Nación
Excombatientes de las Farc reconocen y piden perdón ante la JEP por los crímenes cometidos en el Cauca y el Valle del Cauca
En una audiencia, los antiguos jefes y miembros de ese grupo guerrillero aceptaron haber infligido dolor a las comunidades étnicas, a los pueblos y al medio ambiente. “Los hechos están y no se pueden tapar con una sola mano”.
Siga las noticias que marcan la agenda del país en Discover y manténgase al día

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) culminó la primera audiencia de reconocimiento del Caso 005. En esta diligencia, nueve comparecientes que hicieron parte de las columnas Jacobo Arenas y Gabriel Galvis reconocieron haber cometido asesinatos, desapariciones, reclutamientos, utilización de minas antipersonal, ejecuciones, confinamiento y afectaciones a las comunidades indígenas, afrocolombianas y campesinas.
El 005 es uno de los macrocasos territoriales de la JEP, la jurisdicción creada por los diálogos de paz firmados por las Farc. Este proceso aborda hechos cometidos en 17 municipios del norte del Cauca y del sur del Valle del Cauca. La audiencia pública se llevó a cabo en cuatro jornadas que se dividieron por los grupos de víctimas y fue transmitida en directo.

El primer día se dedicó a la instalación y al reconocimiento de crímenes cometidos contra toda la población. Inicialmente, se reconocieron los ataques a la población civil que ocurrieron, entre otros, en los municipios de Toribío, Caldono, Caloto y Florida. “Acepto la responsabilidad de esa afectación, son hechos que no debieron pasar, sin embargo, estamos acá para aceptarlos y asumir nuestras responsabilidades, entendemos el dolor causado”, dijo un excombatiente.
Luego, otro agregó: “Reconozco mi responsabilidad, en calidad de miembro de la dirección de la Jacobo Arenas, en las diferentes incursiones que hicimos en los cascos urbanos atacando a la Fuerza Pública”.
Posteriormente, se reconoció la utilización de minas antipersonal. El caso representativo fue el de la familia Ipia, que falleció como consecuencia del uso de esos artefactos: “Lamentamos los hechos sucedidos, la muerte de los comuneros, de la familia Ipia, del río Granates Arriba; acepto la responsabilidad porque era de nosotros (…). Los daños y las afectaciones fueron graves, a la familia, a la comunidad, daños psicológicos, pánico, miedo, daños económicos, y eso queda en las memorias de las comunidades, de la misma familia, de los afectados”.
Para culminar la jornada se reconoció responsabilidad sobre los crímenes cometidos contra el medio ambiente. Un excombatiente resaltó: “Contaminamos el medio ambiente e hicimos daño a la madre tierra”. Luego, otro explicó la afectación por residuos y explosivos: “Hubo todo lo que sea residuo reciclable que afecta al medio ambiente; en el campo de la guerra, todos esos residuos, restos de cuerpos de granada, residuos de explosivos, residuos de material que se utilizaban para hacer las bombas, las granadas, hacer los morteros, esos residuos afectan el medio ambiente”.
🗣️“Yo reconozco mi responsabilidad, como comandante de la columna ‘Gabriel Galvis’, por haber participado en el cumplimiento de un plan de orden estratégico, que era llegar a Cali”, reconoció uno de los comparecientes, refiriéndose a cómo atravesaron y ocuparon territorios… pic.twitter.com/vSkhsE1T5H
— Jurisdicción Especial para la Paz (@JEP_Colombia) December 3, 2025
El segundo día se dedicó a las afectaciones cometidas contra las comunidades indígenas del Cauca. En esa sesión participaron líderes del Cric y víctimas indígenas de toda la zona. En la mañana, los excombatientes reconocieron su responsabilidad de asesinatos y desapariciones de indígenas.
En ese patrón se abordó el asesinato del líder Leonsón Fernández por parte de miembros de la columna Jacobo Arenas, frente al cual uno de sus excomandantes pidió “perdón a su hermana y a toda la comunidad”. En la misma sesión, luego de haber reconocido los hechos, otro excomandante ofreció colaborar para la búsqueda de personas desaparecidas: “Quiero ponerme a disposición, con toda la voluntad y con toda la honestidad, para ver cómo entregar esos cuerpos que ustedes están reclamando, en apoyo con la Unidad de Búsqueda”.
Más adelante se reconocieron los reclutamientos de niños y niñas de la comunidad Nasa del norte del Cauca: “Reconozco la afectación que se les hizo a las comunidades indígenas al reclutar jóvenes, menores de edad que no tenían un conocimiento pleno de la decisión que iban a tomar. Había una conducta de reclutamiento que, a cabalidad, no se cumplió. Los hechos están y no se pueden tapar con una sola mano”, afirmó uno de los excombatientes.

En la jornada de la tarde se abordaron los crímenes cometidos contra las comunidades indígenas como desplazamiento, confinamiento y otros daños causados a su cultura que fueron reconocidas por los excombatientes: “Las palabras son poquitas para todo el daño que se causó. Escuchándolos en este momento comprendemos qué fue lo que pasó. Ahora nos llevan a entender cuál fue el daño, qué fue lo que pasó con el desplazamiento y el confinamiento. Quiero reconocer estos hechos ante ustedes”.
Otro excomandante adicionó: “Las afectaciones fueron varias. Ustedes (las víctimas) nos lo han señalado: cómo se afectó su libre movimiento, sus sitios sagrados, sus cultivos. Reconozco que fueron afectados”.
Para concluir, se reconocieron los crímenes contra la naturaleza: “Las afectaciones a la madre tierra se causaron por el conflicto, por lo que pasó en los campos de combate. Reconocemos que, por medio del enfrentamiento, las bombas, dañamos la naturaleza. Comprendo el daño o la zozobra que sintieron, porque son defensores de la tierra”.
El tercer día se reconocieron los crímenes cometidos contra las comunidades afrocolombianas. Primero, admitieron asesinatos y desapariciones: “Desde el momento en que se comete un asesinato, esto no se repara. Entiendo todas las frustraciones, todas las rabias. Esas vidas no las podemos volver a traer (...). Reconozco esa responsabilidad, por no haber tenido la destreza para haber manejado estas situaciones de otra forma”.
En este bloque se reconoció el asesinato de más de diez personas en el bar Los Recuerdos. Luego, las víctimas narraron los graves desplazamientos y afectaciones por las tomas sufridas por las comunidades afrocolombianas, a lo cual un compareciente contestó: “Reconocemos nuestra responsabilidad, porque allí se produjeron pérdidas de vidas y graves violaciones a los derechos humanos”.

Finalmente, se abordaron afectaciones colectivas contra los pueblos afrocolombianos que también fueron reconocidos por los excombatientes: “Cuando se presentaban los enfrentamientos, los pueblos afro sufrieron daños graves. En nuestros desplazamientos para realizar acciones contra la Fuerza Pública causamos afectaciones irreparables en Tamboral, Pedro Alonso, La Virgen y Pedregal, que son zonas urbanas”.
Otro excomandante dijo: “Provocamos que las comunidades afro se vieran impedidas en su movilidad, lo reconocemos, es innegable. El confinamiento al que se vieron obligados, es nuestra responsabilidad”.
Al final, otro manifestó: “Reconozco mi responsabilidad como integrante de la columna Jacobo Arenas y quiero pedirles que, ojalá, algún día puedan perdonarnos”.
El último día se dedicó a las comunidades indígenas del Valle del Cauca y a las comunidades campesinas. Se comenzó con el reconocimiento del asesinato de Epifanio Latín, un profesor del pueblo Nasa, frente al cual un excombatientes afirmó: “Reconozco esa situación, hechos que les causaron un daño a la comunidad y a su familia”.
Otro de los excombatientes reconoció las consecuencias del hecho: “Se truncó el estudio de los niños. Reconozco, ante las víctimas y el país, ese hecho. Reconozco mi responsabilidad”.
También se abordaron otros crímenes contra los indígenas del Valle del Cauca: “Ustedes, las víctimas, son el centro del acuerdo, porque ustedes quedaron en medio del conflicto. Nosotros, como extintas Farc-EP, nos beneficiamos de las comunidades de diferentes formas: en los ingresos, abastecimientos, en el refugio”, reconoció un excombatientes de la columna Gabriel Galvis.

En la parte final del día se reconocieron otros hechos cometidos contra campesinos y población no étnica. Sobre el asesinato de Javier Murillo, uno de los comparecientes les dijo a las víctimas: “Reconozco ese asesinato del que hoy decimos: no debió haber ocurrido, porque se le causó daño a la junta de acción comunal, él era un líder, pudo haber hecho muchas cosas por su comunidad”. Luego se reconoció el asesinato de la señora Leopoldina Valencia, por parte de las Farc: “Aprovecho el momento para limpiar el nombre de la señora Leopoldina, que no era informante ni era hechicera. Por eso, reconozco y reconocemos, la dirección de la columna Gabriel Galvis, ese hecho. Es una muerte irreparable”, afirmó un excombatiente.
En el #Caso05 se han acreditado 49 organizaciones indígenas, dentro de las cuales se encuentran 11 de Valle del Cauca.
— Jurisdicción Especial para la Paz (@JEP_Colombia) December 3, 2025
🗣️“Estas acreditaciones ponen en evidencia el profundo impacto que el conflicto armado ha tenido sobre las comunidades indígenas”, explicó el magistrado… pic.twitter.com/bL2ywccETk
El magistrado Raúl Sánchez destacó el reconocimiento de los comparecientes sobre el asesinato de la mayora Leopoldina y la reivindicación de su buen nombre. También resaltó la aceptación de responsabilidad que hicieron ante miembros de la Fuerza Pública por el uso de artefactos explosivos prohibidos por el Derecho Internacional Humanitario (DIH)”.
Finalmente, les dijo a los comparecientes de las extintas Farc-EP: “Confiamos en que lo que sea reconocido hoy se traduzca en acciones concretas en favor de los pueblos y de los territorios afectados”.




