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EMPRENDIMIENTO
Emprendedores usan tecnologías emergentes para evitar el fraude
Una cúpula de emprendedores colombianos trabaja en el uso de tecnologías emergentes para validar y administrar identidades y combatir así prácticas fraudulentas.
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Dicen en la firma Grand View Research que el mercado de la gestión de identidad llegará a los US$24.120 millones para 2025 y pronostica que podría duplicarse si se incluyeran las proyecciones de validación de antecedentes.
Con la proliferación de aplicaciones en las que cualquier anónimo puede crear una cuenta, las compañías que tienen entre sus responsabilidades asuntos como la seguridad y el manejo de dinero se han tomado en serio la fuerte tendencia de identificar quienes están detrás de la pantalla. Para ello usan inteligencia artificial y analítica cruzando bases de datos públicas y dando recomendaciones de alta precisión.
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En Colombia hay varios emprendedores que trabajan en ello y que logran la rentabilidad con rapidez, pues no requieren de altas cargas operacionales para expandirse, aunque se han enfrentan una odisea: encontrar talento para los nuevos desafíos del mercado.
Según cálculos de Fedesoft, en el país el déficit de profesionales en el área de sistemas y de desarrolladores de software estaría cercano a los 70.000 este año.
Estos son puestos de trabajo bien pagos, en comparación con otras profesiones, y estos emprendedores los están buscando.
Con los antecedentes
El caleño Daniel Bilbao trabaja día y noche con la obsesión de lograr que su equipo esté preparado para los desafíos de la economía del futuro.
Este ingeniero electrónico, que tiempo atrás fue nadador de alto rendimiento de las selecciones Valle del Cauca y Colombia, es un apasionado del mundo de las start-up.
Tras trabajar en banca de inversión en Wall Street, se movió a la costa oeste de Estados Unidos, donde fue uno de los primeros empleados de una empresa de base tecnológica que vio crecer y quebrarse.
De ahí aprendió aciertos y errores que le sirven de base para Truora, que fundó junto a sus socios David Cuadrado, César Pino y Maite Muñiz. Además de combatir el fraude, estos emprendedores piensan en cómo pueden aportar para que la región pueda avanzar.

El talento humano es clave. En Colombia hay mucho y disponible, dice el fundador de Truora.
Truora hace background checks (o verificación de identidad), sirviendo a plataformas como las de transporte, que necesitan validar que los conductores que se inscriban no tengan multas o que sean buscados por hacer parte, por ejemplo, de una banda criminal. Además, hacen gestión de identidades, reconocimiento facial y tecnología OCR.
Básicamente buscan que la validación de antecedentes criminales, legales, vehiculares, de un potencial empleado o cliente, esté al acceso de todas las empresas.
En un tablero personalizado, los usuarios pueden ver un resumen de alertas en todos los rubros relevantes, lo cual les permite tomar una decisión en instantes.
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Este tipo de soluciones las usan empresas como Rappi, para validar a sus ‘rappitenderos’ o Uber, para hacer lo mismo con sus conductores.
La plataforma, que soporta más de 10.000 chequeos por hora, está comandada por un personal de ‘ingenieros primero’, en el que el equipo de desarrolladores y de tecnología es mayor al de cualquier otra área de la compañía.
“En Latinoamérica hay mucho talento, gente con mucha capacidad técnica para hacer tecnología, pero si no tienen las oportunidades de hacer tecnología de punta, no se desarrolla. Para un ingeniero egresado de una universidad estadounidense o una buena colombiana, quizás muchos conocimientos son los mismos, pero a la vuelta de 5 años el que se fue para una compañía tecnológica grande le da cinco vueltas al otro, porque va en escala”, expresa Bilbao.
Por eso enfatiza que la base de esta empresa ha sido desarrollar tecnología de punta, al nivel de cualquier compañía basada en Silicon Valley. Aunque Truora tiene oficina en San Francisco (Estados Unidos), el grueso de sus operaciones están en Cali y en Ciudad de México.
“Vimos que en Cali hay mucho talento y las oportunidades no existen. Cuando pones a trabajar a una persona talentosa en tecnología de punta y le enseñas lo mejor, le cambias la vida”, relata.
Esta empresa de base tecnológica fue fundada en julio de 2018 y sin haber completado el año, tiene operaciones en tres países; Brasil será su próximo destino. “Apenas estamos arrancando, nos expandiremos a todas partes”, cuenta el CEO de Truora, que inició con recursos propios y ya salió a buscar inversión.
Hoy son un equipo de 34 personas, de los cuales 24 son ingenieros, entre ellos 6 ingenieras. Pero están en la búsqueda de 50 ingenieros más para unirlos al grupo.
Daniel Bilbao, que además es consejero y miembro de juntas directivas de varias start-up, hace un llamado a Colombia, un país que –dice– tiene una “oportunidad muy buena” de ser knowledge economy. Según él, se necesitan más ingenieros de sistemas y desarrolladores de software de alto nivel.

Para NativApps, el impulso llegó cuando fue escogida por Jumio para ser su punta de lanza en Latinoamérica.
Por el talento
El cartagenero Gustavo De La Vega se conectó con un nuevo mundo desde el año pasado, cuando Jumio, que se dedica a la verificación de identidad, escogió a su empresa NativApps como su socio de entrada a América Latina. Jumio entró este año como una de las 30 compañías más innovadoras del mundo, según la revista Fast Company.
A partir de ese acuerdo, verificaciones de transacciones y procesos para compañías como Airbnb, WeWork, United Airlines o Coinbase se están haciendo desde un Centro de Verificación de Identidad que, con una inversión inicial de US$5 millones, opera desde Barranquilla.
De acuerdo con De La Vega, el primer año de esta apuesta ha dado “excelentes resultados”, que llevarán a que la compañía aumente su inversión en Colombia, ampliando sus instalaciones con áreas distintas a la de operaciones, como servicio al cliente, calidad, soporte y legal, entre otras.
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En el marco de ese crecimiento, dieron apertura a nuevos espacios para la recreación y el esparcimiento de los empleados. Desde el principio, tienen un récord en comparación con las operaciones de Jumio en otras partes del mundo: haber construido en 900 metros cuadrados una operación de 400 personas en 52 días.
Pero nada de esto hubiera sido posible si Gustavo no hubiera fundado en 2012 NativApps, un foco de tecnología en el Caribe colombiano, industria a la que este emprendedor ha servido desde 2003.
En sus inicios se enfocaban en el desarrollo de aplicaciones, pero el negocio se transformó, convirtiendo la organización en una empresa de tecnología en el negocio de talento.
El negocio de desarrollo de software, según cuenta, requería de mucho capital y tiempo para poder posicionar los productos en el mercado. Financiaban los proyectos vendiendo ese servicio a la medida. En menos de 24 meses hicieron un análisis estratégico y transformaron la compañía.
Como tal, NativApps presta tres tipos de servicios; You Manage, en el que los clientes solicitan perfiles específicos para aumentar el equipo de desarrolladores, donde los proveen y el cliente los administra; We Manage, un servicio con el que las organizaciones que necesitan construir productos digitales desde cero, ellos proveen y administran el equipo completo, y finalmente Co Manage, diseñado para empresas de tecnología que desean invertir y tener presencia directa en Colombia.
Cuentan con desarrolladores en Colombia y Brasil, para atender los mercados de Canadá y Estados Unidos, de donde provienen cerca de 90% de sus ventas, mientras que 10% restante es el mercado interno.
“Aspiramos a continuar creciendo más de tres veces en promedio por año, como lo hemos hecho durante los últimos cuatro años”, pronostica De La Vega, quien con su alma emprendedora hizo dos spin-off.
El primero es una agencia de marketing digital llamada de The Orange Lab, especializada en la creación de contenidos y el segundo es un operador de educación virtual, denominado Walá.
Además, es el cofundador y CTO de CargoApp, una plataforma tecnológica especializada en logística que conecta toda la cadena de valor del transporte terrestre de carga, desde el generador hasta el camión.
Así mismo, es inversionista ángel de AskingRoom, plataforma para estudiantes de colegio, en la que padres de familia encuentran los tutores en línea para potencializar el aprendizaje de sus hijos.
En total lidera cerca de 600 colaboradores y espera generar al menos 4.500 nuevos empleos en los próximos cinco años.
“Hoy somos la empresa de los empleados felices donde nuestros clientes encuentran el mejor talento para desarrollar sus productos digitales”, puntualiza.
