Hoy se estrena la película de la guaca de las Farc
En ocasiones, la realidad del país supera a la ficción. ¿Es el caso de la cinta ‘Soñar no cuesta nada’, del director colombiano Rodrigo Triana? Vaya, véala y júzguela. Una recomendación de la revista Plan B y SEMANA.COM
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Hasta hace unos años a cualquiera le hubiera parecido que el siguiente guión derrochaba demasiada imaginación: un grupo de los más humildes soldados se encuentra sepultado en lo profundo de la selva un botín con 46 millones de dólares. El dinero ha sido dejado allí por sus acérrimos enemigos: la guerrilla marxista más vieja del planeta, las Farc. Después de repartir el astronómico tesoro, cada uno celebra a su manera: lujosos carros, trago, ropa de marca y lindas mujeres. Por insólito que parezca el hecho no es ficción sino un capítulo más de la larga guerra que se vive en el país. Ocurrió hace tres años, tuvo un sonoro desenlace el jueves por el juicio a los militares y este fin de semana llega a la pantalla grande de la mano del director Rodrigo Triana.
Soñar no cuesta nada es el nombre de la creación fílmica que se estrena este viernes en 80 salas de todo el país. En este último trabajo de Triana (Como el gato y el ratón, largometraje que realizó en 2002), cuenta con un reparto estelar: Diego Cadavid, Juan Sebastián Aragón, Verónica Orozco, Manuel José Chaves, Carlos Manuel Vesga, Marlon Moreno y Carolina Ramírez.
La película cuenta la historia de un batallón de contraguerrillas que, cuando adelantaban un operativo en las selvas del Caquetá, se encuentran una guaca de las Farc. “Con la película se abre la pregunta a la gente sobre qué haría si se encuentra una caleta llena de plata. Seguramente unos espectadores tomarán partido por el soldado que se gastó la plata, otros por el que sapió... lo que quiero es que la gente se divierta, la idea es plantear el problema y que cada persona saque su propia conclusión”, asegura Triana, quien tuvo que hablar con abogados, leer el expediente del caso, hablar con los soldados y leer mucha prensa.
El director encabezó el rodaje que se realizó, en su mayoría, en el municipio de Nilo, a dos horas de Bogotá. Además, decidió musicalizar su obra con canciones como Soñar no cuesta nada de Cabas; Para morir de Ilona y Pasión asesina de Verónica Orozco.
Sobre Triana
Entre la rumba de In Vitro, o Mai Lirol Darlin y las visitas a los diferentes restaurantes de Bogotá, Triana ha hecho un corto y dos largometrajes. Dice que por más difícil que sea hacer cine en Colombia, nunca dejaría Bogotá.
Su ciudad natal es Praga, y su primera lengua es el checo, pero también es cierto que Triana es un bogotano de pura cepa. Entre los caballos y las vacas de su abuelo, las giras de teatro de su papá, Jorge Alí Triana, por toda Colombia, este hombre olvidó el checo. Aunque después volvió a Praga a estudiar cine, aquel país le era extraño, el sistema era muy rígido y comenzó a sentir nostalgia por los sitios de rumba a los que sus amigos (actores mucho mayores que él) lo llevaban allá en el centro después de las funciones.
Hoy, a sus 42 años, Triana viaja fuera de Bogotá para no desesperarse en la ciudad. Maldice los buses, apoya el TransMilenio y sigue planeando nuevas películas. Seguramente no tendrá problemas para otro guión. Pues el día a día de la realidad colombiana da para hacer muchas películas.
