La carta de un grupo de académicos sobre Ser Pilo Paga

La semana pasada, la ministra de Educación, María Victoria Angulo, anunció que el programa Ser Pilo Paga  no podía continuar como había inicialmente pensado. Aunque se concluyó que esto significaba el fin de esa política, el presidente Iván Duque aclaró que la idea era hacerle modificaciones sustanciales. El primer mandatario presentó una fórmula diferente para lograr que los estudiantes de menos recursos lleguen a las universidades."La cobertura exige que nosotros podamos incluir más universidades públicas en un programa de gratuidad y decirles a las universidades privadas que también pongan", aseguró. 

Contexto: La propuesta de Iván Duque para Ser Pilo Paga

La falta de recursos en la que supuestamente se encuentra el Estado fue el principal argumento para hacer este cambio. Según el gobierno, solo cumplirle la promesa a los actuales pilos cuesta alrededor de 2 billones de pesos, una cifra comparable a lo que recoge una reforma tributaria en sus primeros años. 

Un grupo de académicos y opinadores le enviaron una carta al presidente Duque con una propuesta concreta en ese sentido. La misiva la firman Moisés Wasserman, Fabio Sánchez, Daniel Mera, Roberto Zarama, Pedro Medellín, Darío Maldonado, Mauricio Alviar, Luis Alfredo Sarmiento y Juan Camilo Cárdenas. En esta, ellos plantean una serie de puntos que podrían aportar a la discusión. 

Los firmantes coinciden con el presidente en que Ser Pilo Paga no debe ser financiado exclusivamente por la Nación. Para ellos deben "concurrir las entidades territoriales, las universidades privadas y los propios beneficiarios con un aporte dependiente de sus ingresos como profesionales". Agregan que "como mecanismo de solidaridad, los actuales 40.000 beneficiarios serían invitados a hacer un aporte voluntario dependiente de su ingreso para cofinanciar a los nuevos pilos del departamento".

En la carta se plantean nuevos criterios para elegir a los becados. Por ejemplo, "buscar que al menos el 50 por ciento de los beneficiarios sean bachilleres de los 14 departamentos que no cuentan con universidades acreditadas de alta calidad (esa participación fue del 32,6 por ciento en 2015)". En el caso de las ciudades capitales, se propone que estas concurran voluntariamente "en la financiación de modo progresivo de acuerdo con sus ingresos propios, así como ciudades intermedias".

Para asegurar los recursos, los firmantes proponen que se acuda al sistema de regalías y tocan un punto que se convirtió en el corazón de la crítica a ese programa: que las universidades privadas también aporten. Para ellos "una primera forma es pagarles el costo real por estudiante con base en los estados financieros".

Otra de la propuestas es que el programa de pilos apunte también a mejorar el sistema educativo y tenga un componente importante para la formación docente. "El 10 por ciento de las nuevas cohortes estaría destinado a la formación en licenciaturas".

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Quienes firman la carta concluyen que "Ser Pilo Paga es un programa para resolver el problema de acceso a la educación superior de calidad para los mejores bachilleres de escasos recursos, muchos de los cuales no logran acceder a las universidades públicas o privadas acreditadas por razones que van más allá de sus capacidades académicas. No es una política de alcance general y la evidencia existente señala que iguala las oportunidades educativas en los jóvenes que el programa focaliza. Es la esperanza que la sociedad colombiana les ofrece a miles de buenos estudiantes para que se esfuercen más y sean ejemplo a seguir. Al tiempo, es la forma de asegurarnos como país del desarrollo de un talento que necesitamos, evitando que se desaproveche por la circunstancia de la cuna".

Escuche el pódcast de SEMANA sobre el futuro de Ser Pilo Paga en el que participan Francisco Cajiao, Francisco Piedrahita, Fabio Sánchez y Julián de Zubiría. Los expertos conversan con la directora de Semana.com, Cristina Castro, y el editor jefe del portal, Luis Carlos Gómez. 

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