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Lina de Uribe (izq.) y María Clemencia de Santos, las esposas de dos líderes políticos opuestos, se saludaron afablemente en el evento este miércoles en Medellín. | Foto: Cortesía / Expoartesano 2015

ENCUENTRO

El cálido abrazo de las esposas de dos adversarios

Lina de Uribe y María Clemencia de Santos se saludan afectuosamente en Expoartesano 2015, en Medellín.

21 de abril de 2015

Gabriel García Márquez decía que la única manera como este país podría dejar atrás las guerras y se embarcará de una vez por todas en el desarrollo era entregarle el poder a las mujeres porque ellas tenía mejor juicio que los hombres, quienes solo vivían obsesionados por el poder y los conflictos.

El argumento del Premio Nobel quedó en evidencia este martes en Expoartesano 2015, en Medellín, cuando se encontraron Lina de Uribe y María Clemencia de Santos, esposas del expresidente y del actual mandatario, respectivamente, quienes mantienen una pugna que, para muchos, copa excesiva y nocivamente la agenda pública nacional.

Como se sabe, ambas son mujeres muy discretas, educadas y cada una leal al ideario político de su marido. Sin embargo, como se ve en la fotografía, demostraron que la cordialidad también forma parte del sello personal de cada una.

La esposa de Santos participó en un conversatorio que tuvo lugar a las 9.30 a. m. de este martes, en el que se destacó la labor femenina en la creación de artesanías y el desarrollo de sus comunidades. Este se realizó en el stand del Ministerio de Cultura en el Pabellón Fogones y Sabores.

Allí estuvieron la primera dama de la Nación; la ministra de Cultura, Mariana Garcés; la primera dama de Medellín, Claudia Márquez, y las líderes artesanas Johana Mestre –Ati–, arhuaca de la Sierra Nevada de Santa Marta; Aura Robles, wayúu de la media Guajira, y María Dilia Dávila y su hija Lidia Isabel, artesanas de Aguadas, Caldas, quienes conversaron bajo la guía de Aída Furmanski, gerente de Artesanías de Colombia.

Inició Ati, que sólo dejó de tejer su tutu o mochila arhuaca para hablar y compartir con los asistentes algo que tiene muy claro: “Yo sin tejer no sería nada”, por eso ya desde los dos años las niñas están ayudando a sus madres a enredar la lana de oveja, usada para las mochilas, y muy pronto harán su primera creación, que en este caso es de algodón y sin diseño, una ofrenda para el mamo. En su cultura son las mujeres las encargadas de tejer, así que tienen un papel fundamental en la economía de la familia.

Siguiendo con las mochilas, en este caso wayúus, Aura Robles recordó que viene de una cultura matrilineal, en la que la mujer es la responsable de transmitir los conocimientos a sus hijos, especialmente a las mujeres, “rara vez le permitimos al hombre intervenir en la crianza de los hijos”.

Por su parte, María Dilia Dávila, artesana experta en la elaboración del sombrero aguadeño, explicó que aprendió esta técnica de su madre, que a su vez la aprendió de su abuela; en su caso, ha contado con la fortuna de transmitírsela a sus hijas Lidia Isabel y Ana Milena, pero explica que son pocas las jóvenes y niñas interesadas en aprender el oficio.

Sobre el tema, la ministra de Cultura explicó que la transmisión de estos conocimientos en las comunidades tradicionales es más difícil que en las indígenas, donde tiende a conservarse; por su parte, la primera dama destacó la labor de Artesanías de Colombia en aportar con su gestión a que estas tradiciones se mantengan y pasen de generación en generación, como una forma fundamental de construir y mantener la memoria del país y garantizar la sustentabilidad económica de las comunidades indígenas, afrodescendientes y tradicionales del país, dedicadas a la artesanía.

Al finalizar el conversatorio, la esposa de Santos se encontró, a la salida, con la de Uribe. Esta última, ha sido una asidua visitante de la feria y, al igual que al expresidente, le encanta ir, conversar con la gente, conocer cada detalle de sus creaciones. Cuando vio a la primera dama, le sonrió. Ambas intercambiaron palabras de afecto y se despidieron cordialmente.