Vida Moderna
El consumo de azúcar podría aumentar el riesgo de sufrir de Alzheimer
Este padecimiento afecta las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje.
La enfermedad de Alzheimer es un deterioro continuo en el pensamiento, el comportamiento y las habilidades sociales, que afecta la capacidad de una persona para vivir de forma independiente, de acuerdo con la Clínica de Mayo, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
A su vez, es una de las enfermedades neurológicas que más retos les plantea a los científicos, pues por lo pronto no han logrado dar con una cura; siendo un padecimiento que afecta la vida de millones de personas en todo el mundo.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud lo define como “un síndrome debido a una enfermedad del cerebro, generalmente de naturaleza crónica o progresiva, en la que hay déficit de múltiples funciones corticales superiores que repercuten en la actividad cotidiana del enfermo”.
No obstante, en los últimos años la ciencia ha avanzado y ha logrado conocer nuevos detalles de la enfermedad. Ahora la humanidad conoce los factores de riesgo, síntomas y características genéticas que pueden ser útiles, a la hora de identificar qué tan probable es que un paciente desarrolle Alzheimer.
Tendencias
Recientemente un trabajo publicado en la revista JCI Insight, por un grupo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest en Carolina del Norte, Estados Unidos, identificó que “el aumento de la ingesta de azúcar y las elevaciones de la glucosa en sangre son suficientes para causar la acumulación de placa amiloide en el cerebro”, lo que aumenta el riesgo de padecer de esta enfermedad.
“Este hallazgo es significativo porque demuestra que consumir demasiada azúcar es suficiente para causar la proliferación de placas amiloides y aumentar el riesgo de enfermedad de Alzheimer”, relata el estudio.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay actualmente más de 55 millones de personas con demencia, de esas el Alzheimer es la más prevalente: “(Es) la forma más común de este trastorno (demencia), que puede representar entre un 60 y un 70 % de los casos”.
Alimentos que aumentan el riesgo
De acuerdo con la Fundación Alzheimer de España, los alimentos que deben evitarse para prevenir la enfermedad, son los que están asociados a un empeoramiento de la cognición, como las carnes rojas, los alimentos procesados, las grasas de origen animal y los azúcares.
“Además, las personas que ya tienen algún problema neurocognitivo han de abstenerse de beber alcohol, que no es beneficioso en ningún caso”, señala el sitio web de la fundación la doctora Araceli Alonso, neuróloga de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y vicepresidenta de la Asociación Madrileña de Neurología.
Alimentos que ayudan a prevenirlo
De acuerdo con la Fundación Alzheimer de España, hasta un 80 % de los pacientes que tienen la enfermedad sufren de desnutrición.
De acuerdo con la doctora Alonso, hay tres dietas que son particularmente neuroprotectoras y que ayudan a las personas a tener mejores condiciones de salud en cuanto a las capacidades cognitivias. Las dietas son, la mediterránea, la Dash, que está basada en la primera, pero más enfocada a pacientes hipertensos, con más vegetales, más frutas, lácteos desnatados, menos sal y menos alcohol y la dieta Mind, que es un compendio de las dos anteriores dirigida a prevenir el deterioro cognitivo.
“Se ha demostrado que las tres dietas son capaces de mejorar la cognición en sujetos sanos, prevenir el deterioro cognitivo asociado a la edad y a enfermedades como el Alzheimer, además de la progresión y la atrofia cerebral”, afirma Alonso.
En cuanto a alimentos individuales algunos delos mejores para consumir son: el repollo, la coliflor o los nabos, además de las verduras de hoja verde, el aceite de oliva, los tubérculos, las manzanas, las naranjas, las uvas, las fresas, las nueces, el cacao y el café, estos dos últimos con un consumo moderado, así como los pescados grasos ricos en omega-3 y omega-6.