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Coronel (r) Luis Alfonson Plaza Vega | Foto: Archivo SEMANA

JUDICIAL

¿Un testigo que enreda a Plazas Vega?

Una supuesta víctima de tortura del holocausto del Palacio de Justicia asegura que él ordenó trasladarlo al lugar donde sufrió los vejámenes. No hay investigaciones contra el oficial por estos hechos.

8 de diciembre de 2015

Todo parece indicar que esta semana la Corte Suprema de Justicia resolverá la situación del coronel (r) Luis Alfonso Plazas Vega. La suerte parece ya jugada en su favor. Aparentemente, es inminente que el oficial (r) recuperará su libertad, tras ser absuelto por la desaparición de civiles que tuvo lugar durante el holocausto del Palacio de Justicia.

Sin embargo, hay quienes siguen insistiendo en que el exmilitar no está del todo libre de culpas. La Fiscalía cuenta con el testimonio del conductor de uno de los magistrados de la época, que así lo sugiere.

El hombre, supuesta víctima de torturas que habrían infringido militares a los sospechosos de colaborar con el M-19 en la toma, dice que fue Plazas quien ordenó trasladarlo a la unidad castrense donde, al parecer, se cometieron los vejámenes en su contra.

La versión es del conductor de un magistrado de la Corte Suprema de Justicia de hace 30 años. El hombre ya le había contado a la Comisión de la Verdad hace unos años la manera como fue torturado por uniformados que pretendían sacarle una verdad que, según dice, no poseía.

Su testimonio hoy tiene un valor adicional, pues parecería abrir un nuevo interrogante sobre la participación de Plazas Vega en el operativo de retoma del Palacio.

A punta de culatazos y lenguaje soez, según afirmó el testigo, los militares pretendían que les contara cuál fue su aporte al asalto, cuando lo cierto era que nada tenía que ver con la toma guerrillera, excepto el ser víctima de ella.

Aseguró haber hecho parte del grupo de siete conductores que inicialmente fueron llevados a la Casa del Florero, el improvisado centro de operaciones de la fuerza pública durante la recuperación del Palacio. Añadió que de allí fue conducido al Cantón Norte, donde se habrían escenificado los actos de tortura.
En su declaración ante la Fiscalía, el testigo fue mucho más amplio. Aseguró que fue el coronel (r) Luis Alfonso Plazas Vega quien ordenó su tránsito hacia la Escuela de Caballería del Ejército, en el norte de Bogotá.

Dijo que oyó al oficial (r) decir que lo llevaran allí para que le brindaran los primeros auxilios, pues prácticamente no podía tenerse en pie. Los cuidados que esperaba recibir se convirtieron en una jornada llena de torturas.

Este hombre, al igual que uno de sus compañeros, fue puesto en libertad la tarde del 7 de noviembre, un día después de haber sido conducidos a la Escuela de Caballería. En ambos casos, la mediación de un magistrado del Consejo de Estado permitió que volvieran a sus casas.

Aun cuando la declaración tuvo lugar en diligencia programada por la Fiscalía Cuarta delegada ante la Corte, ese órgano de investigación aún no ha abierto ninguna indagación adicional contra Plazas Vega. Hasta ahora, el oficial (r) solo ha sido vinculado al proceso penal que se adelanta por la desaparición de civiles, por el cual ha sido condenado a 30 años de prisión.

De momento, para el órgano de investigación este testimonio no ha sido una prueba contundente de la participación de Plazas en las torturas. Sin embargo, sí decidió vincular a 14 militares por su supuesta participación en estos hechos. Entre ellos se cuentan los oficiales (r) Iván Ramírez, Edilberto Sánchez Rubiano y Jesús Armando Arias Cabrales, quienes también fueron procesados por las desapariciones.

Plazas en la Corte Suprema

A propósito del tema, se espera que esta semana la Sala Penal del alto tribunal decida la suerte del exmilitar, quien comandaba la Escuela de Caballería en la época de los hechos. Si se mantiene la votación de 6 a 2 que respalda la ponencia absolutoria del magistrado Luis Guillermo Salazar Otero, el coronel (r) recuperará su libertad en cuestión de días.

La discusión no ha sido fácil. Pese a la intención de la mayoría de la Sala de aprobar el proyecto de fallo, quienes se han opuesto a ella han intentado convencer a sus contradictores de que están equivocados.

Con la colaboración de sus magistrados auxiliares y demás subalternos, desde hace meses presentaron un contraproyecto que ha buscado persuadir a los demás integrantes de la Sala sobre la responsabilidad del oficial (r) en la desaparición de estas personas.

Pese a todos sus esfuerzos, siguen teniendo la pelea perdida. Aun cuando en ciertos momentos han logrado conquistar algunos votos en favor de la absolución, en ningún momento han sido mayoría, por lo que la tesis vencedora sigue siendo la de la absolución de Plazas.

Además, no han logrado convencer al ponente Salazar sobre la necesidad de abordar el caso desde otra óptica. Por eso el proyecto de fallo permanece intacto y muy cerca de ser aprobado, por una contundente mayoría de seis a dos.