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La edificación estaba siendo restaurada desde hacía varios años, el incendio se habría ocasionado por una de las obras. | Foto: Fotomontaje SEMANA / AFP

INCENDIO

Lo que pierde la humanidad con el incendio de la colosal catedral de Notre Dame

La tragedia sobre esta joya de la arquitectura gótica medieval resulta siendo al mismo tiempo un pérdida invaluable para la historia de la especie humana. ¿Por qué?

15 de abril de 2019

Las gárgolas de la Catedral de Notre Dame, esas extrañas efigies que vigilan París desde lo alto, sintieron arder el mundo a sus espaldas. Un incendio descomunal consumió este lunes varios metros cuadrados de esta joya de la arquitectura gótica medieval. Las primeras informaciones indican que el techo habría sido el más afectado.  

El fuego también derrumbó la aguja del templo, considerado un ícono de la religión católica que data de los siglos XII y XIII. La cuenta oficial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) expresó su conmoción por el “dramático incendio” de este bien cultural, inscrito como Patrimonio de la Humanidad en 1991.

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La edificación estaba siendo restaurada desde hacía varios años. Un artículo escrito por Aurélien Breeden en 2017 para el New York Times daba cuenta de los trabajos que paredes adentro se estaban llevando a cabo. El periodista cita en el texto a André Finot, vocero de la catedral, quien dice que la estructura de piedra estaba erosionada y que mientras más soplaba el viento, más se desmoronaba. El hombre también contó que el Estado francés estaba invirtiendo 150 millones de euros en la restauración.

Estas estatuas fueron reinstaladas el pasado 10 de abril en en domo de la catedral. FOTO: STEPHANE DE SAKUTIN / AFP

La historia de la construcción de Notre Dame está plagada de hechos sorprendentes. En 1163 comenzaron los trabajos para levantar la estructura, en el mismo lugar donde yacía la Basílica de Saint-Etienne, donde tuvo lugar la primera misa cristiana en París.

Fue durante el reinado de Luis VII que se consiguieron los recursos para concretar el proyecto. Casi veinte años duró la construcción de la nave principal y solo luego de ello fue que la fachada comenzó a tomar forma. Pese a que con los siglos se hicieron importantes cambios, Notre Dame terminaría convirtiéndose en una de las obras más icónicas de la arquitectura gótica, esto es, aquella que dominó a Europa Occidental entre el periodo Romántico y el Renacimiento.

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Una de las transformaciones más importantes que sufrió la catedral se dio en el reinado de Luis XIV, época en la que se incluyeron intervenciones y obras de estilo barroco. La fachada de 69 metros fue escenario de momentos que influyeron notablemente en la historia de Francia. Se dice que Notre Dame sufrió un enorme deterioro en 1789, durante la Revolución francesa. Varios objetos también fueron robados.

Allí mismo tuvo lugar, posteriormente, la coronación de Napoleón Bonaparte, como se puede apreciar en el famoso cuadro de Jacques-Louis David, llamado La Consagración, expuesto en el Museo de Louvre. La escena, según la historia, tuvo lugar el 2 de diciembre de 1804. El militar hizo su coronación en la catedral para demostrar que era símbolo de la Revolución y, posteriormente, consagrar a París como la capital administrativa de Francia.


FOTO: Pierre Suu / Colaborador / Getty Image

Uno de los atractivos más sobresalientes de Notre Dame es el órgano musical que posee una caja adornada con autómatas. Este destacado instrumento es obra de Aristide Cavaillé-Coll, el fabricante reconocido por combinar la ciencia y la estética en cada pieza. Por el teclado de este órgano pasaron las manos de músicos como el compositor Louis Vierne y otros artistas que veían, como todo un honor, interpretar sus obras en la Catedral.

En el área de 5.500 metros cuadrados, que alberga una planta cruciforme de cinco naves y doble deambulatorio, también hubo espacio para el romanticismo de Víctor Hugo en el siglo XIX. Su novela Nuesta Señora de París (1831) relata la ya conocida historia de Quasimodo, un hombre que recibía el rechazo de todo el pueblo francés por su aspecto físico, menos de Esmeralda, una gitana que se robó su corazón.

Pero definitivamente quienes se robaron el protagonismo de la magestuosa catedral fueron las vírgenes. En su interior existen treinta y siete representaciones de la mujer elegida por Dios para criar a su hijo. Entre ellas sobresale la Vírgen de París hecha a mediados del siglo XV, que proviene de la Capilla de Saint Aignan, en el antiguo Claustro de los Cañones de la isla de la Cité. Y la virgen de Guadalupe, patrona de los mexicanos, que también tiene un lugar en el ala izquierda de Notre Dame, construida en 1949. Pero quizás terminen reducidas a cenizas por el voraz incendio que estuvo sin control por varias horas.