Valle
Tesis de grado de la Sergio Arboleda destapa escándalo de presuntos abusos sexuales en escuela de música de Ginebra, Valle
La situación es tan delicada que la Personería local pidió el cierre de dos centros de formación artística en ese municipio.
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El 25 de julio, la historia reciente de Ginebra, Valle, se partió en dos. Decenas de mujeres salieron a las calles para rechazar varios hechos de presunta violencia sexual que sucedieron años atrás en silencio.
Un verdadero escándalo que las llevó a pararse frente a la Alcaldía, a recorrer las pocas calles del municipio hasta llegar a la Fiscalía para reclamar justicia.
Pero, ¿cómo nació esta denuncia grupal que hoy en redes sociales tiene un creciente movimiento autodenominado Canto por la verdad, y que tiene similitudes con el #MeToo que desde 2017 destapó los abusos de Harvey Weinstein y otras figuras del entretenimiento mundial?
SEMANA habló con una fuente que conoce de cerca las denuncias, quien pidió omitir su nombre, pero ofreció detalles del escándalo.
Todo comenzó con Catalina Gil Castillo, una estudiante de teatro musical de la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá, que nació en Ginebra y, como muchos niños del pueblo, fue ingresada por sus padres a la Fundación Canto por la Vida; otros eran matriculados en la Escuela Musical Lunarte.
Allí, ha dado a conocer en redes sociales que vivió algunos de los momentos más lindos de su vida, mientras aprendía sobre música andina, pero también los horrores de la violencia sexual.
Por eso, a punto de graduarse de la universidad, decidió hacer de su tesis de grado una investigación para indagar sobre presuntos casos de violencia sexual en doce personas que apenas conocía. La llamó Ostinato para un quitapesares.
Es una obra musical en la que ella da a conocer algunos testimonios de acoso y abuso sexual sufridos por los investigados, lo cual desencadenó la serie de denuncias que hoy tiene a la Personería pidiendo que para proteger a la niñez del pueblo se cierren las dos escuelas musicales.
Casi que por coincidencia, a una de las presentaciones de la obra en Bogotá asistió una joven oriunda de Ginebra, quien se sintió conmovida por lo que denuncia Catalina y evidenció que lo que ella había pasado en su niñez también había sido violencia sexual.
“Ella decide muchos años después de haber sufrido de acoso sexual, de abuso sexual, contarle a su mamá, que es una empleada de la Alcaldía y la reacción de la mujer desató todo esto”, le contó una fuente a SEMANA.
Que belleza esto 💜💜💜
Publicada por Catalina Gil Castillo en Viernes, 25 de julio de 2025
El testimonio de la joven está en redes sociales.
“Un día tuve tanto miedo que ya se me acabó, lo usé todo. Ahora, solo me queda la admiración y el orgullo por tantas mujeres valientes que me rodean, en especial por mi mamá, Claudia Milena Morales Colorado, quien supo hace un par de meses del abuso sexual que viví en 2020 por parte del ‘maestro’ (...) Después de que mi mamá supo que todos sus esfuerzos de cuidar y proteger a su hija habían sido manchados por alguien, que borracho abusó de mí, no tuvo paz. Un día en su trabajo, por casualidades de la vida, se presentó ‘el maestro’ y mi mamá, con toda la rabia y el sufrimiento que estaba cargando, le dio una cachetada”, escribió la joven.
La bofetada escandalizó a más de uno, pero surtió un efecto dominó que rompió el silencio de otras víctimas, quienes se acercaron a la Fiscalía para relatar lo sucedido.
Son siete, pero hay otras cuatro jóvenes que relatan lo que sufrieron, pero no han dado ese paso, porque, según conoció SEMANA, en algunos casos al acercarse a la justicia han encontrado trabas.
“Había un caso de 2021, una denuncia que no tuvo ningún efecto. Pero ahora el 21 de julio se interponen tres denuncias. Y como sabíamos que había más casos, se sumaron otras dos chicas”, dijo la fuente.
“El modus operandi de los dos profesores era ganarse la confianza, pasar tiempo, hacerse amigos, desdibujar por completo la imagen del maestro. Las niñas los sentían pares, pero hubo un caso muy denigrante, en el que la mujer sintió chantaje”, reveló.
La situación es tan grave que uno de los testimonios señala que uno de los profesores inició una relación oculta ―en la que se llamaban “novios”― con una estudiante de música desde que ella tuvo 14 años hasta que fue mayor de edad.
“Durante todo ese tiempo, él tenía actitudes de acoso hacia otros estudiantes, incluso hacia un cuarteto que dirigía”, señaló la fuente.
Denuncias como estas se empezaron a replicar en redes sociales, bajo el nombre de Canto por la verdad, llegaron al escritorio tanto del alcalde como del personero de Ginebra, quienes desde sus redes sociales no solo rechazaron lo sucedido.
Por ejemplo, la Personería pidió a la Fiscalía, por medio de un oficio titulado ‘Solicitud de cierre preventivo e inmediato de dos fundaciones, como medida urgente de protección a la niñez y la mujer’, el cierre de las dos instituciones.
“Esta solicitud se sustenta en la recepción de información, confiable y reiterada sobre presuntos hechos de violencia sexual cometidos en el marco de actividades desarrolladas por dichas fundaciones que habrían afectado al menos 11 personas, de las cuales se han identificado siete víctimas, presuntamente menores de edad, al momento de la ocurrencia de los hechos”, dijo el personero Carlos Adolfo Tigreros.
Y la Alcaldía rechazó lo sucedido, a la vez que anunció el 28 de julio un consejo de seguridad para evaluar la situación.
Desde la Fundación Canto por la Vida dijeron que “frente a las publicaciones en redes sociales que hacen referencia presuntos hechos ocurridos en años anteriores, expresamos nuestra confianza en que las autoridades competentes adelantarán las investigaciones pertinentes y esclarecerán la situación conforme a la ley”.

“Como institución comprometida con la formación artística y humana en niños, niñas, adolescentes y jóvenes, reafirmamos nuestra responsabilidad en garantizar ambientes seguros, respetuosos y protectores para todos nuestros estudiantes”, agregaron.
Para algunas de las víctimas, este último pronunciamiento es problemático, pues quien firma es Dalia Conde Libreros, representante legal de la fundación y madre de uno de los denunciados, un reconocido músico, acreedor de premios como El mono Núñez y profesor universitario.
De hecho, la fundación a cargo de ese premio emitió un comunicado en el que apenas se atreve a decir: “Funmúsica, confía en que Canto por la Vida saldrá avante en este difícil momento, pues su trayectoria en el campo educativo musical ha sido de gran importancia para el municipio y para Colombia”.
SEMANA intentó contactarlo, pero no fue posible y algunas personas en el pueblo creen que a raíz de las denuncias abandonó el país, hacia España, pero esto no ha podido ser corroborado.
Las víctimas, sus familias y quienes salieron el 25 de julio a las calles de Ginebra a gritar “No más silencio”, solo piden que las autoridades avancen en la investigación y haya resultados.