Vehículos
Mecánico revela truco para que el cinturón de seguridad se vuelva a enrollar solo y recupere su elasticidad
Con el uso contante y con el paso del tiempo, el cinturón de seguridad puede perder algunas de sus propiedades, lo cual resulta grave para la seguridad en el vehículo.
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Los cinturones de seguridad son uno de los elementos más importantes de un vehículo, pero con el paso del tiempo es habitual que pierdan elasticidad y dejen de volver a su posición original de forma automática.

Cuando esto ocurre, el cinturón puede quedarse flojo o a medio recoger, una molestia que termina entorpeciendo gestos tan básicos como abrocharse o salir del coche.
Para entender por qué ocurre, el mecánico conocido en redes como @cosasdemecanica explica que este fallo suele deberse a dos causas principales: por un lado, el muelle interno del cinturón puede empezar a ceder con el uso; por otro, la suciedad acumulada en la tela puede impedir que el material deslice correctamente al enrollarse.
Para solucionarlo, el mecánico ha compartido un truco sencillo que permite devolver el funcionamiento original al cinturón sin necesidad de reparaciones complicadas.
Cómo reparar el cinturón de seguridad
El truco que propone es sencillo y económico: vaselina líquida en spray. Para aplicar el producto, primero hay que sacar el cinturón por completo. Luego, se rocía una capa ligera de vaselina líquida por ambos lados del cinturón y se repite la operación las veces que se considere necesario.
Además, avisa de la importancia de usar el producto específico, y no lubricantes 3 en 1, ya que pueden manchar la tela o los asientos del auto.
cabe señalar que todos los ocupantes de un vehículo están obligados a usar cinturones de seguridad homologados y en buen estado mientras el auto circule.
Si un cinturón está dañado, defectuoso o no recoge correctamente --lo que podría impedir su uso seguro-- ese vehículo no cumple con los requisitos básicos de seguridad vial.
Además, conducir con el cinturón desabrochado o mal colocado constituye una infracción sancionable con 321.000 pesos de multa. En estos casos, según la norma colombiana, es responsabilidad del conductor revisar que todos los sistemas de retención funcionen correctamente antes de usar el vehículo.

Es necesario abrochar el cinturón de seguridad trasero aunque no haya pasajeros
Pocos conductores se plantean abrochar el cinturón del asiento trasero vacío de un vehículo. De entrada, puede parecer una idea extraña, incluso absurda, porque lo habitual es pensar que el cinturón solo sirve para sujetar a los pasajeros.
Sin embargo, algunos mecánicos advierten que este gesto también puede reforzar la seguridad en caso de accidente, y que tiene una explicación lógica.
El mecánico Juan José Ebenezer, fundador del taller que lleva su apellido y creador de contenido en TikTok, lo explica en un vídeo que ha alcanzado gran difusión en redes. Según detalla, no todos los asientos traseros están anclados de la misma manera al chasis. Algunos forman una pared uniforme y sólida; otros, en cambio, se fijan con sistemas más simples que dejan espacio de acceso al maletero o permiten abatir el respaldo con facilidad.
En estos últimos casos, la sujeción no siempre es tan resistente. Y aquí entra en juego la importancia del cinturón: mantenerlo abrochado incluso cuando no hay pasajeros sirve como refuerzo extra, evitando que el respaldo pueda abrirse y dejando que lo que haya en el maletero salga disparado hacia delante en un impacto.
Riesgo para los choques frontales
La mayor amenaza se da en colisiones frontales. En ese tipo de accidentes, todo lo que esté en el baúl tiende a salir proyectado hacia los asientos delanteros por efecto de la inercia. Maletas, bolsas o cualquier objeto suelto pueden convertirse en auténticos proyectiles con consecuencias graves para el conductor y los acompañantes.
En un golpe trasero, la carga suele desplazarse hacia atrás, pero en un choque frontal la presión se ejerce hacia el habitáculo. Si el respaldo no tiene un buen anclaje, el cinturón abrochado puede marcar la diferencia.

Ebenezer reconoce que no siempre es un sistema infalible y que su efectividad depende del tipo de asiento trasero que tenga el vehículo. Aun así, insiste en que “más vale hacerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no haberlo hecho”. Para él, cada medida extra cuenta cuando se trata de proteger la vida.
Su consejo es claro: al dejar el vehículo estacionado o antes de iniciar un viaje, abrochar todos los cinturones traseros, aunque no haya nadie sentado. Se trata de un gesto rápido que no cuesta nada y que puede convertirse en un añadido de seguridad en situaciones extremas.



