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¿Cuántos litros de agua tomar al día según el peso?
El agua regula la temperatura corporal a través de la transpiración.
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El agua es esencial para una buena salud, ya que es la base de los líquidos corporales, pues representa aproximadamente del 50 % al 70 % del peso corporal, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
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Además, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señaló que sin el consumo de agua, los seres humanos morirían en pocos días, porque todas las células y órganos necesitan agua para funcionar.
Asimismo, la entidad sin ánimo de lucro indicó que el agua hace posible todo lo siguiente:
- Elimina los desechos a través de la orina, la transpiración y las deposiciones.
- Mantiene la temperatura en niveles normales.
- Lubrica y amortigua las articulaciones.
- Protege los tejidos sensibles.
Sobre la misma línea, consumir agua en ayunas es beneficioso para la salud, porque se oxigenan los órganos y puedan realizar sus funciones. También es bueno porque los riñones se limpian y eliminan las toxinas que el cuerpo no necesita.
Otro beneficio es que beber agua en las mañanas estimula el reflejo gastrocólico, que hace que al ingerir alimentos con el estómago vacío se produzcan movimientos peristálticos en el intestino, lo que genera que el organismo pueda defecar mejor, de acuerdo con Beatriz Robles, del Instituto de Medicina de Estados Unidos.
Asimismo, el agua también tiene fines estéticos, ya que en ayunas mejora la salud de la piel y hace verla más hidratara y reluciente. Además, es beneficiosa para los músculos y articulaciones.
Así las cosas, el blog de Brita reveló cuántos litros de agua tomar al día según el peso: “una persona de 50 kg necesita 1,7 litros; una de 60 kg, 2,1 litros; una de 70 kg, 2,4 litros; y una de 80 kg, 2,8 litros”.
De todos modos, en términos generales, la mayoría de los hombres necesita aproximadamente 13 tazas de líquido al día y la mayoría de las mujeres necesita aproximadamente nueve.
No obstante, hay factores que influyen para que el consumo sea mayor, como por ejemplo:
- Ejercicio. Si se hace cualquier actividad que haga sudar, se necesita beber agua adicional para cubrir la pérdida de líquidos. Es importante beber agua antes, durante y después de un entrenamiento.
- El entorno. El clima cálido o húmedo puede hacer sudar y exige que se beba más líquido. La deshidratación también puede ocurrir a grandes altitudes.
- Salud general. El cuerpo pierde líquidos cuando se tiene fiebre, vómitos o diarrea y por ello, se debe bebe más agua o seguir la recomendación de un médico de beber soluciones de rehidratación oral. Otras afecciones que pueden requerir una mayor ingesta de líquidos son las infecciones de la vejiga y los cálculos de las vías urinarias.
- El embarazo y la lactancia. Si se está en embarazo o amamantando, es posible que se necesiten más líquido para mantener la hidratación.
Adicional, es recomendable beber un poco de agua cada vez que se vaya al baño, pues es una forma de mantener los niveles de hidratación constante.
En consecuencia, una forma de saber si se está bebiendo lo suficiente es confiar en el cuerpo y si se tiene sed es que se necesita beber.
Adicional, según la entidad sin ánimo de lucro, la ingesta de líquidos probablemente sea adecuada si rara vez se tiene sed o si la orina es incolora o de color amarillo claro.
Por su parte, si se está deshidratado esto puede provocar dolor de cabeza y hacer que la persona se sienta cansada, estreñida y enferma.
No obstante, el exceso de agua también es malo, pues “produce una disminución de sodio en la sangre que puede provocar, una sintomatología que será más grave dependiendo más de la rapidez de instauración que de la concentración de sodio. De esta forma, puede ir apareciendo cefalea, letargia y obnubilación pudiendo llegar a provocar convulsiones y coma”, de acuerdo con el Grupo Sanitas.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y, por ello, lo primero que se debe hacer es consultar a un experto de la salud, para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.