Vehículos
La ciudad fantasma que ahora es el paraíso para las pruebas de carros autónomos: revivió gracias a la industria automotriz
Pasó de ser una ciudad abandonada con proyectos inmobiliarios sin acabar, a ser el epicentro de varias compañías que prueban allí sus sistemas de conducción autónoma.
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A medida que avanza la tecnología, son diferentes las funciones que se incorporan a la industria automotriz y que son presentadas al público como verdaderos saltos al futuro.
Uno de esos objetivos es la conducción autónoma, tema en el que vienen trabajando algunas compañías como Tesla, Google, Waymo o BYD, y la cual ha tenido que surtir un camino protagonizado por radares, cámaras y sensores que han ido superando niveles para finalmente ser aceptada por las autoridades de tránsito de los gobiernos donde operan.
Para lograr todo esto ha sido necesario contar con escenarios donde las herramientas tecnológicas y la fusión con los vehículos puedan ponerse a prueba y es allí dónde las ciudades fantasma han sabido capitalizar su situación.

Kangbashi, el paraíso para la prueba de los vehículos autónomos
Según un artículo publicado por National Geographic, el distrito de Kangbashi, cercano Pekín, en China, es un claro ejemplo de este fenómeno.
La historia de esta zona, ubicada en Ordos, está marcada por dos momentos: el desarrollo de un territorio de 86.725 kilómetros cuadrados para convertirlo en una poderosa ciudad diseñada para la generación de riqueza a partir de una mina de carbón, que finalmente se quedó pequeño y que tuvo que buscar en Kangbash, un nuevo distrito al interior de Ordos, un espacio adicional para seguir avanzando y poder alojar a un millón de personas.
El otro momento es el que vivió luego de la crisis de 2012, cuando los cientos de proyectos inmobiliarios planeados para su desarrollo quedaron a medias y con una baja tasa de población, pues en la actualidad se estima que en Kangbash habitan un poco menos de 100.000 personas y una inmensa cantidad de obras y edificios que no se han podido terminar.
Bajo este panorama y en medio de los más pesimistas pronósticos, la industria automotriz le ha dado una nueva luz a este distrito fantasma.
Es clave señalar que a la hora de hablar de desarrollo los chinos no escatiman, razón por la que esta ciudad cuenta con amplias avenidas, teatros, estadios, parques con una variedad de flora inagotable, algo que ha podido atraer algo de turismo, por no lo necesario para operar.

Pues bien, Ordos y Kangbash han comenzado a posicionarse como ciudad tecnológica y esto le ha servido para que diferentes compañías, con la necesidad de poner a prueba sus sistemas de conducción autónoma, se fijen en ella gracias a la infraestructura de primer nivel con la que cuenta.
Gracias a esto, desde hace un poco más de un año, esta ciudad fue designada por China como piloto para la integración de vehículos autónomos, carreteras inteligentes y sistemas integrados a la nube.
Todo este salto ha ido de la mano con la explotación de carbón, piedra angular de todo este fenómeno desde hace poco más de dos décadas, pues el transporte de la mercancía sigue siendo una prioridad y ha impulsado la circulación de camiones autónomos de la compañía Kargobot.AI. por toda la ciudad.
Tras lograr este primer paso, la ciudad se fue adaptando y permitió la incorporación de buses y taxis autónomos, cuyo recorrido y ubicación pueden ser monitoreados en tiempo real en pantallas instaladas a lo largo y ancho del distrito.
Así mismo, las carreteras por donde transitan estos vehículos cuentan con radares láser que escanean el entorno para que los vehículos no se crucen con obstáculos o reaccionen en cuestión de 0,3 segundos a los cambios de luz de los semáforos.
En esta ciudad la velocidad máxima es de 25 kilómetros por hora para cualquier vehículo, a excepción de los camiones, los cuales pueden ir mucho más rápido y circular sin inconvenientes durante las 24 horas del día.
Actualmente, en Ordos circulan unos 300 camiones autónomos y se calcula que la demanda total de estos vehículos es de unos 300.000 al año.

Esta ciudad ya está en el radar de compañías como Huawei, TAGE Intelligent Driving, GAC y King Long, entre otras, y es allí donde realizan las pruebas de sus sistemas de radares, cámaras y sensores que permitan una conducción 100 % autónoma.
Si bien es un entorno ideal para realizar pruebas y evitar accidentes donde puedan salir afectados peatones u otros actores viales, algunos expertos consideran que entornos tan controlados restan realidad a los ensayos, pues consideran que deben adelantarse en ciudades donde se puedan analizar otras variables mucho más cercanas a lo que se ve en cualquier ciudad del mundo.