NACIÓN

Ricardo Arjona y su regreso artístico a Guatemala, la tierra que lo vio nacer: SEMANA lo acompañó en su primera puesta en escena

Cantó, bailó, envió mensajes sentidos a sus seguidores y no paró de cantar durante casi tres horas. Una colombiana, entre sus principales coristas.

GoogleSiga las noticias de SEMANA en Google Discover y manténgase informado

3 de noviembre de 2025, 2:36 p. m.
Ricardo Arjona en su primera presentación en Guatemala, su tierra.
Ricardo Arjona en su primera presentación en Guatemala, su tierra. | Foto: Cortesía Ricardo Arjona.

Las calles de la apacible y encantadora Ciudad de Guatemala dan cuenta de que un verdadero hecho está por ocurrir: Ricardo Arjona, el poeta de la música, el artista de todos los tiempos, se presentará nuevamente en una gira mundial que arrancó en la tierra que lo vio nacer; sus coterráneos anhelan verlo nuevamente en escena. Y ocurrió.

En los estancos, hoteles, el aeropuerto, las puertas de las iglesias se habló, casi en coro, del relanzamiento del artista que hace dos décadas no se presentaba en su tierra y que promete -de paso- volver a Guatemala un destino mucho más apetecido por el turismo. SEMANA recorrió las calles de esta ciudad moderna y de gente encantadora y amable y confirmó la emoción que despierta el músico de 61 años.

Ricardo Arjona arrancó su gira en Guatemala. SEMANA lo acompañó.
Ricardo Arjona arrancó su gira en Guatemala. SEMANA lo acompañó. | Foto: Cortesía Ricardo Arjona.

El viernes 31 de octubre, fue la primera cita. Lugar: Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, uno de los emblemáticos escenarios artísticos de la ciudad.

Desde las 6:00 de la tarde, el río de personas a las afueras era indescriptible. Con camisetas negras estampadas con el nombre del guatemalteco, pancartas, mensajes de bienvenida escritos a mano y en cartulina, reflejaban la emoción que despertó en la ciudad el regreso a las tablas del cantante que arrancó su nueva gira de 150 conciertos, de los cuales, 15 serán en su residencia, en su casa, en Guatemala, y cuya boletería se agotó en cuestión de horas.

Carmen Aguirre, una colombiana, hizo parte de la extensa fila. Soportó dos horas de un frío inclemente que, al final, fue reconfortante, según le contó a este medio. “Qué es lo que hace un taxista seduciendo a la vida”, repitió con emoción una de las letras más famosas del compositor conocido como El Seco, mientras sujetó con sus manos su sombrero vueltiao con colores de la bandera de Colombia.

Ricardo Arjona reapareció entre su público que no lo veía en tarima hace 20 años.
Ricardo Arjona reapareció entre su público que no lo veía en tarima hace 20 años. | Foto: Francisco Argüello.

Viajó tres horas desde Bogotá e hizo parte del concierto privado con el que arrancó su gira Arjona, que se extenderá durante varios días en Guatemala y que en cada noche recibirá a 2.500 fans en el Miguel Ángel Asturias. En la primera noche, en uno de los palcos, estuvo el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo.

De pie, sin sentarse un instante, el jefe de Estado tarareo las canciones como un fan más. También lo hicieron varios de sus ministros, conscientes de que el apellido y la trayectoria musical de Arjona atrae a turistas del mundo que aterrizaron en el Aeropuerto Internacional La Aurora para presenciar nuevamente al también compositor. “Si alguna vez tuve una deuda con mi país, creo que la voy a empezar a saldar en estos conciertos”, expresó en su momento el artista guatemalteco.

La espera en el Asturias terminó. Detrás de un imponente escenario, considerado una obra de arte, que asemeja a un pueblo de Guatemala, con un extraordinario juego de luces donde se utilizó la inteligencia artificial, se escuchó al cantante interpretar Iluso, uno de sus más recientes trabajos musicales. Él aún no aparecía, pero detrás del telón pronunciaba: “En el lobby de un hotel barato, viene de rentar su piel un rato”. El público gritó sin detenerse, sin ahorrar fuerzas. “Papacito”, repetían al tiempo,en coro, algunas mujeres.

Ricardo Arjona duró casi tres horas cantando e irradiando una energía única.
Ricardo Arjona duró casi tres horas cantando e irradiando una energía única. | Foto: Francisco Argüello.

Minutos después, Arjona apareció entre la oscuridad y el chorro de luz enfocó sus 1,93 centímetros de estatura, sombrero, pantalón y saco negro, además las facciones más marcadas en su rostro, las de un hombre maduro, pero conservado, con bigote, escasa barba y una guitarra terciada en su pecho. Sin titubear empezó a cantar sin detenerse dos horas y media en un concierto que aflojó lágrimas, emociones, gritos y suspiros.

Arjona no parecía haber desaparecido de las tarimas hace años. Lució curtido en el escenario, sin cansancio, un profesional sin tacha que se movió de un lado a otro sin parpadear, un cantante que conectó- como siempre- con su público a través de miradas, sonrisas, gestos y coquetería. Con una de sus manos envió más de un beso a las mujeres que estaban entre el público y al presidente Arévalo, en una ocasión, lo miró fijamente y agachó su cabeza en señal de respeto.

“Gritas porque necesitas ser más que bonita, dicen en las redes que te cuentas si meditas mientras ejercitas”, cantó en otro momento, mientras los asistentes se levantaron de sus sillas y grabaron con sus teléfonos celulares sin poner pausa.

Arjona terminó una de sus canciones y habló con su tono de voz poético y apacible con el público. Recordó sus épocas de infancia, cuando era un niño de la Zona 18 de Guatemala, de las más alejadas y con más necesidades económicas de ese país, y detalló cómo los tiempos han cambiado.

El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, entre los asistentes al concierto de Ricardo Arjona.
El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, entre los asistentes al concierto de Ricardo Arjona. | Foto: Francisco Argüello

“Vengo de un lugar donde el bullying era el arte de aprender a sobrevivir. El que era bruto era bruto, sin psicólogo ni pastillas. Pero el bruto se las arreglaba para demostrarles a todos los demás que no era tan bruto. Algunos éramos los brutos en matemáticas y míreme a mí, terminé de cantante. Otros no se esmeraron tanto y se volvieron presidentes. Miren Latinoamérica”, expresó. El público aplaudió mientras él sonrió.

Ese es Arjona, el artista, el compositor, el poeta, el cantante que dejó mensajes en sus canciones y que le escribe a la vida sin sonrojarse, el famoso simpático y coqueto que se ríe de lo que le ocurre y que conecta fácilmente con sus seguidores. “La de antes era una época bonita, hasta que el mundo se volvió un cabaré”, resumió haciendo alarde de una de sus obras musicales.

Tras casi tres horas de una función única, Arjona se despidió con las canciones que lo volvieron famoso, entre ellas, Mujeres. Al final aplaudió a su equipo conformado por artistas de Europa y América. Karen Castiblanco, una colombiana que lo acompaña en el coro con un chorro de voz indescriptible, es una de sus más destacadas protagonistas.

La gira de conciertos seguirá en Guatemala en los próximos días. Al fin y al cabo, además de sus fans extranjeros, él estará rodeado de los propios. SEMANA conoció que instaló una taquilla móvil en Jocotenango, su pueblo natal, ubicado a 25 kilómetros de Ciudad de Guatemala, para que sus vecinos pudieran adquirir sus boletos directamente.

Por eso, entre las sillas había vecinas que lo conocían desde chico, los tenderos, dueños de supermercados y bares donde Arjona frecuentó en su juventud. También visitó su antigua escuela en la Zona 18 donde entregó entradas gratis a exalumnos.

La gira continuará.