Cápsulas
El 97,7% de los colombianos percibe el fraude como un problema frecuente, según DataCrédito Experian
Según el informe, el 36,6 % de los encuestados afirmó haber sido víctima directa de fraude en el último año, y el 61,1 % conoce a alguien cercano que también lo ha sido.
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El fraude digital dejó de ser una amenaza potencial para convertirse en una realidad cotidiana en Colombia. Así lo confirma un reciente estudio de DataCrédito Experian, “Fraude en Colombia: cómo la educación digital y los datos de crédito transforman la prevención”, el cual revela que el 97,7% de los colombianos consideran que los fraudes ocurren con mucha frecuencia, el 36,6 % afirmó haber sido víctima directa en el último año y el 61,1 % conoce a alguien cercano que también lo ha sido.
En el informe se analiza como los ciudadanos perciben y enfrentan el fraude y pone en evidencia su impacto económico, emocional y social. Entre los hallazgos, se destaca que la educación digital y el uso estratégico de la información crediticia son herramientas clave para reducir riesgos y fomentar decisiones más seguras.

Entre las modalidades más comunes de fraude figuran las estafas en compras en línea (34,5%), el fraude digital mediante hackeos o enlaces maliciosos (26,7%), el uso indebido de las tarjetas de crédito (14%) y la suplantación de identidad (12,6%). Estas prácticas no solo afectan las finanzas personales -con un 41,8% de víctimas que reportan pérdidas financieras directas-, sino también el bienestar emocional: el 38% menciona haber experimentando ansiedad o estrés tras el incidente.
Los adultos jóvenes entre 26 y 40 años aparecen como el grupo más vulnerable, dado su alto nivel de exposición en plataformas digitales. Sin embargo, el estudio advierte que el problema no se limita a la tecnología, sino que tiene raíces humanas y estructurales. La falta de educación financiera y digital (47,3 %) y la confianza excesiva en entornos digitales (33,7 %) figuran entre los factores que más aumentan la exposición al riesgo.

Otro dato preocupante es que el 69 % de las víctimas no denuncia los casos de fraude, debido a la complejidad de los trámites o la falta de acompañamiento institucional. Además, el 73,7 % percibe poca eficacia en la respuesta de las autoridades, lo que refuerza la sensación de desprotección.
El informe concluye que la prevención del fraude debe asumirse como una responsabilidad compartida entre instituciones, empresas y ciudadanos. Para ello, propone fortalecer la educación digital, promover el reporte de incidentes y fomentar la vigilancia del historial crediticio como mecanismos de detección temprana.
“Proteger la información personal debe ser un hábito cotidiano”, señala el estudio, que enfatiza en la necesidad de combinar conocimiento, herramientas tecnológicas y acompañamiento para construir una cultura de seguridad digital más sólida.
