Ansiedad y estrés
Según las cifras, 4 de cada 10 mujeres han expresado sentirse estresadas. Así mismo, estar en situación de estrés frente a 2 de cada 10 hombres. | Foto: Getty Images

Vida Moderna

Estas son las causas de estrés más frecuentes en mujeres después de los 50 años

Aunque en la mayoría de los casos el estrés puede ser un hecho negativo, hay otros que terminan siendo favorables ya que actúa como un proceso general de adaptación de los individuos al medio.

8 de febrero de 2023

El estrés se considera como un mecanismo que se pone en marcha cuando una persona se ve envuelta en un exceso de situaciones que la superan y que en muchas ocasiones, aunque intenta solucionar, no lo logra y terminan por afectar su bienestar tanto físico como psicológico y personal.

Aunque en la mayoría de los casos el estrés puede ser un hecho negativo, hay otros que terminan siendo favorables ya que actúa como un proceso general de adaptación de los individuos al medio.

El director del Servicio de Salud Mental del Hospital del Mar en Barcelona, Víctor Pérez Solá, señaló que “intrínsecamente no es malo. Si, por ejemplo, una persona tiene que presentarse a un examen y no tiene ese nivel de alerta o de estrés, su rendimiento bajará.

“En el otro extremo, si el nivel de estrés y alerta es más alto del que se tolera, la persona se bloqueará”, aseguró el también experto del Centro de Investigación Biomédica en Red, SAM.

Investigaciones han permitido determinar que las mujeres de más de 50 años duplican el riesgo de padecer ansiedad con respecto a los hombres como consecuencia de los trastornos hormonales, los puestos de trabajo peor pagados y el cuidado de padres e hijos.

Sin embargo, los especialistas prevén que esta tendencia no se mantendrá y se irá revirtiendo poco a poco durante los próximos años.

Compañeros de trabajo trabajando juntos en la oficina moderna.
“En las mujeres adultas jóvenes se está produciendo un cambio en su estilo de vida que provocará que la incidencia de los trastornos de ansiedad", explicó el presidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), Salvador Ros. | Foto: Getty Images

“En las mujeres adultas jóvenes se está produciendo un cambio en su estilo de vida que provocará que la incidencia de los trastornos de ansiedad. Esto se debe, en gran medida a que, poco a poco, se está equiparando su estatus laboral al del hombre”, explicó el presidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), Salvador Ros.

La ansiedad afecta de manera diferente a adolescentes y ancianos, por lo que es necesario conocerla para que no sea confundida con otras dolencias, señalan desde la ASEPP.

De esta manera, una conducta agresiva en la adolescencia suele estar enmascarando un trastorno de ansiedad.

“A esta edad, la enfermedad no está diagnosticada en toda su medida y así comportamientos de rebeldía u oposición pueden confundirse con conductas típicas de esos años cuando esconden un cuadro de ansiedad”, añadió

Según las cifras, 4 de cada 10 mujeres han expresado sentirse estresadas. Así mismo, estar en situación de estrés frente a 2 de cada 10 hombres.

Los cuidados de la piel ante la llegada de la menopausia
El presidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), Salvador Ros, explicó que las personas ancianas tienen miedo a padecer una discapacidad, a morir o a ser abandonados, lo que conlleva a que aparezca este tipo de trastornos. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Las causas más frecuentes

En este sector de la población los expertos han detectado que entre las causas más frecuentes se encuentran:

- Amenorrea (desaparición de la menstruación).

- Melancolía menopaúsica.

- El embarazo.

- Tensión premenstrual.

- La menstruación

- Depresión postparto.

Cargar el celular
El estrés “intrínsecamente no es malo. Si, por ejemplo, una persona tiene que presentarse a un examen y no tiene ese nivel de alerta o de estrés, su rendimiento bajará, según el director del Servicio de Salud Mental del Hospital del Mar en Barcelona, Víctor Pérez Solá | Foto: Getty Images/iStockphoto

Entre tanto, la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) asegura que el estrés, en su fase normal, tiene dos tipos:

- Estrés agudo: Se ocasiona en un breve periodo de tiempo y normalmente desaparece con rapidez. Es frecuente en todo el mundo, aparece cuando se vive un proceso nuevo o excitante, o cuando se pasa por situaciones complicadas, como rupturas de pareja. Dado al escaso tiempo que dura no suele ocasionar problemas importantes para la salud.

- Estrés crónico: Se padece durante un periodo de tiempo más prolongado que el estrés agudo. Este tiempo puede variar desde varias semanas a meses. Las personas que padecen este tipo de estrés pueden acostumbrarse tanto a la situación de activación, que pueden llegar a no darse cuenta de que lo viven y acaban sufriendo problemas de salud.

Igualmente, suele aparecer cuando las personas no ven una salida a una situación compleja y deprimente, algunas veces aparece por una experiencia vivida en la niñez que se interioriza y se mantiene latente desde entonces.

¿Cómo afecta el estrés a la salud?

La vejez

Así mismo, el presidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), Salvador Ros, explicó que las personas ancianas tienen miedo a padecer una discapacidad, a morir o a ser abandonados, lo que conlleva a que aparezca este tipo de trastornos.

Esta patología en adultos está generada en su mayoría por problemas de estrés laboral o por situaciones económicas desfavorables o de desestructuración familiar.

Asimismo, el hecho de trabajar en entornos muy competitivos hace que las personas vean incrementados sus niveles de ansiedad hasta incluso convertirse en patológica.

“Culturas como la occidental, donde se fomenta la competitividad del individuo casi desde el nacimiento, acarrean un incremento de los niveles de inseguridad de las personas, por lo que es lógico que las tasas de pacientes con ansiedad crezcan”, precisó.

Una consecuencia de estos cuadros ansiosos generados por la alta competitividad laboral son los trastornos del sueño y de los ritmos circadianos, (intervalos entre sueño y vigilia).

“Nuestra cultura duerme mal y en malas condiciones. Las prisas, madrugar periódicamente y las alteraciones por la vida social fuera de casa han modificado la regularidad del sueño, reduciendo, por tanto, el descanso de los individuos”, argumentó Ros.

* Con información de Europa Press