Empresas
Los ganadores del Premio Empresario Colombiano 2020
Miguel Parra, fundador de Milpa, firma minera de Boyacá, ganó el Premio Empresario Colombiano 2020 entregado por la Universidad del Rosario. También se destacaron emprendimientos, compañías que se reinventaron y profesionales rosaristas.
Siga las noticias de SEMANA en Google Discover y manténgase informado

En medio de la crisis más profunda que ha vivido la economía colombiana producto de la pandemia del coronavirus, las empresas no solo han tenido que ajustar su estrategia y moverse en un entorno muy complejo, sino también impulsar el desarrollo de las regiones y ser soporte para pasar este difícil momento.
Sin duda, el tejido empresarial se ha visto afectado con la caída en la dinámica económica, que para el cierre del año puede registrar una contracción de entre 7 y 9 por ciento, un desempleo cercano a 15 por ciento y un retroceso en los avances para reducir la pobreza.
Ahora viene la recuperación y es clave lograr que las compañías jalonen e impulsen la dinámica económica, en un escenario todavía incierto. Los anuncios de la vacuna generaron optimismo, pero la rapidez de su distribución y la velocidad con la que llegará a las poblaciones todavía no es clara.
Por eso es tan importante resaltar y destacar las operaciones empresariales que han logrado crecer y mantenerse en medio de esta coyuntura, y proyectarse en sus regiones como instrumentos de crecimiento e inclusión.
Miguel Antonio Parra, fundador de Comercializadora Internacional Milpa, la compañía productora y comercializadora de coque metalúrgico más importante del país, ganó la edición XV del Premio Empresario Colombiano 2020, entregado por la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, en la categoría Mariposa de Lorenz, y que cuenta con el apoyo de Dinero.
Además, obtuvieron reconocimiento Diana Lucía Ortiz, de Ortiz Rey Ingenieros, con el Premio Ave Fénix al Resurgimiento Empresarial; Ana María Castillo Rodríguez, gerente de Marketing Digital de Elysian Energy en Australia, con el Premio Halcón Dorado en Transformación Digital; y Ricardo Bareño, de Zurych Chocolate, con el Premio Colibrí Esmeralda a los emprendedores sostenibles.
Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, señaló que los líderes de las organizaciones finalistas han trabajado durante muchos años en la consolidación de un mejor país. “Son una generación con motivación de creer e innovar en un mundo cambiante y dinámico. Las empresas finalistas han tenido hitos muy importantes en la historia colombiana, algunas vivieron derrotas tempranas que lograron superar, los cambios generacionales y, en algunos casos, las creencias del papel de la mujer y el hombre en la sociedad”, dijo.
Coque sostenible
Milpa produce y comercializa coque metalúrgico. Es una de las compañías más importantes del sector minero nacional, en especial del centro del país.
La empresa se ha caracterizado por ser pionera en la investigación sobre minería subterránea de carbón, y en las mejoras continuas en la producción de coque y la calidad de sus productos. Esto le ha permitido posicionar su coque metalúrgico como uno de los mejores de Suramérica, vendido en cerca de 25 países. Hoy sus principales clientes se encuentran en Brasil, México y algunas naciones europeas.
Milpa inició sus exportaciones a Cuba, donde recibió la medalla de oro por la calidad de su producto. Este galardón le abrió las puertas en Venezuela y México. “Sin el carbón coquizable que produce Colombia no se podría hacer coque, y sin este no existiría el acero, indispensable para la construcción y diferentes industrias, como la automotriz”, explica Parra.
Los trabajos se adelantan en diferentes frentes: dos ubicados en Boyacá y uno en Cundinamarca. Según Parra, poseen la mejor tecnología de coquización en América Latina. Como precursores en minería subterránea de carbón, se han esforzado por cumplir con todos los estándares en materia de seguridad minera, ambiental y social. “Siempre nos ponen como ejemplo de minería bien hecha. Trabajamos con los más altos estándares ambientales y sociales. En nuestras aguas se pueden ver peces y ranas nadando”.
Para este empresario, la minería de carbón es y será uno de los motores del país que genera miles de empleos formales y regalías, pero que se está estigmatizado. “Hay que diferenciar los impactos de la minería legal e ilegal”, advierte.
Según Fenalcarbón, se estima un aumento cercano a 12 por ciento en las exportaciones de coque para 2020 frente a las registradas en 2019. Los cálculos del gremio prevén cerrar este año con exportaciones cercanas a 3,5 millones de toneladas de coque y más de 1,8 millones de toneladas de carbón siderúrgico, lo que representa cerca de 1.300 millones de dólares en ingresos del sector.
Miguel Parra atribuye el éxito de su compañía a la gestión de sus hijos, familiares, empleados, proveedores, puertos, transportadores y demás colaboradores, que forman parte de la cadena logística de esta industria. “Se han puesto la camiseta para producir un producto de excelente calidad. Es gracias a ellos y a las bondades del subsuelo colombiano que nuestro producto ha empezado a posicionarse como uno de los mejores del mundo”, dice.
Asimismo, en Milpa reconocen al Mecanismo Regional de Reducción de Emisiones de Gases Efecto Invernadero como un instrumento que les permite a las empresas participantes divulgar y monetizar sus esfuerzos y metas de reducción de emisiones, adelantarse a la regulación nacional, y aprender del funcionamiento del mercado de carbono. También, apoyar proyectos con beneficios sociales que mejoren el desempeño ambiental de sus cadenas de abastecimiento.
Adicionalmente, destaca el valor de las iniciativas de responsabilidad social de la Fundación Milpa, uno de sus grandes orgullos.
Hoy en día, la compañía se encuentra en manos de sus hijos, quienes desde distintas áreas contribuyen al futuro de una empresa de tradición.

Entre las comunicaciones y el campo
En la década de los ochenta, Luis Alberto Ortiz instauró una empresa familiar dedicada al desarrollo de las telecomunicaciones en el país. Extender redes y conectar los sitios más apartados fueron por años sus principales tareas.
La compañía, que luego se transformó en Ortiz Rey Ingenieros y este año ganó el Ave Fénix, trabajó por esos años especialmente con Telecom y las teleasociadas que operaban en las regiones. Sin embargo, en la primera década de este siglo se dio la liquidación de Telecom y el arribo de Telefónica con Colombia Telecomunicaciones. La firma española llegó con sus proveedores, condiciones y precios, circunstancias que afectaron a esta empresa local.
En 2014, Ortiz Rey Ingenieros se acogió a la Ley 1116 y fue admitida por parte de la Superintendencia de Sociedades. Viene cumpliendo sus pagos, obligaciones y compromisos, en un proceso que termina en 2024.
Este año no fue el mejor por culpa de la pandemia, y muchos desarrollos e inversiones en el sector de telecomunicaciones quedaron aplazados. Diana Ortiz, representante de la empresa, ve con optimismo 2021 y la llegada de la tecnología 5G.
Mientras tanto, la firma inició un proceso de reinvención. Retomando las aficiones más importantes de don Luis Alberto, el campo y la ganadería, arrancó con un proyecto de leche desde 2015. Ya forma parte de la cooperativa de Colanta, y la producción de este líquido y semovientes ha venido creciendo a tasas de 45 por ciento. Además, avanza en cultivos de fresas, uchuvas, y analiza la posibilidad de incursionar en la cría de trucha arcoíris.
“Nos mantendremos en el negocio de telecomunicaciones y en otros, como redes de energía, pero también vamos a incursionar con más fuerza en el campo”, dice Diana Ortiz.
Marketing con energía
Por su parte, Ana María Castillo, gerente de Marketing Digital de Elysian Energy en Australia, fue galardonada con el Premio Halcón Dorado, que reconoce el impacto de los administradores rosaristas en el campo laboral, gracias a una selección realizada por la firma Talengo.
Elysian Energy es una start-up proveedora de energía, localizada en Melbourne. Tiene más de 20 competidores en el mercado y actualmente su cobertura alcanza Victoria, New South Wales, South Australia y parte de Queensland.
Castillo desarrolló una estrategia de transformación digital y automatización de marketing y ventas para la compañía, que le permite reconocer a sus clientes por sus preferencias, así como reducir tareas manuales.
Las áreas de la firma no tenían cohesión ni usaban metodologías ágiles que mejoraran la comunicación e interacción. Dentro de los resultados alcanzados, se destacan la creación de un equipo digital, la aplicación de metodologías ágiles, service design y design thinking en una start-up, y el liderazgo de equipo multidisciplinario con recursos de Australia, Brasil e India.
También ha incorporado talento y recursos colombianos a su iniciativa.
Con aroma de chocolate
Ricardo Bareño nació en la región cacaotera de Landázuri, Santander. Salió de allí hacia Bogotá con intenciones de continuar sus estudios, pero el paso del campo a la ciudad, como él lo define, es duro y complejo. Terminó trabajando como guarda de seguridad y allí estuvo casi 12 años. Durante parte de ese periodo, combinó las tareas de vigilancia con los estudios de administración de empresas.
Bareño investigó sobre el cacao, las posibilidades de acceder a producción de su región y el desarrollo de un negocio sostenible. Y así, como una actividad académica, nació el proyecto Zurych, chocolate artesanal, que este año obtuvo la distinción Colibrí Esmeralda.
En 2018, se retiró de la vigilancia y con recursos de su liquidación y otros de una inversión familiar arrancó la construcción de su sueño. Montó una planta de chocolatería en Bogotá y empezó comprarles la materia prima a sus paisanos en Landázuri. Su apuesta consiste en pagar a mejores precios en una estrategia de comercio justo, y acompañar a los proveedores en procesos de agroecología.
Ahora su negocio brinda distintos productos: desarrolla helados con el mucílago del cacao, cuenta con una línea de snacks, y otra de canasta familiar en la que ha incorporado chocolate de mesa, barras de cereal y granolas que no había en el mercado. Además, tiene una línea industrial con servicio de chocolatería a microempresas que elaboran producto terminado: restaurantes, panaderías o reposterías, que buscan productos diferenciados.
Pero su gran apuesta es desarrollar una cadena de tiendas especializada en cacao. La idea es estructurar un proyecto que sea franquiciable y en los próximos meses abrirá una tienda en Bogotá, con la que comenzará otra aventura empresarial.





