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No hay exactitud frente a cuánta gente asistió, ni cuánto dinero se recaudó hasta hora, pero la jornada sorteó los temores y se llevó a cabo con ánimo y pocos líos técnicos. | Foto: Diana Rey

EVENTO

Un concierto histórico en medio de un torbellino

SEMANA presenta el recuento de una jornada musical para el recuerdo. Una que a pesar de estar envuelta en un torbellino político, social y humanitario que generó declaraciones fuertes y cruces sin fin, dejó una sensación de celebración y unidad.

22 de febrero de 2019

Desde las primeras horas de la mañana, la expectativa por el concierto comenzó a calentarse. Aunque los músicos subieron al escenario cerca de las 11 del día, la noticia de que la guardia venezolana había soldado contenedores al puente Tienditas para bloquear las ayudas humanitarias ya había empezado a agitar las redes desde temprano, y las primeras fotos compartidas por el multimillonario Richard Branson registrando la llegada de miles de asistentes desde la apertura de puertas en la madrugada anunciaba el optimismo del organizador.

Desde temprano miles de colombianos y venezolanos se acercaron. Cantaron reggaetón, escucharon música llanera, bailaron música electrónica.

Días atrás, el mismo Branson había estado en boca de admiradores y detractores por su iniciativa. Quizá las críticas que tuvieron mayor repercusión fueron las del también británico Roger Waters. El exintegrante de Pink Floyd afirmó que el concierto "no tiene nada que ver con la democracia, ni con la libertad, ni con la ayuda humanitaria".

Antes de que Branson tuviera la oportunidad salir al paso a las críticas, el concierto comenzó con la voz de la cantante venezolana Reymar Perdomo, quien interpretó la canción considerada por muchos ‘himno de los venezolanos fuera de casa’. La letra de ‘Me fui’, acompañada por su guitarra acústica fue coreada por miles de personas que levantaron la voz al momento del controversial estribillo "Maduro coño e’ tu madre". La interpretación pausada contrastó con la letra subida de tono y precedió una mucho más conciliadora intervención del organizador.

Richard Branson puso el acento en la dimensión humanitaria. Polémico, versátil y empeñado en ambiciosos proyectos, Branson dividía su atención durante la mañana del 22 de febrero entre el concierto fronterizo y su ambicioso proyecto aeroespacial. Las líneas más repetidas de su discurso de apertura giraron precisamente en torno a los sentimientos encontrados que le procuraban ambos proyectos: “Podemos llevar cohetes al espacio pero no logramos sacar a la gente de la pobreza”.

La línea abiertamente política de las primeras presentaciones tuvo en José Luis Rodríguez, el Puma, una de sus voces más enfáticas. No solo agradeció a Estados Unidos, Colombia y Brasil por la solidaridad, también descalificó las dictaduras de izquierda y pidió al Ejército venezolano que no disparara contra el pueblo. Con el paso de las horas, el tinte político cedió por momentos y el cartel variado desplegó un repertorio musical que alternaba sonidos llaneros, urbanos, pop, merengue y vallenato.

La alta temperatura se sintió en medio de una multitud, cuyas dimensiones fueron objeto de especulación y debate, y también en las redes sociales, principal arena de estas disputas. Gustavo Petro contrastó imágenes de este concierto con fotos aéreas del convocado en 2008 por Juanes bajo el título ‘Paz sin fronteras’.

Aunque varios nombres reaparecen desde aquel concierto, enmarcado por las tensas relaciones entre Colombia, Ecuador y Venezuela, la principal diferencia es la directa intención de recaudar fondos en este caso. No hay cifras oficiales respecto a la recaudación, que estará abierta durante las próximos 60 días y apunta a una meta de 100 millones de dólares.

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Nicolás Maduro intentó responder al fuerte golpe mediático alcanzado por las reconocidas figuras del Aid Live Venezuela. Por un lado, llamó ‘traicioneros’ a los artistas venezolanos que tocaron en el concierto, como Ricardo Montaner o el Puma, y los acusó de haber tocado solo para no perder su visa de Estados Unidos. Por otra parte, anunció el cartel de su concierto de respuesta titulado ‘Para la guerra, nada’ o ‘Hands off Venezuela’.

Maduro también arremetió contra el presidente colombiano Iván Duque y el chileno Sebastián Piñera, quienes se reunieron por la mañana. La reacción de Maduro era una respuesta a las declaraciones de Piñera. El presidente de Chile fue enfático en su apoyo a la libertad y declaró  que “Maduro es parte del problema, no de la solución”.

El trasfondo político continuaba caldeando ánimos, en un panorama que abre muchas preguntas sobre el manejo a partir del sábado de las más de 600 toneladas de ayudas dirigidas a Venezuela. La tensión política tenía una contraparte casi ligera sobre el escenario.   

Al avanzar la jornada, pasaron por la tarima Reynaldo Armas y Cholo Valderrama, con dos caras de la música llanera, un momento con vocación instagramera protagonizado por Silvestre Dangond y Maluma, el marcado contraste entre la romántica y serena presentación de Fonseca y la festiva entrada vallenata de Carlos Vives.

Carlos Vives, Egidio Cuadrado, y un espectáculo que llevó el gozo a su pico más alto.

Ricardo Montaner expresó su nostalgia por Venezuela: “Muy cerca de nosotros está Venezuela. La extraño mucho. Me duele lo que le ha pasado en los últimos 20 años”. Justo después el presidente colombiano Iván Duque llegó al evento ey a los pocos minutos Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y proclamado mandatario interino de Venezuela, hizo lo propio entre aplausos de la multitud.

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En ese momento, la atención pasó de la tarima a los protagonistas de una compleja situación que vive un capítulo crucial a lo largo de este fin de semana. La presencia de figuras internacionales y el respiro festivo en medio de las tensiones pone la frontera y la oleada migratoria venezolana en ojos de todos.

Esta atención, con tintes de entretenimiento, no oculta el turbulento contexto que se desarrolla en las líneas fronterizas entre Venezuela y sus vecinos. Los enfrentamientos transcurridos entre indígenas y militares venezolanos en el estado Bolívar, frontera con Brasil, dejó un saldo de dos muertos y quince heridos. El enfrentamiento tuvo lugar mientras trataban de mantener abierta una carretera para el ingreso de ayuda humanitaria.

Al final de la tarde, el foco se desvió del escenario y retornó al tema de las ayudas. Una forma de recordar que este episodio crucial de la política internacional de Venezuela continuará escribiéndose a lo largo de este fin de semana, con toneladas de ayudas como protagonistas.