcotráfico. Es el hermano mayor de Jorge Milton, Dolly de Jesús e Hildebrando Alexander Cifuentes Villa. Su esposa era María Patricia Rodríguez. Todos heredaron sus negocios de narcotráfico por lo que se fueron de Colombia extraditados a Estados Unidos como socios del cartel de Sinaloa y de su jefe, Joaquín el Chapo Guzmán Loera. 

Cuando la viuda fue capturada era buscada por el Chapo para que respondiera por siete toneladas de cocaína que el Cartel de Sinaloa le había pagado por adelantado a su esposo Francisco Cifuentes Villa. Hasta el momento de su asesinato, Pacho Cifuentes aparentaba ser un empresario y ganadero, que constituyó empresas que le permitían lavar ganancias por venta de drogas.  

Con la caída de la familia Cifuentes Villa, se destapó el emporio de propiedades que amasaron por años en Colombia. Muchas de estas propiedades no entraron al radar de las autoridades sino hasta el año 2011, cuando fueron incluidos en extinción de dominio 255 inmuebles, 44 establecimientos comerciales, y dos acciones del club El Nogal de Bogotá. Sin embargo, los certificados de matrícula inmobiliaria del predio no permiten confirmar si El Dorado entró en este paquete de propiedades incautadas. 

De hecho, una investigación realizada por el diario El Colombiano de Medellín, da cuenta cómo la firma El Cóndor, de propiedad de Francisco Cifuentes Villa y que prestaba servicios de alquiler de aeronaves particulares a autoridades y a la misma Policía de Antioquia, para el año 2012 no había sido tocada y permanecía en funcionamiento.   

Si las cosas son como las afirma Urrego, quiere decir que al lado de la transacción para el pago de la coima había un negocio para la finca La Cubana o El Dorado tuviera un nuevo dueño. Y en esta transacción también habría tenido participación Juan Fernando Ramón Zapata, quien es identificado como el dueño de una charcutería en Medellín, que tenía una deuda con el capitán Urrego. “Me enteré hace una semana por César Hernández que en la transacción de recursos o dinero consignada en Panamá, él (Zapata) tenía que ver con la transacción y que era amigo de Federico Gaviria, que fue el que hizo la negociación de la finca mencionada en Cáceres, Antioquia”, dijo ante la Fiscalía.

El ente acusador ya logró unir todas las piezas sueltas de esta investigación y el resultado viene acompañado por varias capturas, la más esperada, la de Federico Gaviria, quien es señalado como la persona que tras bambalinas estructuró el contrato de Ruta del Sol tramo dos. En una audiencia que se hizo a puerta cerrada para no entorpecer la investigación, fue imputado ante un juez 23 de control de garantías. Es así como el otrora socio y vecino del exsenador Otto Bula tiene una nueva cita con la justicia para responder por otros presuntos delitos.