Tecnología
Dark Web: ¿qué tan ilegal es navegar en ella y cuáles son los peligros ‘ocultos’ detrás de esta red?
La llamada web oscura despierta curiosidad en muchas personas, principalmente por el anonimato que brinda al momento de navegar.

La web oscura, también conocida como Dark Web, es un concepto que ganó popularidad con el auge de la era digital y que con frecuencia se asocia con actividades ilegales. Esta reputación se debe a su uso recurrente en estafas, fraudes, distribución de malware, difusión de virus y comercialización de datos personales obtenidos mediante engaños o prácticas ilícitas.
No obstante, diversos análisis de expertos coinciden en que acceder a este sector de internet no constituye un delito en sí mismo. Se trata de un espacio que puede tener aplicaciones legítimas, como garantizar el anonimato de los usuarios, ofrecer servicios de difícil rastreo o permitir medidas de protección de la privacidad tanto para usuarios como para proveedores, tal como lo señalan especialistas en ciberseguridad de Kaspersky.
Según estos análisis, la legalidad de la web oscura depende de la forma en que se utilice: puede acercarse al límite de lo permitido en busca de preservar libertades fundamentales, pero también puede ser un refugio para quienes actúan de manera ilícita.

Esta parte de internet comprende aquellos sitios que no están indexados por los buscadores convencionales y a los que solo se puede acceder mediante navegadores especializados. Aunque ha sido relacionada de forma recurrente con delitos, tráfico de bienes y servicios ilegales, y difusión de contenido prohibido, también ofrece utilidades legítimas. Algunos sectores recurren a ella con el fin de garantizar privacidad, seguridad en la comunicación o resguardar información sensible.
En contraste, la web profunda o Deep Web presenta riesgos diferentes en el ámbito de la ciberseguridad. El contenido no indexado de esta última no implica necesariamente peligros; sin embargo, dentro de la web oscura las actividades ilegales suelen ser más graves y conllevan amenazas considerables para quienes ingresan en este entorno digital.
Antes de analizar los principales riesgos asociados a la Dark Web, es necesario entender las motivaciones que llevan a ciertos usuarios a acceder a ella. Con el tiempo, este espacio se transformó en un terreno fértil para ciberdelincuentes y hackers. Pese a ello, el avance tecnológico ha permitido la creación de softwares de navegación más seguros. Aun así, cada persona es responsable de las consecuencias derivadas de su uso.

El anonimato, considerado una de sus ventajas, también tiene un aspecto negativo. Precisamente por operar bajo clandestinidad, los delincuentes aprovechan este recurso para ejecutar ataques informáticos, comercializar información o realizar transacciones ilícitas sin ser fácilmente rastreados.
En definitiva, explorar la web oscura no constituye un delito en sí mismo, aunque sí expone a riesgos significativos. Si bien no todo su contenido es ilegal, es innegable que en numerosos espacios se desarrollan actividades cuestionables o dañinas.
Tal como advierten los expertos, adentrarse en este entorno sin conocimientos técnicos avanzados o sin plena conciencia de sus amenazas puede derivar en consecuencias graves para los usuarios.