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El interista

Iván Ramiro Córdoba hizo realidad su sueño de jugar en Italia. Ahora tendrá que luchar para sacar al Inter del pozo en que se encuentra.

20 de diciembre de 1999

Iván Ramiro Córdoba tocó el sol con las manos. Uno de sus sueños era jugar en el fútbol de Italia. Pues bien, a partir de enero de 2000 lucirá los colores del Inter de Milán, uno de los equipos más prestigiosos del fútbol mundial, que en

este momento pasa por un trance difícil. De poco o nada le han servido, hasta ahora, sus múltiples contrataciones millonarias. Su línea defensiva presenta fallas protuberantes y los directivos del onceno milanés han visto una posible solución en el defensor colombiano que, de acuerdo con la prensa argentina, es “rápido como la luz, seguro como una caja fuerte”.

Córdoba ha sido destacado recientemente por la prensa gaucha como el mejor jugador en su puesto del fútbol argentino y es ídolo indiscutido del club San Lorenzo de Almagro, en el cual milita desde hace dos años.

De acuerdo con los planes establecidos el Inter pagará 17.300.000 dólares, una cifra récord para San Lorenzo y la tercera transferencia más alta en la historia del fútbol argentino. Sin embargo el popular equipo de Boedo sólo recibirá seis millones, pues es dueño del 40 por ciento del pase de Córdoba, mientras que el 60 por ciento es propiedad del empresario Gustavo Mascardi, representante del jugador.

De todos modos es un gran negocio para el club, que pagó 1.800.000 dólares por los servicios de Córdoba, lo que le significa una ganancia neta de 4.200.000 dólares.

El jugador ganará 1.600.000 dólares por cada uno de los cinco años de contrato, es decir, cuatro veces más de lo que recibe en la actualidad. “Es un orgullo para mí que un equipo como el Inter tenga tanto interés en que integre su plantel. Y, además, es una ilusión muy grande poder jugar junto a estrellas como Ronaldo, Zamorano y Vieri”, manifestó al diario italiano La Gazzetta dello Sport.

Toda esta historia comenzó cuando Narciso Pezzotti, ayudante de campo del técnico Marcello Lippi, presentó un muy buen informe del defensor. El negocio lo llevaron a cabo Fernando Miele, presidente del San Lorenzo; Alejandro Mascardo y Fernando Hildalgo, quienes representaban los intereses de Gustavo Mascardi, y Gabriele Oriali (ex jugador del Inter y campeón del mundo con la selección italiana en 1982) y Rinaldo Ghelfi, estos dos últimos directivos del club milanés. Massimo Morati, presidente y dueño del Inter, estuvo al tanto de todos los detalles de la operación y la supervisó telefónicamente.

En un principio San Lorenzo pretendía 20 millones de dólares y el Inter sólo pensaba pagar 13. Luego de un inevitable tira y afloje entre ambas partes llegaron al acuerdo final.

El colombiano viajará entre la Navidad y Año Nuevo a Milán para someterse a los exámenes médicos de rigor. Es muy probable que se integre a las prácticas el 3 de enero. El Inter recibe al Perugia el 6 y no se descarta que el defensor paisa debute con su nuevo equipo el 9, nada menos que ante el Fiorentina de Gabriel Omar Batistuta.



Un club lleno

de historia

El Inter de Milán se fundó en 1908 con el nombre de Football Club Internazionale Milano y un año más tarde ganó su primer scudetto. La Primera Guerra Mundial detuvo el campeonato italiano. Inter volvió a ser campeón en 1920. Con el advenimiento del fascismo el equipo cambió de nombre y de camiseta. Se fusionó con el Unione Sportivo Milanese y pasó a llamarse Ambrosiana. Sin embargo los

seguidores

seguían co-

reando el mismo grito de batalla de siempre: “¡Forza, Inter!”. En 1932 pasó a llamarse Ambrosiana-Inter y sólo en 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, retomó su nombre. En aquella época la insignia era el gran Giuseppe Meazza, campeón del mundo en 1934 y 1938 y artífice del cuarto scudetto, que obtuvieron en 1938, y su primera Copa de Italia, en 1939.

En los años 50 el Inter se llenó de estrellas internacionales, entre ellas el holandés Wilker, el sueco Skoglund, el húngaro Nyers y el ‘carasucia’ argentino Antonio Valentín Angelillo, quien marcó 33 goles en la temporada de 1958.

Pero la gran hora del Milán llegó a comienzos de los 60 cuando asumió el técnico italo-argentino Helenio Herrera, ‘el Mago’, el inventor de catenaccio, el esquema defensivo que le permitió ganar los campeonatos de 1963, 1965 y 1966, dos Copas de Europa y dos más intercontinentales en 1964 y 1965.

Luego volvió a imponerse en 1971, 1980 y 1989.

El palmarés del Inter es impresionante. El equipo ha ganado 13 campeonatos italianos, dos copas de Europa (hoy conocida como Champions League), tres copas de Italia, tres copas de la Uefa, dos copas intercontinentales y una supercopa de Italia. Sin embargo los seguidores están hambrientos de un nuevo título, que no llega desde 1989.

¿Podrá Córdoba solucionar los dramas defensivos del Inter? No será una tarea fácil. n