Los profesores exigen que se establezca una mesa de diálogo para resolver las “precarias condiciones”.

CRISIS EN MÉXICO

Ocho muertos en protesta de maestros en México

Los hechos no han sido esclarecidos. La reforma educativa mantiene en conflicto al gobierno mexicano y al magisterio.

21 de junio de 2016

El conflicto por la reforma educativa que mantienen el gobierno de Enrique Peña Nieto y los maestros del sector oficial se desbocó en Oaxaca este domingo: ocho civiles muertos y decenas de heridos en el desalojo de una autopista bloqueada. Ninguno de ellos profesores, de acuerdo a fuentes oficiales.

La aprobación, en 2013, de la reforma ha provocado desde entonces fuertes protestas en todo el país. Las más fuertes se han presentado en el sur, donde se localiza Oaxaca, debido a la larga tradición magisterial y al poder que aglutinan los sindicatos de docentes, especialmente la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), con más de 100.000 afiliados.

Ese país es uno de los casos más paradójicos de la región. Su educación pública se sitúa como la peor valorada de la lista de los 34 países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Sin embargo, la disputa constante entre los grandes sindicatos y la administración Peña Nieto mantiene estancada la reforma educativa y la implementación de la nueva evaluación docente, ambas promulgadas en 2013.

La CNTE, especialmente la Sección 22,  es el principal opositor del modelo. Su capacidad de movilización ha provocado en varias ocasiones que el Ejecutivo suspenda las pruebas, sobre todo en los estados del sur (Oaxaca, Michoacán y Guerrero).

Para Denisse Pérez, periodista mexicana de El Imparcial de Oaxaca y especialista en educación, esta medida busca “erradicar el negocio de venta y cesión de plazas de forma indiscriminada a personas que entran al magisterio sin tener los conocimientos mínimos para enseñar”.

(Podría leer: Las protestas magisteriales de Oaxaca: matices, desinformación y lucha de poderes)

El nuevo sistema de evaluación, por el que se examinarán más de un millón de profesores de educación básica y media superior, se compone de cinco variables. La primera es una evaluación realizada por el rector del establecimiento. A esta le sigue la elaboración de un portafolio en el que el docente incluye diferente documentación: desde información sobre el contexto de la escuela y de sus alumnos, hasta su estrategia pedagógica y trabajos de clase exigidos a los estudiantes. El tercer componente es un examen de competencias, por el que se incurre a los profesores sobre su modo de proceder en diferentes supuestos.

El cuarto punto se presenta bajo el nombre de ‘planeación didáctica argumentada’. En este, el profesor detalla su plan de clase y el método por el que examina a sus alumnos. Finalmente, el quinto componente, destinado únicamente a los docentes de inglés, es una prueba de competencias sobre el uso del idioma.

Los maestros tienen tres oportunidades para superar la evaluación. En caso de suspender todas las oportunidades, la ley establece que sean reubicados en otras actividades del servicio educativo más administrativas, y fuera de las aulas. Pero conservando sus derechos laborales.

Sin embargo, como explica la periodista mexicana de El País Priscila Navarrete, “la medida sirve de poco porque los sindicatos bloquean las reubicaciones”.

Por su parte, los profesores exigen que se establezca una mesa de diálogo para resolver las “precarias condiciones” que aseguran definen la carrera de docente en México. Sus reclamos se centran, especialmente, en tumbar el apartado de la reforma que quiere regular las prestaciones de las que son beneficiarios.

En el caso de Oaxaca, explica Denisse Pérez, los docentes buscan que directamente la reforma no se aplique.

PARA EL DEBATE

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