Ciencia
Descubren un linaje humano desconocido en Sudamérica: 8.500 años de historia genética oculta
Durante milenios, una población humana persistió en el centro del Cono Sur como una isla genética casi invisible, aislada biológicamente mientras desarrollaba culturas diversas.
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La región más meridional de Sudamérica fue, literalmente, uno de los últimos espacios del planeta en aparecer en el mapa humano.
De acuerdo con el Harvard Gazette, la evidencia más antigua de presencia en la región proviene del yacimiento arqueológico de Arroyo Seco, en la Pampa argentina, con alrededor de 14.000 años de antigüedad. Sin embargo, gran parte de su historia demográfica permanecía en sombras.
Antes de este trabajo, la reconstrucción genética del continente señalaba la presencia de tres grandes ramas poblacionales diferenciadas hace unos 9.000 años, asociadas al área andina, la región amazónica y la zona austral del Cono Sur. Pero ese panorama estaba basado en un número muy limitado de muestras, especialmente en el Cono Sur.
Un linaje desconocido en el mapa genético de Sudamérica
Ahora, un nuevo análisis del estudio publicado en Nature incrementa de forma significativa el número de genomas antiguos disponibles para el Cono Sur, ampliando el registro previo a una escala inédita.
Y sus resultados son sorprendentes. El estudio identifica un linaje no documentado previamente, originado hace unos 8.500 años en el centro de Argentina, que continuó siendo la ascendencia predominante durante milenios.
En ese periodo, las comunidades de la región desarrollaron una diversidad cultural significativa pese a mostrar muy escasos indicios de intercambio genético con grupos vecinos.
El hallazgo, basado en el análisis de restos de 238 individuos indígenas que abarcan los últimos 10.000 años, revela un capítulo completamente nuevo en la historia del poblamiento americano.
Nature research paper: Eight millennia of continuity of a previously unknown lineage in Argentinahttps://t.co/kU7hZZeHWD
— nature (@Nature) November 11, 2025
“Hemos encontrado este nuevo linaje, un nuevo grupo de personas que no conocíamos antes, que ha persistido como el principal componente ancestral durante al menos los últimos 8.000 años hasta la actualidad”, explicó Javier Maravall López, de la Universidad de Harvard y autor principal del estudio, al Harvard Gazette.
“Es un episodio importante de la historia del continente del que simplemente no éramos conscientes”, agregó.
ADN antiguo revela 8.500 años de aislamiento genético
Los investigadores analizaron dos millones de posiciones del genoma conocidas como polimorfismos de un solo nucleótido (SNP), que varían entre los seres humanos.
En lugar de una mezcla entre las tres grandes poblaciones ya identificadas, emergió un linaje completamente nuevo y local, que se convirtió en la base genética predominante de la región.

Lo notable es que esta población, aunque experimentó importantes transformaciones culturales, climáticas y tecnológicas, mostró muy poca evidencia de mezcla genética durante milenios.
“La población es la misma”, señaló a Science Rodrigo Nores, genetista del CONICET y coautor del estudio, al destacar que la diversidad de lenguas y objetos arqueológicos no se acompañó de señales claras de migraciones.
Incluso cuando, hace unos 1.300 años, se difundieron estilos cerámicos y lenguas desde la Amazonia hacia el centro de Argentina, no apareció una huella genética asociada, lo que cuestiona hipótesis previas basadas únicamente en la cultura material.
Diversidad cultural sin migraciones: el “archipiélago” argentino
En términos de dinámica social, los investigadores se enfrentan a una paradoja: una región culturalmente diversa, pero genéticamente homogénea.
Mystery group lived in central Argentina for millennia, ancient DNA reveals | Science | AAAS https://t.co/nHMazKFyaJ
— Chris Stringer (@ChrisStringer65) November 8, 2025
Maravall López lo describe como un “archipiélago” de pueblos que, compartiendo una misma raíz genética, desarrollaron culturas y lenguas distintas mientras permanecían biológicamente aislados.
Ni siquiera una prolongada sequía entre 6.000 y 4.000 años atrás dejó una marca apreciable en esta población, con la que muchos argentinos actuales comparten parte de su ascendencia, según Science.
Uno de los genomas más antiguos corresponde a una mujer que vivió en las Pampas hace 10.000 años. Ya mostraba diferencias con las poblaciones de los Andes y la Amazonia, pero similitudes con los grupos que le sucedieron en el sur del continente.
Según David Reich, genetista de Harvard y autor del estudio, esto apunta a una expansión inicial rápida por América, seguida de largos periodos de estabilidad regional.
El hallazgo no solo añade una capa nueva a la historia del poblamiento de Sudamérica, sino que también obliga a repensar algunos supuestos en torno a la migración, el cambio cultural y la resiliencia genética.
A diferencia de Europa o Asia, donde ciertos cambios culturales fueron acompañados de transformaciones genéticas importantes, aquí parece haber ocurrido lo contrario: la gente se quedó, adaptándose y transformándose sin que aparezcan señales claras de reemplazo genético.
El aislamiento genético no parece explicarse por factores geográficos, ya que el territorio no presenta obstáculos naturales relevantes que limitaran el movimiento de poblaciones.
“No es que haya grandes barreras biogeográficas. La zona es básicamente una gran llanura”, apuntó Ramiro Barberena, arqueólogo del CONICET.
Los investigadores esperan que estudios futuros revelen más detalles sobre estos antiguos americanos y permitan elaborar reconstrucciones más detalladas de la dinámica poblacional en el pasado, contribuyendo a una mejor comprensión de las formas de vida de estas sociedades antiguas.
*Con información de DW.


