A diario la jornada de trabajo nos demanda muchas veces más concentración de la que en realidad tenemos, lo que nos obliga a realizar distintas actividades para poder enfocarnos como tomar café, escuchar cierto tipo de música o alejarnos de distracciones.
Hay una fórmula que podría ayudar a mejorar esa situación y es mucho más simple, sin estar relacionada directamente con el momento del trabajo o el espacio donde se realiza. Se trata de ser más activo físicamente.
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Un estudio demuestra resultados
Un experimento llevado a cabo por la marca deportiva japonesa ASICS referenciado por el diario británico The Mirror demostró la importancia de la actividad física para el buen desempeño en el trabajo.
La prueba consistió en invitar a competitivos jugadores de diferentes juegos mentales, incluidos el ajedrez y los deportes electrónicos, y que dependen en gran medida de su función cognitiva, a comenzar un programa de ejercicios.
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El programa consistía en que los participantes realizaran un entrenamiento cardiovascular y de fuerza de impacto medio, 150 minutos a la semana, o su equivalente, un total de 21 minutos todos los días.
Resultados claros
Los hallazgos demostraron que después de solo cuatro meses de entrenamientos regulares, las mentes de los participantes se agudizaron significativamente y se desempeñaron a un nivel competitivo aún mayor en cada una de las disciplinas mentales estudiadas.
Según los resultados del estudio, el impacto de la actividad física en la concentración fue claro. El ejercicio ayudó a aumentar la concentración en un 33%, lo que significa que el método de entrenamiento de 21 minutos también podría ser la clave para ayudar a las personas a salir de estados de crisis emocional laboral o por ejemplo épocas de dificultades creativas para quienes realizan trabajos más demandantes en ese sentido como los artísticos.
De acuerdo con el estudio, los participantes se beneficiaron de un aumento promedio del 10 % en la función cognitiva, con una mejora del 9 % en las habilidades de resolución de problemas, un aumento del 12 % en la memoria a corto plazo y una mejora del 10 % en la velocidad de procesamiento y el estado de alerta.
El ejercicio estimula crecimiento celular en el cerebro
El profesor Brendon Stubbs, quien dirigió el experimento declaró que ese impacto de las actividades físicas en otras áreas de la vida, y específicamente en la concentración en la actividad laboral, había sido poco explorado.
Aclaró además que estudiar las actividades de este tipo de “atletas mentales” fue muy útil para llegar a una conclusión clara: “Queríamos examinar los efectos del ejercicio en personas que dependen de sus habilidades cognitivas: jugadores mentales competitivos” aseguró.
Stubbs además explica, según el testimonio recogido por Daily Mirror, desde un punto de vista técnico, el motivo para que esto suceda: “Nuestros resultados muestran mejoras significativas en su funcionamiento cognitivo, incluidos los niveles de concentración y la capacidad de resolución de problemas. El ejercicio estimula el crecimiento celular en el cerebro y aumenta rápidamente el flujo sanguíneo al hipocampo y a la corteza prefrontal, mecanismos que nos permiten retener mejor los recuerdos y procesar la información, además de resolver problemas rápidamente”.
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De acuerdo con el experto los resultados se pueden trasladar fácilmente al tema laboral del día a día de cualquier personas que no sea “atleta mental”: “Si el ejercicio puede aumentar significativamente el rendimiento mental de los jugadores profesionales de la mente, imagina lo que podría hacer por el resto de nosotros. Desde aumentar el enfoque al revisar para un examen o mejorar el estado de alerta antes de una presentación de trabajo, el ejercicio realmente puede mejorar el poder del cerebro”.