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Foto: Secretaría de Cultura | Foto: Juanita Franky

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Los Mártires florecen

El artista plástico francés Olivier Grossêtete construyó junto con la comunidad dos estructuras monumentales en la plaza de Los Mártires. Una de las ideas del proyecto era difuminar las barreras sociales.

4 de abril de 2017

El viernes pasado, el artista plástico francés Olivier Grossêtete construyó dos estructuras monumentales en la plaza de Los Mártires. Se trató de una experiencia artística que buscaba, por medio de la participación de la ciudadanía, construir réplicas a escala en cartón del  monumento a los mártires, declarado Monumento Nacional (1975), y la cúpula de la Iglesia del Voto Nacional, declarada Bien de Interés Cultural del Distrito Capital (2001) y Nacional (2012).

El evento se enmarcó en el sexto año de Experimenta Sur, un encuentro internacional de artistas y pensadores, organizado por el Goethe Institut, la Siemens Stiftung y bajo la curaduría de Mapa Teatro, según afirmó José Ignacio Rincón, productor de Mapa Teatro. Además, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, El Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) y El Instituto Distrital de Artes (Idartes), se involucraron en el evento pues están a cargo de la campaña de recuperación ‘Los Mártires Florecen’.

La construcción de estas estructuras a escala se realizó entre las diez de la mañana y las seis de la tarde del viernes 31 de marzo, estructuras que desaparecieron al siguiente día tras el proceso de deconstrucción. Para lograr estas réplicas, por un lado, se emplearon alrededor de 1.500 cajas de cartón y 270 rollos de cinta de 100 metros cada una. Por otro lado, se contó con la participaron de alrededor de 240 colaboradores, quienes estuvieron presentes en los talleres realizados durante la semana, para ayudar en el proceso de preconstrucción de las piezas, en la Escuela Taller de Bogotá, piezas que se ensamblaron el día viernes. 

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El director general del IDPC, Mauricio Uribe, afirma que “lo que tienen de interesante las obras que está haciendo esta administración, es que son con la comunidad”. Pues en el proceso intervinieron participantes del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron), habitantes de la calle, personas vinculadas al Sistema de Responsabilidad Penal de la Secretaría de Integración Social, habitantes de la zona, estudiantes de universidades, militares, entre otros ciudadanos voluntarios que hicieron parte del proceso. A su vez, Mauricio Uribe resalta la labor que han realizado los militares, quienes desde el desmantelamiento del Bronx han buscado vincularse a las acciones enmarcadas en la campaña ‘Los Mártires Florecen’.

Olivier Grossêtete es reconocido por organizar construcciones monumentales en cartón con la participación del público. Sostiene que en el proceso no se utiliza ninguna máquina, se trata de lograr levantar poco a poco la estructura únicamente con la fuerza humana. Además, para él, la obra busca enmarcarse en su entorno, por lo cual tuvo en cuenta “el obelisco que conmemora los mártires de la Independencia, el batallón militar al costado sur de la plaza y el poder del pueblo que está atrás, ahí está el pueblo”.


Fotografía: Secretaría de Cultura

La amplia participación de diferentes sectores de la ciudadanía demuestra una apuesta por construir una Bogotá solidaria. Se lograron difuminar las fronteras sociales para que todos pudieran participar en la preconstrucción de las piezas y en su ensamblaje. Luisa Fernanda, joven vinculada al Proceso de Responsabilidad Penal, quien trabajan en el marco de la justicia restaurativa, afirma que este proceso les ha permitido aprender a llevarse bien y colaborar en la obra como parte de una familia y de un pueblo. Por su parte David Esteban, vinculado al mismo proceso, afirmó que “esto crea un cambio social y crea unión en las personas porque acá vemos gente de distintas sedes de Bogotá, esto crea cultura también”.

Ahora bien, este evento se realizó con el objetivo de lograr la revalorización del Patrimonio Cultural de Bogotá. Para María Claudia López, secretaria de Cultura Recreación y Deporte, todo esto se hace para “enfatizar el trabajo de construcción de comunidad, de unir esfuerzos de cohesión social en torno al patrimonio cultural de Bogotá”. Se trata de lograr una  apropiación social del patrimonio, de la plaza de Los Mártires “de ser conscientes de que existe, ser conscientes de su valor”.

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Siendo así, esta obra artística juega un papel no solo transformador, para María Claudia López, evidencia una realidad, evidencia el valor del patrimonio. Lo que el arte logra con “este ejercicio de arquitectura efímera, es que las personas caigan en cuenta de lo que significa el patrimonio, del valor que tiene y su vulnerabilidad y de que no hay mejor forma de cuidarlo que la apropiación social”.

Por su parte, el IDPC ha estado trabajando en recuperar el simbolismo que tiene la localidad de los mártires. Con la campaña ‘Los Mártires Florecen’, dice Mauricio Uribe, “queremos que florezca de nuevo una localidad que estaba tan estigmatizada”. Con este objetivo, el IDPC ha realizado un proceso de recuperación de la plaza, para lo cual han trabajado en la restauración del obelisco, la intervención realizada el año pasado para construir un jardín con flores y la restauración, aún en proceso, de la Iglesia del Voto Nacional. Siendo así, se han juntado esfuerzos para devolverle el valor simbólico y patrimonial a un espacio que había sido invisibilizado y estigmatizado por el antiguo Bronx en Bogotá.

Finalmente, estos esfuerzos por revalorizar y recuperar el patrimonio de Bogotá, se entienden a su vez en el momento histórico que está viviendo Colombia. Una vez firmado el acuerdo de paz, este tipo de espacios se configuran dentro de las nociones de reconciliación y reparación. Por un lado, diferentes sectores de la ciudadanía unen sus esfuerzos en una construcción colectiva, escenario que en otro momento no hubiera sido posible. Por otro lado, empieza un proceso de reparación y restauración de un sector afectado por el problema de las drogas y el narcotráfico, en el cual Colombia se ha visto inmersa desde hace varias décadas. Olivier Grossêtete, afirma que “quizás, esto nos pueda traer de nuevo cierta esperanza de construir juntos algo; de que quizás, podemos dejarnos de pelear entre nosotros”.