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| Foto: Archivo Particular

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La pelea entre las FARC y el gobernador de Antioquia

El grupo guerrillero calificó de "absurdas e infames" las declaraciones de Luis Pérez sobre la presunta explotación sexual de menores y la falta de control en los puntos de preagrupamiento.

28 de diciembre de 2016

Como hace mucho tiempo no se les oía, las FARC volvieron a su viejo tono. El destinatario del mensaje era el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, que recientemente denunció los problemas que se estarían presentando en uno de los 11 puntos de preagrupamiento que hay de esa guerrilla en Antioquia.

"Las absurdas e infames declaraciones del gobernador sugiriendo explotación sexual infantil y prostitución en el PPT de San Francisco (Yondó) son una afrenta a los hombres y mujeres de nuestra organización y un atentado a la construcción de la paz estable y duradera", advierte el Estado Mayor Central en un comunicado.

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Aunque la respuesta no fue inmediata, y se produce horas después de que el mandatario local relató los desmanes que se estarían presentando en esos lugares, la guerrilla lo vetó definitivamente de sus campamentos.

"Rechazamos las pretensiones de condenar al ostracismo a las guerrilleras y guerrilleros en proceso de paz y no aceptamos su visita a nuestros campamentos porque sólo llevan odio y rencor", se lee en otro apartado.

Según la Gobernación, un grupo de 10 menores de edad habría ingresado a una zonas de preagrupamiento en Yondó, Magdalena Medio antioqueño. “En Dabeiba me certifican que están bajando a tomar whisky al pueblo, entonces la gente está silenciosa, los alcaldes están asustados”, le había dicho Pérez a La FM.

La denuncia no cayó nada bien en las FARC, que no sólo acusaron al gobernador de tener intenciones de "sabotear la paz" y "favorecer la guerra", sino también describieron sus palabras como "propias de esa rancia clase que usufructúa el poder y las riquezas producidas por los pobres de la tierra a los que tanto aborrecen y desprecian".

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Frente a la presencia de civiles en las zonas, la guerrilla argumentó que se trata de la visita que por estos días realizan las familias de los guerrilleros a los campamentos por las fiestas decembrinas.

Como quedó estipulado en el acuerdo suscrito en La Habana, la diferencia será zanjada por el Mecanismo de Monitoreo y Verificación que enviará una comitiva a la zona para evaluar qué está sucediendo.

Esta no es la primera diferencia que florece con las FARC en Antioquia. El pasado 2 de noviembre el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, expresó el malestar que le produjo el no ser notificado por el gobierno nacional de la llegada a la ciudad de 67 miembros de la guerrilla de las FARC para participar en una capacitación con la ONU.

Ambos mandatarios vienen haciendo una estricta veerduría del tema en la región. Recientemente, el gobernador criticó el manejo de la logística en estas zonas por parte del Gobierno y denunció los problemas que se estarían presentando en las zonas que históricamente ocupaban las FARC y hoy están abandonando.

En ese sentido, el gobernador propuso una solución que generó todo tipo de controversias: crear vicealcaldías militares. Los más críticos dijeron que esto puede terminar en un modelo parecido al de las Convivir que tanto promovió Álvaro Uribe Vélez cuando era gobernador y que resultó el germen de las AUC. Sin embargo, hay diferencias.

"Lo más difícil después del acuerdo es la cultura callejera del posconflicto, que si no tiene orden y disciplina, podemos llegar a escenarios de inseguridad más grande que en el pasado (…) tenemos guerrilleros armados que mantienen contacto con la población civil, bajan a las zonas urbanas a ingerir licor, están cerca de niños y jóvenes y se ha advertido sobre una alta circulación de mujeres", respondió Pérez a Caracol Radio.

A tres días de que se cumplan los primeros 30 días desde cuando se puso en marcha el calendario del proceso de dejación de armas, el Gobierno se reúne con los miembros del Secretariado para evaluar las condiciones de las zonas de concentración donde los miembros de esa guerrilla se preparan para hacer su tránsito a la vida civil. 

¿La razón? Según el calendario, los guerrilleros deberían estar agrupados en las zonas veredales este 31 de diciembre. El problema es que desde hace días se ha venido denunciando que no todas están adecuadas para albergar a la guerrillerada.