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Terapia

Así funciona el poder sanador de la música en pacientes hospitalizados

Cada vez son más los hospitales que ofrecen conciertos en vivo para sanar. No solo ayudan a los pacientes de todo tipo de enfermedades a mitigar la tensión que su estado les produce, sino que activan la capacidad del organismo para curarse a sí mismo.

17 de abril de 2021

Sabios como Aristóteles y Pitágoras elogiaron las propiedades curativas del arte de la musa Euterpe. Miles de años después, múltiples investigaciones les están dando la razón con tanta fuerza que instituciones médicas de varios lugares del planeta ya lo incluyen como complemento efectivo de sus tratamientos.

Un buen ejemplo es la cadena de hospitales Mount Sinai de Nueva York, cuyos pacientes de cáncer atestiguan los beneficios de escuchar suaves acordes de violín, arpa o guitarra en vivo en la sala de espera, antes de someterse a radioterapia o quimioterapia. Sencillamente, las melodías los ayudan a vencer la ansiedad que experimentan antes de estos procedimientos.

“Sentía la diferencia al instante, estaba más relajada”, le dijo Julia Justo, una paciente de cáncer de ese centro a The New York Times, en un reciente artículo sobre el tema. Aunque está libre de la enfermedad, tiene problemas para dormir, así que sigue con las sesiones porque le permiten sobrellevar mejor el insomnio.

La terapia musical no solo se da antes de la quimioterapia o radioterapia, sino también durante dichos tratamientos. “Modificamos lo que interpretamos según la respiración y ritmo cardiaco del paciente. El objetivo es anclar a la persona, mantener su mente conectada con su cuerpo, mientras atraviesa por estos duros tratamientos”, le explicó al diario Joanne Loewy, fundadora del Louis Armstrong Center for Music and Medicine, institución del Mount Sinai.

Los pacientes oncológicos no son los únicos que se están acogiendo a las bondades de esta práctica, sino además aquellos con asma, autismo, depresión, mal de Parkinson, mal de Alzheimer, epilepsia y apoplejía. En fin, como dice la arpista Elie Elkan, quien brinda serenatas a pacientes, “pocos son los espacios del sistema de salud que no se favorecen con la adición de la música a los tratamientos”.

Pero no se trata solo de mejorar el ánimo o reducir el estrés, sino de movilizar la capacidad que tiene el cuerpo de sanarse a sí mismo. “Abundantes análisis sugieren que la interpretación de música en ambientes terapéuticos tiene provechos médicos medibles”, señaló The New York Times. En el caso de la ansiedad antes de una cirugía, una revisión de 400 artículos publicados en revistas científicas en 2013 concluyó que las armonías son más efectivas que las drogas para ello.

Andrew Rossetti, licenciado en terapia musical, afirma: “En los hospitales, a los pacientes siempre les hacen las cosas. Con este recurso les damos la oportunidad de participar en su propia cura”. La doctora Manjeet Chadha, directora de radiología del Mount Sinai, le explicó al Times dónde reside la “magia”: “La música lleva a los enfermos a un ámbito familiar dentro de sí mismos. Eso los relaja sin efectos secundarios adversos”. Por eso se aplica a los recién nacidos en unidades de cuidados intensivos, con la ayuda de instrumentos inusuales como el Gato Box y el Ocean, que imitan los latidos del corazón y los sonidos del útero de la madre.

Quienes han sufrido fobias las procesan mejor si se someten a esta terapia, cada vez más común en las salas de cirugía. Por un lado, tranquiliza a los pacientes, mientras que a los médicos les facilita enfocarse de un modo más nítido en su labor con el bisturí, registró el Times.

Eso sí, para los galenos hay ciertas recomendaciones: como requieren buena alerta mental, se les aconseja que escuchen obras clásicas que la agudizan y no los distraen al ser instrumentales. Si las cirugías les generan un estrés bajo o medio, bienvenida la música. Pero si se trata de procedimientos altamente complejos, lo mejor será prescindir de ella.

La pandemia del coronavirus ha sido una excelente oportunidad para que la música muestre su poder sanador, en particular para atacar la angustia que suscita. “Sus efectos curativos son más impactantes ahora que antes de la crisis”, anotó Rossetti. Ante el incremento del estrés postraumático entre su personal, el Mount Sinai les ofrece conciertos en vivo durante el almuerzo, un oasis de calma en medio del rigor de los crecientes contagios y muertes por este mal que tiene en vilo al mundo.