Tecnología
No es un cometa normal: 3I/ATLAS se rompe o enciende “propulsores” al pasar cerca del Sol
Si 3I/ATLAS sigue intacto, podría tratarse de un objeto con tecnología avanzada.
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El 3I/ATLAS detectado hace poco más de un año, ha mostrado un comportamiento tan inusual que algunos astrónomos se preguntan si realmente se trata de un cometa natural o si estamos inflando un objeto el cual puede ser totalmente normal.
Al pasar cerca del Sol, su brillo aumentó de forma repentina y ahora según nuevas imágenes, podrían haberse producido chorros de material que se extienden millones de kilómetros en el espacio.
Se desintegró o fue destruido por el Sol
De acuerdo con el astrofísico Avi Loeb, la imagen captada el 9 de noviembre de 2029 revela múltiples flujos de gas y polvo que parecen salir en direcciones opuestas: uno hacia el Sol y otro alejándose de él.
Esto podría indicar que el objeto pudo haber sufrido una explosión interna o una fractura total a causa de la intensa radiación solar durante su paso más cercano, conocido como perihelio.

El investigador plantea que si el aumento de brillo y la pérdida de masa observados se deben a una fragmentación, 3I/ATLAS habría estallado en múltiples partes, tal vez más de una decena, creando una estructura similar a la del famoso cometa Shoemaker-Levy 9, que se rompió antes de impactar contra Júpiter en 1994.
“Esto significaría que 3I/ATLAS explotó en el perihelio y que estamos presenciando el espectáculo resultante. En otras palabras, la imagen más reciente implica que 3I/ATLAS fue diezmado por el calor del Sol si se trata de un cometa natural”, afirmó Loeb.
Sin embargo, aún no existe una confirmación definitiva, pues si el cuerpo celeste logra mantenerse intacto durante las próximas semanas, la hipótesis de una desintegración natural crearía una enorme duda.
¿Encendió “propulsores” de origen artificial?
Loeb no descarta que los chorros observados no provengan de gases sublimados por el calor solar, sino de una tecnología desconocida.
En su reciente publicación explicó que los cometas naturales expulsan material a velocidades cercanas a los 0,4 kilómetros por segundo, mientras que un sistema de propulsión fabricado podría hacerlo diez o incluso cien veces más rápido.
Esto implicaría que los jets de 3I/ATLAS no requerirían una gran pérdida de masa, sino una eficiencia energética comparable a la de los motores iónicos o incluso superior.

“Los propulsores de tecnología alienígena podrían emplear velocidades de escape aún mayores, reduciendo la pérdida de masa necesaria en varios órdenes de magnitud y haciendo que el combustible requerido sea una pequeña fracción de la masa de la nave espacial”, detalló el científico.
Las próximas observaciones, previstas para noviembre y diciembre de 2025, serán decisivas, si se detecta una gran nube de gas alrededor del objeto, la explicación natural ganará fuerza tal como señala Loeb, pero si no se encuentra evidencia de evaporación cometaria, los expertos deberán reconsiderar todo lo que se cree saber sobre este viajero interestelar.

