Diarrea: ¿es verdad que el yogur puede causarla?

La diarrea es una afección común, que normalmente dura poco tiempo, pero que muchas personas experimentan algunas veces. Se define como un aumento en la frecuencia de las deposiciones blandas o líquidas con al menos tres o cuatro en un período de 24 horas.

Es una afección que puede tardar uno o dos días, indica la biblioteca médica MedlinePlus. Sin embargo, si el tiempo se extiende, puede ser signo de un problema más serio. “La diarrea crónica, que dura al menos cuatro semanas, puede ser señal de una enfermedad. Los síntomas de la diarrea crónica pueden ser continuos o pueden aparecer y desaparecer”, precisa la mencionada fuente.

Las causas más comunes de diarrea incluyen contaminación por bacterias en alimentos o agua, virus como la gripe, el norovirus o rotavirus. El rotavirus, según los expertos, es la causa más común de diarrea aguda en niños.

También se puede generar por parásitos que son pequeños organismos que se encuentran en alimentos o en el agua contaminados, medicamentos como antibióticos o contra el cáncer y antiácidos que contienen magnesio. También se puede dar por enfermedades del estómago, el intestino delgado o el colon, como la enfermedad de Crohn y padecimientos como el síndrome del intestino irritable.

Otra de las razones que genera diarrea en algunas personas es la sensibilidad a ciertos alimentos o problemas para digerir determinados ingredientes o comidas, como la lactosa. Por eso, algunos alimentos como el yogur puede aliviarla o empeorarla.

Normalmente este alimento contiene bacterias beneficiosas, como probióticos, que pueden ayudar a prevenir o tratar la diarrea. De acuerdo con un artículo publicado en el portal de alimentación, nutrición y gastronomía Alimente, del diario El Confidencial, de España, un trabajo realizado por la Universidad Jeju, en Corea, demuestra que consumir probióticos en las semanas previas a un viaje puede reducir el riesgo de diarrea del viajero hasta en un 15 %.

Otro estudio realizado en niños expone que el consumo de probióticos es capaz de prevenir y de tratar la diarrea originada por la ingesta de antibióticos. Esta investigación utiliza suplementos para obtener los resultados, pero también es posible administrar yogures de forma regular para prevenir la aparición de patologías intestinales, asegura el portal Mejor con Salud.

De acuerdo con los especialistas, es común que se recomiende la ingesta de yogures cuando la persona está bajo un tratamiento con antibióticos. El objetivo de este consejo es aumentar la protección de la microbiota frente al desgaste ocasionado por los fármacos, situación que incrementa el riesgo de procesos relacionados con la disbiosis y la aparición de trastornos gastrointestinales.

Sin embargo, este es un alimento que también puede causar diarrea en algunas personas. Es un producto que contiene lactosa, un azúcar de la leche que muchos individuos no pueden digerir.

Quienes son intolerantes a la lactosa con frecuencia pueden experimentar diarrea como resultado de comer alimentos ricos en ella, incluido el yogur. No obstante, hay análisis que sugieren que los alimentos con probióticos también pueden facilitar la digestión de la lactosa, lo que a su vez reduce los efectos secundarios desagradables como la diarrea.

Si una persona experimenta este malestar después de comer un yogur convencional, una opción es reemplazarlo por una variedad rica en probióticos de yogur lácteo o no lácteo y de esta forma se reducirá la posibilidad de enfrentar molestias intestinales.

En general, consumir yogur si se tiene diarrea puede mejorar la sintomatología de este proceso y acelerar la recuperación. Sin embargo, no hace falta padecer este trastorno para comenzar a incluir este alimento en la dieta regular, aseguran los especialistas.

Los yogures son productos recomendados casi para todos los planes de alimentación, ya que proporcionan probióticos, grasas saludables y proteínas. Además, aportan calcio y otros minerales esenciales que promueven el bienestar. Lo importante es escoger aquellos bajos en azúcar y grasas y, además, ricos en probióticos.