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| Foto: César Carrión / presidencia

PAPA FRANCISCO EN COLOMBIA

Emmanuel, el niño que debía entregar la paloma de la paz

El hijo de Clara Rojas, nacido en cautiverio durante el tiempo que estuvo secuestrada por las Farc, fue el encargado de darle al sumo pontífice el primer obsequio en su llegada al país. Esta es su impresionante historia de vida.

6 de septiembre de 2017

Apenas descendió el papa del avión que lo traía desde Italia, un niño de unos 13 lo esperaba junto al presidente Santos. Las cámaras de televisión lo enfocaban a él cargando un obsequio en sus manos. El encuentro del niño y el sumo pontifice estaba planeado con anterioridad, pero muy pocos colombianos sabían que no se trataba de un pequeño cualquiera. Tiempo después en redes sociales muchos comenzaron a descubrir la identidad del niño que por años tuvo en vilo a los colombianos: Emmanuel Rojas. 

El retrato de Emmanuel y el papa Francisco podría considerarse por muchos creyentes como un milagro. Emmanuel es hijo de Clara Rojas. La hoy representante a la Cámara fue secuestrada el 23 de febrero de 2002. Y Emmanuel nació en el más inclemente cautiverio. Ahora, ya un adolescente, se convirtió en el símbolo frente al sumo pontífice de la Colombia a la que llega. 

Clara Rojas cuenta que hace unos días la llamaron y le preguntaron si su hijo podía cumplir ese rol. "Le pregunté a él si quería y estuvo de acuerdo. Hoy en Catam vivimos un momento muy emocionante. Emmanuel llevó una paloma, que según él mismo explicaba simbolizaba la liberación que debemos tener todos los colombianos. Nos sentimos bendecidos de haber tenido esta oportunidad", aseguró la congresista.

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Los momentos que ambos compartieron fueron transmitidos en directo por todas las cadenas de televisión. Emmanuel luego le contó a su mamá que le dijo "hola" al papa y que en ese momento él sacó un rosario en un estuche verde y se lo entregó en la mano. Apenas lo tuvo allí, el sumo pontifice le pidió que rezara por él y le dio la bendición. Agrega que no le contaron a nadie que Emmanuel iba a tener esa oportunidad. Apenas la gente se enteró que era él comenzó a apluadir con euforia. 

El obsequio que Emmanuel le entregó al papa fue una pequeña escultura de una paloma. Se trataba de una obra de la artista Ana González Rojas, titulada Plumae (pluma en latín). La escultura mide 10 centímetros y fue hecha a mano en porcelana blanca. En sus alas están dibujadas en grafito orquídeas y flores colombianas como la cattleya o la passiflora.

Apenas se confirmó que el niño que había recibido al papa era Emmanuel, muchos colombianos recordaron la impresionante historia de su vida. El clamor de su abuela, Clara González de Rojas, por su liberación se convirtió en uno de los símbolos mundiales de la tragedia del secuestro que por años azotó a Colombia. 

El país se enteró de la existencia del niño por cuenta de un episodio inusual. En 2005, el periodista Jorge Enrique Botero publicó un libro llamado Últimas noticias sobre la guerra, que tenía muchas escenas reales del conflicto armado pero otras de ficción. En medio de un centenar de páginas estaba escrito el relato de cómo en medio de la adversidad, un bebé de Clara Rojas había nacido en la selva. "Raúl Reyes me lo confirmó verbal y físicamente, frente a mí, mirándome a los ojos", dijo el periodista en esa oportunidad.  Por meses no se pudo confirmar la noticia por otra vía, hasta que John Frank Pinchao, luego de su espectacular fuga aseguró que el niño estaba bien y que se llamaba Emmanuel. 

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Por años, la libertad de Emmanuel fue uno de los clamores para humanizar la guerra en Colombia. Y la noticia feliz de su llegada finalmente se anunció. En la navidad de 2008, las Farc anunciaron que gracias a la mediación del presidente Hugo Chávez entregarían no solo a Emmanuel sino a su mamá. El 31 de diciembre, el presidente Uribe confirmó sus sospechas iniciales: la guerrilla no tenía el niño.

En ese momento, se destapó la increíble historia que el pequeño había vivido en los últimos años y la desgarradora separación que había tenido de su madre. Según se supo después, el comandante Gentil Duarte, en enero de 2005, decidió apartar a Emmanuel de los demás secuestrados por cuenta del ambiente hostil que se vivía en esos campamentos, que tenían que moverse día y noche para ocultarse de la incesante búsqueda del Ejército.  

La guerrilla le entregó el niño a un campesino de Guaviare, José Crisanto Gómez, quien lo cuidó los primeros años al lado de su esposa y sus cinco hijos. El niño llegó muy mal de salud, presentaba síntomas de leishmaniasis y tenía una fractura en el brazo izquierdo. Lo que viene después nunca ha sido claro, pero Gómez terminó llevando al niño a un hospital de San José de Guaviare por cuenta de una enfermedad. 

El niño estaba tan mal que los médicos llamaron al Instituto de Bienestar Familiar y desde ahí la entidad se hizo cargo de él. Gómez dijo en la clínica que el niño se llamaba Juan David Tapiero, pero le decían Peggy. "Él era crespito, narizoncito, se le hacen ‘guaguitos‘ cuando se ríe, gordito, tez blanca, ojos cafés claros, cejas nutridas, orejitas no recuerdo bien y me acuerdo que tiene una cicatriz", le dijo Gómez a las autoridades.  

El hombre cuenta que cuando las Farc se enteraron que el niño estaba en el hospital, lo amenazaron y le dijeron que no podía revelar que el niño no era de él. Por cuenta de esa advertencia, Gómez aseguró que el niño era su sobrino. Después, por miedo según él, le dijo a la guerrilla que el bebé estaba donde una tía en Bogotá.

"Yo en ningún momento dije que lo había dado a Bienestar Familiar. Siempre les mentí. Les dije que lo tenía donde una hermana y que el niño iba muy bien. Ellos tampoco me dijeron si necesitaba plata para las vueltas del niño. Cada nada se desaparecían y volvían. Hasta hace unos tres meses que tuve una amenaza, que tenía que devolver al niño. En medio del susto fui donde el defensor que llevaba el caso y me tomó una declaración". 

Para ese final de año, el país estaba esperando la liberación de Emmanuel y de Clara Rojas en un evento televisado que tendría lugar en Caracas. Pero apenas se supo que las Farc no tenían en su poder al niño, la historia comenzó a tener cada vez más tinte de película. Las autoridades comenzaron a buscarlo en secreto y lo encontraron en un hogar del Bienestar Familiar.  El 28 de diciembre lo pusieron bajo custodia secreta de un alto funcionario del Gobierno. 

Emmanuel era en esos días el secreto mejor guardado del Gobierno Uribe. La guerrilla por su lado, desplegaba un enorme operativo para la liberación con Chávez e incluso el famoso director de cine Oliver Stone viajó a ver la escena. Las Farc aseguraron que debían prolongar la entrega de los secuestrados por motivos de seguridad y logísticos. El presidente venezolano salió a denunciar que existían operativos militares y en ese momento Uribe y su entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, decidieron hacer pública la verdad que habían ocultado tan celosamente por horas: el Gobierno tenía a Emmanuel. 

Lea la portada de 2008 con la historia secreta de Emmanuel 

A pesar de esa mentira, la historia tuvo un final feliz y Clara Rojas fue liberada el 10 de enero de 2008 junto con Consuelo González de Perdomo. Ahí la familia por fin pudo reecontrarse. La entonces formula vicepresidencial de Íngrid Betancourt se ha convertido desde ese momento en una importante vocera de las víctimas del conflicto armado y ha tenido un papel destacado en el Congreso de la República. 

José Crisanto Gómez fue condenado por la justicia a 33 años de cárcel como responsable del secuestro de Emmanuel. Tiempo después, la Corte Suprema revisó su caso y lo absolvió pues aseguró que no existían pruebas suficientes para considerarlo miembro de las Farc. Para Clara la decisión dejó un "sabor amargo". Tiempo después, una película retrató la vida del campesino del Guaviare y la travesía de Emmanuel. 

Durante los años que Clara Rojas estuvo secuestrada, Emmanuel fue uno de los niños que los colombianos más guardaron en sus oraciones. Por eso, la imágen de él, ya convertido en un adolescente, recibiendo al papa conmovió a todo el país. 

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