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El primo de Andrés

Un pariente bocón asustó a la familia Pastrana y obligó al candidato a abrir la boca.

3 de enero de 1994

CUANDO EL MEDICO HERnando Pastrana Borrero. hermano del ex presidente Misael Pastrana Borrero, fué condecorado el año pasado por la Cancillería por sus labores diplomáticas en Argentina, aprovechó la ocasión para solicitar el favor de que nombraran a su hijo, Gustavo Pastrana Gómez, en un cargo, ojalá en Montevideo, donde se desempeñaba como asistente de la secretaría de la Aladi.
Dicha solicitud se estaba cstudiando cuando el 7 de abril Ilegó una carta desde la capital uruguaya. enviada por el entonces embajador Jorge Garavito, en la que advertía que Pastrana debía desde hacía mueho tiempo 26.965 dólares a la firma Cambio Messina S.A. de Montevideo y que por ello debía reconsiderarse su nombramiento.
Dentro de la chismografía diplomática de Montevideo se filtró la información de que había una animadversión personal entre el embajador Garavito y Pastrana Gómez por cuenta de unos ehismes sentimentales y que por ello Garavito había tomado la decisión de prevenir a la Cancillería acerca de la inconveniencia del nombramiento. Por el lado de Garavito, la versión era que se había opuesto al nombramiento de Pastrana Gómez porque consideraba que no era idóneo para desempeñar el cargo, como el tiempo se en- cargó de demostrarlo.
El hecho es que, para curarse en salud, Noemí Sanín solicitó a la compañía Messina y a la Policía Técnica de Montevideo las certificaciones comerciales y judiciales de Pastrana Gómez, y sólo cuando las obtuvo se decidió a nombrarlo.

EL LENGUILARGO
Cuando se produjo la captura en Miami. Pastrana demostró una torpeza asombrosa. Las cifras del negocio -7.500 dólares de comisión- eran insignificantes y demostraban la falta de malicia del novato lavador de dólares. Su imprudencia llegó al punto de firmar un recibo donde constaba que había recibido dinero del narcotráfico para lavarlo.
Pero lo más grave de Pastrana no fue su torpeza sino su lengua. Según la DEA, habría dicho a los agentes encubiertos que su primo Andrés había sido alcalde de Bogotá y que posiblemente sería el nuevo presidente de Colombia.
Esa afirmación no solo terminó de hundirlo sino que dejó mal parado al candidato de la Nueva Fuerza Democrática, quien inicialmente había sido involucrado en el caso, de forma verbal, por el juez argentino Roberto Marquevich.
Al parecer en una investigación de la DEA llevaba a cabo en Estados Unidos con la cooperación de la unidad antidrogas de la Policía Federal Argentina, para buscar a otras personas, aparecieron relacionados los apellidos Pastrana Gómez.
La agencia de noticias The Associated Press (AP), que conoció del episodio en un comienzo, aunque no lo incluyó en sus boletines oficiales sí lo filtró de manera informal a otros medios de comunicación. Cuando el Gobierno colombiano conoció del hecho, de inmediato se movilizó para aclarar la situación. En los círculos políticos nadie tomó la acusación en serio.
Para empezar la rama Pastrana Gómez nunca había vivido en Colombia. El propio Gustavo tiene muy bien marcado su acento argentino. En una de las grabaciones obtenidas por la DEA se cscucha con frecuencia "vos sabés.~ Pero, además, independientemente de ello parecía poco viable que Andrés Pastrana estuviera metido en líos de lavado de dinero provenientes del narcotráfico, más cuando el propio candidato ha denunciado que fue secuestrado por la organización de Pablo Escobar en momentos en que aspiraba a la Alcaldía de Bogotá.

LA TRAMPA
El miércoles, cuando se destapó el lío, la DEA convocó a una rueda de prensa en Miami donde iba a informar los detalles de la operación. Pero la Cancillera se apersonó del asunto y le advirtió al gobierno de Estados Unidos que, por cuenta de un episodio aislado que involucraba a una sola persona, no se podía "mancillar la imagen de un país".
Esto significaba que, de no ser manejadas con cuidado, ese tipo de informaciones no confirmadas podían incidir en la campaña política. La transmisión de este mensaje al gobierno estadounidense y de éste a la DEA fueron suficientes para suspender la rueda de prensa. En realidad, las autoridades de Estados Unidos nunca llegaron a considerar factible la responsabilidad de Andrés Pastrana.
En Argentina el juez Marquevich debió retractarse y mediante un documento público, que solicitó el embajador en ese país, Víctor G. Ricardo, reconoció su error inicial de vincular a Andrés Pastrana con la causa.
Todo esto llevó al ex senador a romper su controvertido silencio con una rueda de prensa. En ella manejó bien la situación al declarar lo previsible que si su primo resulta culpable, "debe ser sancionado con todo el peso de la Ley". Luego dijo a una cadena radial que detrás de todo "hay algunas fuerzas oscuras y extrañas". Fueron éstas sus únicas declaraciones inexactas. Las fuerzas oscuras y extrañas que había detrás de todo el episodio era la lengua de su primo. Ni la DEA, ni la justicia de Argentina, ni los samperistas, ni nadie lo estaba persiguiendo.
La casa Pastrana, a través del periódico La Prensa, defendió la teoría de que la cuestionada estrategia del "entrapment", que consimmste en inducir a una persona a cometer un delito. Es la misma que utilizaron para capturar en 1986 a Ernesto Delgado, entonce

s cónsul en Miami. Todo ello puede ser cierto, pero en el caso de Gustavo Pastrana, el único culpable es el primo de Andrés que, como un ratón hambriento, cayó en la trampa.
En todo caso, como la buena estrella de Andrés Pastrana es legendaria, habían transcurrido 24 horas del episodio, cuando la muerte de Pablo Escobar enterró el tema.