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Doña Nydia Quintero de Balcázar sigue completamente dedicada a la fundación que creó en 1975

homenaje

La caminante

Este año se cumple el trigésimo aniversario de la Caminata de la Solidaridad. Su creadora, doña Nydia Quintero, sigue tan pendiente como siempre de este representativo evento.

26 de julio de 2008

Con las emociones a flor de piel, así vive doña Nydia Quintero de Balcázar. Mientras habla y gesticula, le brillan los ojos, a veces de tristeza, a veces de entusiasmo. Su risa es contagiosa. Recapitula y recuerda innumerables datos con una memoria envidiable. A sus 78 años ha tenido oportunidad de viajar por el mundo, de conocer como pocos la geografía colombiana y de seguir tan activa como hace tres décadas, cuando comenzó el gran proyecto de su vida, La Fundación Solidaridad por Colombia. "Me meto en todo, mijita", asegura con un guiño de picardía después de confesar que todavía dedica todo su día a trabajar en la fundación.

Sobre todo en la últimas semanas ha estado muy dedicada a la organización de la Caminata por la Solidaridad, pues este año se celebra el trigésimo aniversario de este evento, sin duda uno de los grandes acontecimientos del calendario bogotano. Doña Nidia realizó la primera marcha en 1978, pocos días después convertirse en primera Dama, cuando se posesionó su entonces esposo, Julio César Turbay, como Presidente de la República. En esa oportunidad buscaba recoger fondos para construir una panadería que sirviera como fuente de empleo para un grupo de personas de escasos recursos de la capital. Fue tal la acogida, que decidió convertirla en un suceso anual en el que junto a artistas, músicos, actores, reinas de belleza y deportistas, la ciudadanía aportara fondos para los proyectos de la fundación Solidaridad por Colombia, creada tres años antes.

Además del apoyo a damnificados de catástrofes, la fundación se ha destacado por su programa Jóvenes Solidarios, que otorga ayudas económicas para que puedan estudiar el bachillerato, y las becas Diana Turbay, que ya han beneficiado con estudios superiores a 465 de ellos.

A pesar de ser una víctima de la violencia, que le arrebató a su hija Diana en enero de 1991, la tristeza no le ha robado la esperanza. "El mayor alivio es que podemos perdonar", asegura doña Nydia, quien siempre se ha aferrado en su fe para seguir adelante. "Le doy gracias a Dios de que ella no hubiera sufrido 10 años de cautiverio como otros tantos secuestrados". Y hoy asegura que su hija, quien la ayudó a fundar esta organización en los años 70, vela por ella como un ángel de la guarda.

Se mueve dentro del mundo político como pez en el agua y aunque muchos la han invitado a participar activamente, ella siempre se ha negado. Antes de dedicarse de lleno a la labor social disfrutaba jugando bridge y golf, pero los dejó por falta de tiempo. Porque nada le produce más emoción que ver a progresar a las personas que ha ayudado, como le sucedió la semana pasada luego de hacerse unos exámenes médicos. "Una muchacha salió a perseguirme y me llamaba. Había sido una Joven Solidaria y me contó que ahora está haciendo una especialización en pediatría", contó a SEMANA con los ojos aguados y la voz temblorosa. Y el 31 de agosto volverá a recorrer la ciudad rodeada de comparsas y color, vitoreando por aquellos que necesitan ayuda. Como dijo el poeta Antonio Machado: "Golpe a golpe y verso a verso... se hace camino al andar".