POSCONFLICTO
Siete emprendedores que le aportan a la paz y se la juegan toda en el posconflicto
Tras la dejación de las armas por parte de las Farc, se abre una nueva posibilidad para el desarrollo de proyectos productivos en regiones apartadas y para consolidar una nueva oferta empresarial.
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El pasado martes 27 de junio fue una fecha significativa para la historia de Colombia: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) entregaron más de 7.000 armas, con la verificación de la ONU, convirtiéndose en uno de los pasos más importantes en la implementación de los acuerdos de La Habana suscritos con el Gobierno.
Según cálculos del Departamento Nacional de Planeación (DNP), el posconflicto requerirá cerca de $130 billones en los próximos 15 años (ver página 20 de esta edición de Dinero), pero también representará para el país la posibilidad de mayor crecimiento.
Esta dejación de armas –polémica para algunos y esperanzadora para otros– genera retos gigantescos en dos frentes: uno, en la reincorporación de cerca de 8.000 guerrilleros a la actividad productiva y en el papel que pueden cumplir también centenares de víctimas en nuevos proyectos a quienes les están siendo restituidos sus territorios, y dos, el desarrollo de nuevas apuestas productivas en regiones alejadas, al incorporar víctimas y actores del conflicto.
Uno de los aspectos fundamentales está asociado a la generación de ingresos, con el desarrollo de proyectos productivos para la implementación de los acuerdos en el posconflicto. Más allá de los recursos que se requieren para incentivar la innovación y el emprendimiento, es clave visualizar nuevas oportunidades que van desde empresas nacientes con potencial de crecimiento y escalamiento, hasta desarrollos de emprendimientos corporativos de empresas que operan o buscan entrar en regiones que se reconocieron por tener problemas de alteración del orden público. Allí sectores tradicionales serán claves, como petróleo y minería, pero habrá otros con gran potencial como el agrícola, el turismo y las actividades ecológicas. También será fundamental en estos desarrollos el sector de infraestructura. Se espera que con esta dinámica lleguen a zonas alejadas nuevos recursos de inversión privada y pública.
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Igualmente será fundamental en el futuro inmediato impulsar nuevos servicios que les permitan a los emprendedores y a las empresas consolidar ofertas y lograr su progreso.
En materia de tecnología, uno de los principales retos de cara al posconflicto es la alfabetización digital. “Los desmovilizados de los grupos al margen de la ley perdieron ese momento, ellos nunca entendieron por razones del conflicto qué era esa transformación digital y ahí hay otro reto: enseñarles en qué consiste para que se puedan insertar al sistema y trabajen con fundamento en herramientas como las aplicaciones”, dijo en el pasado congreso de Andicom, David Luna, ministro de las TIC, quien agregó que hay una gran cantidad de emprendimientos en las regiones que son conocidos solo por ellos “y nosotros creemos que allí puede haber un valor agregado muy importante”.
Estas acciones van mucho más allá de cumplir lo acordado en las negociaciones de La Habana. Será la oportunidad para que el Estado tenga una presencia protagónica en regiones alejadas con vías, escuelas, hospitales, acueductos y recursos que den un impulso a decenas de municipios que hoy están aislados y donde la institucionalidad es ajena. Pero también lo que allí se logre será fundamental para reducir la inequidad social y la distancia –no solo física sino en el desarrollo– de las grandes ciudades y los ejes rurales.
Papel clave
El emprendimiento se puede convertir en un eje transversal en el desarrollo del posconflicto, donde el papel del sector privado es clave. Ya, incluso, hay experiencias que se dieron hace algunos años con la desmovilización de guerrilleros y grupos paramilitares.
“Desde la experiencia de más de 14 años generando relaciones exitosas con el sector privado, la agencia ha identificado diferentes mecanismos, que si bien no son los únicos, sí han sido los más recurrentes y los que han permitido convertir a la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN, antes ACR) en un referente en la generación de alianzas público-privadas para la construcción de paz”, explica Joshua Mitrotti, su director.
Entre los mecanismos se destaca el encadenamiento de las unidades de negocio de las personas en etapa de reinserción al proceso de valor de las empresas que se han vinculado. Como consecuencia de esta dinámica se han fortalecido más de 400 emprendimientos.
Actividades como estas pueden dar pie a un complemento relevante: generar el fortalecimiento económico de las unidades de negocio y el desarrollo de habilidades y competencias en la población, pero también son una oportunidad para las empresas en la tercerización de procesos de sus negocios.
“No se puede desconocer que el sector privado en Colombia es reconocido internacionalmente por la capacidad de desarrollar negocios rentables en entornos complejos y esa experiencia también ha sido puesta a disposición del proceso de reintegración”, dice Mitrotti.
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Los gremios también le apuestan al posconflicto. Por medio de la Estrategia Inclusiva, la Andi acompaña a las empresas a promover la creación de negocios en los que estén vinculadas las poblaciones vulnerables. En tres de los mecanismos para lograrlo se fortalecen los emprendimientos: encadenamientos, compras y distribución inclusivas.
En el primero se desarrollan proveedores en la población vulnerable y se les inserta en la cadena de valor de las empresas. En el segundo, se construyen herramientas para que estas últimas hagan sus compras a estos proyectos productivos, y en el tercero, se optimizan y fortalecen los proyectos que comercializan productos de una empresa ancla.
Según Isabella Barrios, directora de la Fundación Andi, “varias empresas en Colombia ya desarrollan este tipo de proyectos desde hace algunos años y muchas están iniciando este camino de construcción de paz a través de la inclusión. Existen ejemplos en los sectores lechero, cacaotero, confecciones, alimentos, servicios, construcción y otros”.
Por su parte, Reconciliación Colombia, con 1.500 iniciativas sociales y productivas registradas en su banco de proyectos, han accedido a recursos técnicos y financieros a través del Fondo Reconciliación Colombia, que les permiten impulsarlas y fortalecerlas.
Aún queda mucha tela por cortar en una etapa –la del posconflicto– que apenas empieza, pero ya diferentes actores le apuestan a la generación de empresa y de negocios como una herramienta para consolidar la terminación del conflicto más largo del hemisferio occidental.
360 DIGITAL - Motor social
Tendencias
Tras la finalización del conflicto armado en Colombia es una realidad que centenares de personas que dejan las armas tendrán que encontrar una nuevo propósito para sus vidas y para ello el emprendedor Juan Pablo Gaviria tiene una solución.
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Su negocio de base social se llama Experiencia Motto Dots y surgió hace cuatro años. Después de alcanzar el éxito en su carrera y tras quince años de trabajo, Gaviria, profesional en dirección y producción de televisión, decidió tomarse unos meses sabáticos y viajar por el país sin saber que en dicha aventura encontraría su propósito en la vida.
En su portal web, Gaviria relató que el viaje literalmente le cambió la vida pues se dio cuenta que “99% de las personas que cruzaban su camino tenían menos” que él, pero “todos eran más felices”.
Sin embargo, uno de los hechos que lo marcó ocurrió en los alrededores de Tumaco (Nariño), en donde les regaló colombinas a los niños y salió “feliz” porque había tomado fotografías muy bonitas.
Al llegar a Bogotá revisó las fotografías y se percató que le había tomado una fotografía a uno de los niños minutos antes de regalarle la colombina, pero “allí no se veía radiante de felicidad”.
“En su cara se podía ver el peso de la pobreza en la que vivía, sus ojos no brillaban y su ‘niñez’ no estaba por ninguna parte. Fue ahí cuando me di cuenta del inmenso poder transformador que tenemos los seres humanos con lo más pequeño”, describió.
Este fue el detonante para fundar un emprendimiento social llamado 360Digital, que a su vez ha desarrollado una metodología llamada Social Motto Dots.
Por medio de él, le ayuda a las personas a encontrar su propio motor de vida y generar acciones de cambio sencillas que contribuyen a mejorar la realidad adversa que viven las comunidades.
Social Motto Dots “es una técnica que se desarrolló para despertar la conciencia y para redefinir el concepto de ‘éxito’ y ‘fracaso’ en el paso por la vida. Promueve las condiciones necesarias para que el desarrollo del ser, su bienestar y felicidad, puedan prosperar de forma ecuánime”, afirma Gaviria.
Por medio de esta iniciativa 360Digital ha impactado a más de 1.500 personas de forma directa y 3.000 de forma indirecta desde su creación. En ella han participado familias, estudiantes, empleados de distintos sectores económicos y, por supuesto, desmovilizados de las Farc.
Y es que la paz, en palabras de Gaviria, “se construye desde el individuo y las acciones diarias que hace o deja de hacer”. Por ende, su emprendimiento promueve “un despertar de conciencia” y el inicio de la transformación de las sociedades desde el individuo.
“Cuando una persona hace lo que más le gusta en la vida, genera felicidad a sí mismo. Y si esa felicidad no se queda en él y en su círculo personal, sino que se extiende a otros, le da un mayor significado a la vida”, concluye.
DREM JOBS - Empleo para todos
Con más de 1.000 empresas suscritas y 150.000 usuarios activos en tan solo un año, una aplicación móvil está revolucionando la forma en la que las personas encuentran trabajo.
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Dream Jobs ya opera en 167 municipios del país y ha comenzado a incursionar en México con el propósito de “brindarles una solución integral a todas las personas que están en búsqueda de un empleo y que no lo han conseguido haciendo uso de los métodos tradicionales”.
La ‘app’ fue desarrollada por el experto colombiano en gestión de recursos humanos Andrés García junto con el argentino Sebastián Pérez, quien tiene una amplia trayectoria en el área de desarrollo y programación.
Los encargados de la compañía, que fundaron hace más de dos años la empresa, actualmente acompañan programas distritales para la generación de empleo como contribución de paz.
En ellos, asesoran a mujeres víctimas del conflicto a hacer una buena hoja de vida, generar valor según su perfil y las preparan para hacer una entrevista de trabajo. Además socializan con las empresas aliadas el valor de contratar personas en situación de vulnerabilidad.
Recientemente, el emprendimiento también concretó una alianza con la Secretaría Distrital de la Mujer de Bogotá con el objetivo de brindar más de 100.000 ofertas laborales para las personas sin oportunidades en la ciudad.
García comentó que próximamente esperan llegar a zonas donde el Gobierno colombiano ha adelantado iniciativas para fortalecer la cultura digital y aumentar el número de conexiones a internet.
Dream Jobs, en palabras de sus fundadores, espera convertirse en la mano derecha de las personas a la hora de realizar una hoja de vida digital que resalte sus conocimientos empíricos, así como una vitrina de oportunidades de trabajo en las comunidades con vocación agroindustrial.
REMAPAZ - Un segundo aire
Una de las iniciativas más destacadas de PeaceStartup es la organización Recuperación Medioambiental por la Paz (Remapaz), fundada por un exmilitante de la guerrilla de las Farc y un suboficial reitado del Ejército, a finales de 2014 en la ciudad de Villavicencio.
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Esta compañía se dedica a prolongar la vida útil de las llantas usadas convirtiéndolas artesanalmente en productos de jardinería, decoración, diversión y muebles para el hogar.
La idea surgió cuando uno de los socios fundadores, que trabajaba para una compañía de hidrocarburos, se dio cuenta de lo difícil que era encontrar un lugar para depositar las llantas usadas.
Conscientes del daño medioambiental que causa su abandono, surgió la idea de darle un uso artesanal. Para ello, el equipo de emprendedores se encarga de recoger el material, así como de desinfectarlo, procesarlo y armar artículos útiles con un terminado de pintura e impermeabilizantes.
Detrás de este emprendimiento está Néstor Orlando Garzón, un bogotano que se crió en la zona 19 “Ciudad Bolívar” y que se enlistó en el Ejército desde muy joven, en donde llegó a ocupar el cargo de suboficial. Junto al militar retirado está el emprendedor huilense Orlando Ordóñez, desmovilizado de la guerrilla de las Farc.
En octubre de 2014 iniciaron la investigación, capacitación y participación en el evento PeaceStartup en Villavicencio (Meta), en donde edificaron las bases de la firma Remapaz.
En la actualidad el equipo de trabajo está conformado por desmovilizados de grupos armados ilegales, exfuncionarios de la fuerza pública (legal), víctimas del conflicto, madres cabeza de familia en condición de desplazamiento y personas del común.
“Remapaz, pretende involucrar en el proyecto a aquellas personas que reúnan el perfil y deseen tener una vida digna saliendo adelante mediante el trabajo en equipo (…) demostramos con hechos y mediante el ejemplo la verdadera reconciliación y paz”, concluyen sus fundadores.
INCIDE - Vamos a dialogar
Con el objetivo de mejorar la calidad de los debates que se realizan en las universidades y que las personas resuelvan sus problemas mediante el dialogo, se creó Incide, iniciativa fundada por Carlos Felipe Parra, Íngrid Rodríguez, Luisa Salazar Escalante y Ana María Diez, quienes participaron como estudiantes en el equipo de Debate de la Universidad del Rosario y luego decidieron emprender un proyecto autónomo.
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Una de las líneas de trabajo de este emprendimiento es la ‘Liga Colombiana de Debate’, la cual definen como una metodología educativa que les permite a las personas adquirir habilidades de argumentación, escucha activa, persuasión, toma de notas, investigación y liderazgo.
Parra explica que este producto, adquirido por colegios, universidades y organizaciones de jóvenes en Colombia, fomenta la tolerancia y contribuye con la construcción de paz desde la base de la educación.
El año pasado esa compañía también presentó la iniciativa ImPacta, una herramienta especializada en abordar conflictos interpersonales mediante el juego, que ha sido utilizada en hogares infantiles, cárceles, colegios y zonas afectadas por el conflicto.
En el marco del posconflicto colombiano, la compañía prevé lanzar el servicio ImPacta- Digital, con el objetivo de promover una cultura de resolución pacífica de conflictos en redes sociales.
APIARIOS LABONANZA - Luna de Miel
Cuando hace una década Carlos Julio Bernal y Alejandra Walteros se conocieron “hubo química”. Pese a que hicieron parte del conflicto interno desde orillas opuestas: él como miembro de un grupo armado y ella como desplazada, y a los “temores” propios de un entorno violento, construyeron un equipo que le dio vida a un proyecto productivo y a una familia.
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Procedentes del departamento de Caquetá, él iniciando un proceso de reinserción a la sociedad, y ella como migrante, coincidieron en Bogotá en las aulas del Sena donde estudiaban sistemas. Con el apoyo de la Agencia Colombiana para la Reincorporación y Normalización (ARN) que les entregó un capital semilla de $8 millones montaron un negocio con el que no llegaron muy lejos.
“El proyecto productivo lo pasé por cabinas telefónicas e internet, pero no nos dio resultado. Entonces, empecé a comentarle a Alejandra que en mi infancia mi papá me había enseñado a trabajar con abejas, pero no le había puesto cuidado e interés. Ella me aconsejó que debíamos trabajar en eso y cambiar el proyecto”, explica Carlos Julio.
Así nació Apiarios La Bonanza, empresa que produce y comercializa productos de apicultura como miel de abejas, jalea real y propóleo, entre otros. Cuenta su cofundador que, junto con su hoy esposa, iniciaron trabajando con dos cajoncitos de abejas y luego de ocho años en el mercado, en la actualidad cuentan con 80 colmenas distribuidas en las casas de amigos y familia en Boyacá, Huila, Tolima y Santander.
“Ahí vamos, poquito a poco”, reseña Carlos Julio, quien cuenta que han recibido capacitación para fortalecer la parte administrativa y financiera de su empresa. Participaron en ‘Una ventana para soñar’, primera feria virtual de emprendimiento, que les ha permitido viajar y estar presentes en encuentros.
Hoy, su negocio y su familia crecen. El año pasado, la empresa registró crecimiento en sus ventas de 20% y en un futuro no muy lejano, Carlos Julio la visualiza como “una de las mejores del país” en este sector. Este proyecto de dos sobrevivientes del conflicto es una luna de miel.
PEACE STARTUP - Un propósito de vida
Foto: Julian Ballesteros, Cofundador de Peace Startup y CCO de Value4Chain y Claudia Patiño Cofundadora de Peace Startup y CEO de Value4Chain
Una de las iniciativas más interesantes del país en materia de reconciliación es PeaceStartup, un movimiento global a cargo de las organizaciones Business and Human Rights (BHR) y Value4Chain que busca solucionar desafíos en escenarios sociales complejos.
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Ambas entidades promueven eventos de emprendimiento en los cuales equipos multidisciplinarios se reúnen para “crear soluciones a retos concretos que tienen las zonas de conflicto y posconflicto”.
Así lo explicó Juan Andrés Cano, uno de los cofundadores de PeaceStartup y director ejecutivo de Value4Chain, quien define a esta actividad como un ejercicio de “coinnovación”. Un concepto en el que ha trabajado de la mano con María Prandi, también cofundadora de PeaceStartup y directora de BHR.
Uno de sus eventos, sobre emprendimiento y construcción de paz, fue en Zúrich (Suiza), en el marco de la conferencia internacional Build Peace. Allí Julián Ballesteros, también cofundador y director de la iniciativa, realizó un taller para los asistentes de 17 países. “Dimos algunas pistas sobre cómo los escenarios de problemáticas sociales, como el posconflicto en Colombia, pueden convertirse en oportunidades de innovación y de generación de emprendimientos tecnológicos sostenibles en diferentes lugares del mundo”, explica Ballesteros.
Cano agrega que “el emprendimiento cumple un papel estructural en la economía actual en todo el mundo” en la medida en la que estas pequeñas y medianas empresas contribuyen en el empleo y la generación de valor.
Y agrega que las oportunidades que brinda el emprendimiento “serán reales y aportarán al posconflicto, si entendemos los retos de construcción de paz, así como las vocaciones productivas de los territorios en Colombia y creamos soluciones tecnológicas acordes con nuestro entorno”.
VHERA LUCCI - Florece la esperanza
Además, el emprendimiento ha conformado un canal de venta directa en donde los consultores (también conocidos como ‘pioneros’ Vhera Lucci), son personas profesionales, amas de casa, campesinos, estudiantes universitarios, entre otros.
“En el futuro se pretende aumentar y diversificar la cantidad de comunidades y regiones con las que se trabaja, como los indígenas emberá dobidá y embera eyabida, localizados en el Urabá chocoano y antioqueño respectivamente”, añadió.
También prevén beneficiar a otras comunidades en los departamentos del Cauca, Tolima, Cundinamarca, Vichada y Boyacá que están produciendo Sacha Inchi y otros productos agrícolas orgánicos bajo el modelo de asociaciones.
Es así que en la más reciente de sus campañas comerciales han decidido contar con Ana Pacheco como modelo, una de las cientos de mujeres que se han desmovilizado de la guerrilla de las Farc para comenzar una nueva vida.
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