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Incluso ante los jueces que lo condenaron Hussein fue un hombre recio que confesó no temerle a la muerte

INTERNACIONAL

Crece tensión en Irak por video sobre ejecución de Saddam Hussein

Ya van dos oficales detenidos por la grabación de las imágenes del ahorcamiento. Los dos lugartenientes del ex dictador se preparan para ser ejecutados en cualquier momento, las autoridades locales reconocieron que en 2006 murieron más de 16.000 personas en Irak.

3 de enero de 2007

El mundo entero despidió el año 2006 en medio de la controversia generada tras el ahorcamiento del ex líder iraquí Saddam Hussein, declarado culpable en el juicio que se le seguía por el asesinato de 148 chiíes que habrían participado en un supuesto intento de asesinato en su contra, en 1982.

No es nuevo el que los asuntos religiosos y raciales sean objeto de constante polémica en ese país asiático, pero el caso en cuestión la avivó aún más debido a la difusión por internet de un video que registra los últimos instantes de vida del hombre que desafió a Estados Unidos durante más de dos décadas. Peor aún, el video demuestra que en los momentos previos a su paso por la horca Hussein fue ultrajado por sus verdugos y por los asistentes al acto de ahorcamiento. Como si fuera poco las muertes continúan, los carros bomba siguen estallando y las calles son escenario de constantes confrontaciones.

Las primeras imágenes sobre el paso de Hussein a la horca aparecieron el 30 de diciembre de 2006. En ellas los verdugos aparecían con el rostro tapado mientras Hussein permanecía rígido e inflexible. No había gestos que permitieran captar el ambiente que se vivía en el lugar. Tampoco existía audio, ya que el sonido fue ocultado de manera intencional. Finalmente, Hussein aparecía tendido en el suelo y con el cuello maltratado por la cuerda.

A escasas veinticuatro horas de la ejecución apareció el otro video, captado con un teléfono celular, en el que aparecían los detalles omitidos en la grabación oficial. A pesar de lo crudo que puede ser ver a alguien ahorcado, lo que más repudio causó fue el sonido. Los verdugos y muchos testigos gritaban ofensas a Hussein, él las respondía, y en medio de ese caos de gritos y arengas Saddam fue ahorcado. El escándalo no se hizo esperar. Nadie se explica cómo lograron entrar un teléfono móvil al lugar de la ejecución si las autoridades iraquíes le quitaron los aparatos de comunicación a los presentes, ni mucho menos cómo fue que el video comenzó a circular por Internet.

Por eso el primer ministro iraquí Nuri Al Maliki, ordenó abrir una investigación que terminó con la captura este miércoles de un oficial iraquí, quien al parecer fue el encargado de grabar el video. Un segundo oficial fue detenido para ser indagado sobre su posible relación con los hechos, pues se conoció que aunque los testigos no pudieron entrar sus celulares, los miembros de las fuerzas de seguridad sí tenían sus aparatos de comunicación.

Una de las cosas que más llama la atención alrededor de la ejecución de Hussein es que ni el presidente estadounidense, George W. Bush, ni el primer ministro británico, Tony Blair se han pronunciado al respecto. Ellos, quienes han sido las cabezas visibles de la “guerra contra el terrorismo”, de la invasión a Irak y que han mostrado su aversión hacia el régimen, han guardado silencio y dejaron en manos de sus colaboradores la difusión de escuetos comunicados aprobando la ejecución del dictador.

Desde Washington se supo que el gobierno norteamericano cree que la muerte de Hussein es el resultado de “un juicio justo, el tipo de proceso que él negó a las víctimas de su brutal régimen”.

En Londres, la ministra de Relaciones Exteriores, Margaret Beckett, emitió un comunicado en nombre del gobierno británico en el que aplaude “el hecho de que Saddam Hussein fue juzgado por un tribunal iraquí por al menos algunos de los horribles crímenes que cometió contra los iraquíes”. Pero como en Inglaterra la pena de muerte no es legal, señala a renglón seguido que su gobierno no apoya esta práctica y que “abogamos por la abolición de la pena de muerte en todo el mundo, sin importar de quién se trata o qué delito se cometió”.

A pesar de la polémica, las primeras horas después de la muerte del ex dictador no mostraron cambios en la ya alterada dinámica de muerte y guerra civil del país. Los carros bomba siguieron explotando con la misma frecuencia con la que suelen ocurrir. El martes se conoció que solo en 2006, murieron 16000 personas en Irak, más de mil cada mes.

Por eso el desenlace de la historia de Hussein no parece cambiar la historia de su pueblo. En estos pocos días del nuevo año, han explotado más de diez bombas, han muerto varias decenas de iraquíes y la tensión solo tiende a aumentar con el paso de los días.

Esto lo sabe el gobierno estadounidenses que el martes dos de enero divulgó el nuevo plan de acción en Irak. A pesar del rechazo general a la guerra y de los planes de otros países para iniciar el retiro de tropas en ese país, Bush pretende aumentar el pie de fuerza a 160.000 soldados. Una jugada algo desesperada y que busca lograr el control de la región, que sigue siendo tan esquivo como la arena del desierto.