El nivel elevado de ácido úrico puede preceder enfermedades como la gota.
El nivel elevado de ácido úrico puede preceder enfermedades como la gota. | Foto: Getty Images/iStockphoto

VIDA MODERNA

Ácido úrico alto: la vitamina que ayuda a reducir los niveles de manera natural

Este componente está presente en diversos alimentos.

11 de julio de 2022

Una gran parte de la población desconoce el origen de los malestares físicos que le aquejan, achacándoselos incluso a un simple esfuerzo de más o a los problemas propios del envejecimiento. Sin embargo, las afecciones suelen estar explicadas por los procesos que ocurren en el cuerpo, como la circulación de la sangre, la eliminación de las toxinas, la digestión, entre otras funciones internas que cuando no funcionan correctamente pueden conducir a problemas serios de salud.

La gota es una de esas condiciones que tienden a confundirse con un dolor pasajero, pero que en realidad es más que una simple incomodidad. Según indica el portal Mayo Clinic, se trata de un tipo de artritis bastante común y al mismo tiempo dolorosa, puesto que suele presentarse con picos de dolor en las articulaciones, inflamación y un aumento en la temperatura en la zona del cuerpo que la padece.

¿Por qué ocurre? Los expertos explican que la gota es una condición que se produce cuando hay un cúmulo de cristales de urato en una articulación, los cuales pueden generarse debido a la presencia de niveles elevados de ácido úrico en la sangre.

Para tratar la artritis los especialistas recomiendan consumir alimentos ricos en Omega 3. Foto: Getty images.
Para tratar la artritis los especialistas recomiendan consumir alimentos ricos en Omega 3. Foto: Getty images. | Foto: Foto: Getty images.

De acuerdo con lo detallado por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, esta última sustancia consiste en un químico producido por el organismo al descomponer las purinas presentes en algunos ingredientes que componen la alimentación, así como las que se forman naturalmente en el cuerpo.

Al tener lugar este proceso, el ácido úrico se diluye en la sangre y se transporta por el torrente sanguíneo hasta llegar a los riñones, donde luego desechado con otros residuos del organismo por medio de la orina; no obstante, bajo ciertas condiciones el cuerpo no es capaz de eliminar toda la sustancia o la persona acumula más ácido úrico del que puede procesar, lo que deriva en problemas serios para la salud, como la gota o los cálculos renales.

Sin embargo, desde Mayo Clinic se explica que, a menos de que se presente alguno de estos síndromes, quienes tienen niveles altos de este químico en la sangre no desarrollan ninguna afección o sintomatología. En caso de querer determinar si el ácido úrico se encuentra en rangos normales, lo preciso es que la persona se practique un examen de sangre.

Ahora bien, de haber este desequilibrio que, como se señaló, puede desencadenar padecimientos como la gota, existen algunas recomendaciones para regular la cantidad de esta sustancia en el cuerpo.

Como referencia el portal Infosalus, determinados estudios han probado la relación del consumo de vitamina C con un menor riesgo de que se generen cúmulos de ácido úrico en la sangre, evitando a su vez el desarrollo del mencionado tipo de artritis.

El trabajo realizado por investigadores de la Universidad de British Columbia en Canadá, consultado por Infosalus, detalla que por medio de un estudio con casi 50 mil hombres en los años comprendidos entre 1986 y 2006, se evidenció que quienes consumieron mayores cantidades de vitamina C tenían un menor riesgo de desarrollar gota, en comparación con quienes no ingirieron cantidades similares.

Lo anterior se explica en que este micronutriente puede estimular el funcionamiento de los riñones y actuar como un antiinflamatorio. En ese sentido, se recomienda incluir alimentos ricos en este compuesto como parte de una dieta balanceada; de acuerdo con la Oficina de Suplementos Dietéticos, la vitamina C se encuentra en diferentes ingredientes como las frutas cítricas, entre ellas las naranjas; también en otras frutas como el kiwi, las fresas, el melón; así como en el brócoli, en el tomate, en los pimientos y en otros alimentos fortificados.

En todo caso, antes de realizar alguna modificación sustancial en la alimentación, se sugiere consultarlo con el profesional de salud.

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