CONFIDENCIALES
Álvaro Uribe habla de las “crisis personales” y Adelina Guerrero, esposa de Benedetti, cuenta las suyas. “También he vivido ansiedad”
“He vivido ansiedad y meses difíciles en varios momentos de mi vida donde pierdo mis hábitos sanos y la mente no se vuelve mi amiga”, dijo Guerrero.
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Adelina Guerrero, la esposa de Armando Benedetti, comentó una historia muy personal que narró el expresidente Uribe y que fue publicada por SEMANA. En un evento en Bogotá, el exmandatario contó que ha sufrido de ansiedad y detalló algunos episodios que le hicieron comprender que estaba ante esa condición a la que llamó una “crisis personal”.
Sobre el trino con esa noticia, Guerrero también compartió su propia experiencia. “Las crisis personales llegan de muchas formas: presiones, persecuciones judiciales, mediáticas, noticias malintencionadas, señalamientos injustos, momentos y peligros difíciles de superar", aseguró.
Las crisis personales llegan de muchas formas: presiones, persecuciones judiciales, mediáticas, noticias malintencionadas, señalamientos injustos, momentos y peligros difíciles de superar.
— Adelina Guerrero (@Adeguerreroco) December 2, 2025
Yo también he vivido ansiedad y meses difíciles en varios momentos de mi vida donde pierdo… https://t.co/EzsAC5JyRx
“Yo también he vivido ansiedad y meses difíciles en varios momentos de mi vida donde pierdo mis hábitos sanos y la mente no se vuelve mi amiga. Dios y mi familia han sido mi refugio”. Guerrero había hablado recientemente con SEMANA sobre cómo ha afrontado las crisis que ha vivido en su familia.
El expresidente Álvaro Uribe se ha referido recientemente a temas de su vida privada. El exmandatario había permanecido los últimos años en silencio, por cuenta de que estaba en curso el proceso penal en su contra, pero una vez fue absuelto por el Tribunal Superior de Bogotá, ha narrado algunos episodios de lo que ha vivido.
SEMANA recogió unas declaraciones que él hizo en un encuentro con copartidarios. “Cuando me pusieron preso tenía una agenda en el Senado muy importante, como el proyecto de reducción de la jornada de trabajo, entre otros. Y venía con un ritmo de lectura muy acelerado. Tenía mucha disciplina para estar viendo en Netflix los 60 capítulos o más sobre el Libertador, los documentales sobre Fidel Castro, Cuba Libre y sobre su santidad, el papa Francisco”, contó.
Y, luego, dio detalles de lo que significó ese choque en su vida. Al tiempo “con que me pusieron preso, (sucedió) el covid-19. Hago deporte, cinco, siete veces a la semana, o una hora de elíptica, más unos ejercicios de estiramiento, o nado entre 800 y 1.600 metros. Realizo, más o menos, 4.000 metros de natación en la semana”.
“¿Qué me pasó?”, preguntó.
“Toda esa crisis personal me sacó del estudio y del deporte. Fui a nadar, yo nado sin estilo, pero resisto mucho, y cuando llevaba 200 metros me tuve que salir de la piscina. Se me bajó la saturación a 82. Y después empecé a sentir una gran ansiedad en el agua, cuando ya había recuperado el estado físico”, agregó.
El exmandatario le atribuyó ese episodio a este trastorno. “La ansiedad me obligaba a estar conectado a toda hora al teléfono, a estar escribiendo a toda hora sobre mi proceso. Quedarme hora y media, 40 minutos en una piscina, me enloquecía. Ojo con las crisis personales y las ansiedades que lo sacan a uno de los buenos hábitos”.

