SALUD
Perder peso rápido: cómo acelerar el metabolismo para adelgazar
Cuando el metabolismo se vuelve lento, es probable que la persona tienda a aumentar de peso fácilmente, se sienta cansada o presente algunos problemas digestivos.
El metabolismo se define como un conjunto de procesos físicos y químicos que se presentan en las células, que se encargan de convertir los nutrientes de los alimentos en la energía necesaria para que el cuerpo cumpla con todas sus funciones vitales.
Cuando una persona consume un alimento, unas moléculas del sistema digestivo denominadas enzimas descomponen las proteínas en aminoácidos, al igual que las grasas en ácidos grasos y los carbohidratos en azúcares simples, como la glucosa.
Estos compuestos son absorbidos por la sangre, que los distribuye a las células. Allí otras enzimas aceleran o regulan las reacciones químicas necesarias para que se metabolicen, procesen y almacenen energía, explica el portal Vida y Salud.
Tendencias
El metabolismo es un proceso constante que empieza en el momento de la concepción y termina cuando la persona fallece. Cuando se vuelve lento, es probable que la persona tienda a aumentar de peso fácilmente, se sienta cansada e, inclusive, tenga algunos problemas digestivos.
Una investigación publicada en la revista Science indica que, durante los primeros meses de vida, el metabolismo es tan eficiente que un niño de un año llega a quemar calorías 50 % más rápido que un adulto. Sin embargo, después se ralentiza 3 % cada año hasta que la persona llega a los 20 años y en esa etapa de la vida se estabiliza.
Existen algunas formas y trucos que es importante tener en cuenta para que el metabolismo tenga un mejor comportamiento y ayude a bajar de peso.
Desayunar
Para nadie es un secreto que el desayuno es la comida más importante del día. Uno de los motivos es porque aporta energía para afrontar el día y, además, acelera el metabolismo. Algunos estudios demuestran que saltarse esta comida está relacionado con un mayor riesgo de obesidad, asegura el portal Men´s Health.
Barbara Rolls, profesora de de nutrición en la Universidad Estatal de Penn y autora del libro The Volumetrics Weight-Control Plan, asegura que el organismo se ralentiza mientras la persona duerme y no vuelve a acelerarse hasta que come algo, por ello, para aumentar el metabolismo es importante desayunar y basta con ingerir unas 300 a 400 calorías.
Hacer pesas
Hay quienes creen que lo ideal para adelgazar es hacer cardio, por lo que omiten el entrenamiento de pesas. Pensar así es un error, pues el entrenamiento de pesas acelera el metabolismo, asegura el portal Psicología y Mente.
“Esta aceleración del metabolismo no solamente se produce al acabar la sesión, sino que, al crear músculo, hace que aumente el metabolismo basal, que es el gasto energético que el organismo lleva a cabo cuando se está en reposo”, precisa.
Entrenar en ayunas
Si bien, según los expertos, es necesario desayunar, pues luego de dormir hasta que no se ingieren alimentos el metabolismo no se activa de nuevo, se puede entrenar en ayunas de manera que el metabolismo se active y se acelere el proceso de quemar grasa.
La finalidad de hacer esto es reducir las reservas de glucosa o glucógeno para pasar a quemar grasas durante el ejercicio. Para entrenar en ayunas, la persona debe estar bien hidratada y comer después, de lo contrario puede terminar cansada durante el día.
Poca grasa
“Los alimentos ricos en grasa tienen más calorías, y otros macronutrientes como los carbohidratos producen una mayor termogénesis, es decir, que utilizan más calorías para quemar los alimentos. La termogénesis de las grasas es de un 3 %, mientras la de los carbohidratos es de 7 %”, precisa Psicología y Mente.
Comer proteínas
Según este sitio web, la proteína es rey de la termogénesis, pues es de 27 %. Además, las proteínas contribuyen a la formación de músculo.
No picar en la noche
Los expertos aseguran que comer carbohidratos por la noche puede provocar problemas metabólicos ya que el cuerpo es más resistente a la insulina en estas horas del día. Esto puede aumentar los niveles de azúcar en la sangre y, por tanto, contribuir al aumento de peso, entre otras complicaciones. Cualquier caloría extra por la noche se almacena en forma de grasa, así que lo mejor es comer temprano.