Hace algunos años una ex conejita trató de acabar con el mito de Hugh Hefner: "Él no es un buen amante. Parece un pez muerto en la cama", escribió Izabella St James en su libro Bunny Tales. "Espero que las mujeres no pretendan que ahora, en mis ochentas, sea genial. Creo que al saber con cuántas me he acostado, son ellas las que se preocupan por lucirse", respondió el creador de Playboy.
No es fácil acabar con una leyenda de más de medio siglo: la de un hombre que se ha dado el lujo de vivir en bata de seda rodeado de rubias (hasta hace poco tuvo siete novias, según él, una para cada día de la semana gracias al viagra), en una mansión de 30 habitaciones, con un letrero en el que se lee "Conejitas jugando". "Esto es lo que Dios habría hecho si hubiera tenido plata", dijo Peter O' Toole, uno de sus huéspedes.
Una nueva biografía presenta al eterno playboy no sólo como un excéntrico Casanova, sino como una figura clave del siglo XX. " Fue pionero de la revolución sexual en medio de las restricciones culturales tradicionales de la época", dijo a SEMANA Steven Watts, autor del libro Mr. Playboy: Hugh Hefner and the American Dream. Para él, basta recordar que antes de que la revista cobrara fuerza, las comedias de televisión solían mostrar las parejas de esposos en camas separadas. "Además, generó una revolución del consumo, que en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial redefinió la búsqueda de la felicidad", agrega. El glamoroso hombre promovido por Playboy era el que en vez de comprar un "congelador para el garaje", gastaba en un "auto deportivo y en un buen vino".
Hefner, quien estudió sicología, reconoce que empezó a perseguir ese "sueño americano" como una rebelión a la vida que tuvo en sus primeros años en una familia fría, puritana y metodista de Chicago. "Mi madre no me besaba para no transmitirme bacterias", cuenta. Su brillante desempeño académico, con un coeficiente intelectual de 152, no era proporcional a sus logros románticos. Era un joven tímido, que sudaba y tartamudeaba ante las mujeres. Pero como su pasatiempo favorito era ver películas, decidió reinventarse inspirado en Cary Grant y Fred Astaire. Hefner ha revelado que así perdió la virginidad a los 22 años con su primera esposa, la madre de sus dos hijos mayores.
Como dato curioso, Watts cuenta que la madre de Hefner, pese a sus creencias, le ayudó a financiar los 8.000 dólares con que empezó la revista en 1953. Con 500 dólares él compró los derechos para usar una foto de Marilyn Monroe desnuda, tomada para un calendario antes de que fuera famosa. La publicación se convirtió en todo un fenómeno que superó a otras como Esquire (donde Hefner había trabajado), y en los años 60 y 70 llegó a tener una circulación de siete millones de ejemplares. Por sus páginas han pasado rubias anónimas y celebridades como Sofía Loren, Raquel Welch, Ursula Andress y Brigitte Bardot. Y siempre ha habido espacio para plumas como Gay Talese, Ian Fleming, Jorge Luis Borges y Vladimir Nabokov, pues Playboy ha sido una revista de alto nivel intelectual.
Quizá porque Marilyn fue su amuleto de la buena suerte, él espera que también lo sea en la otra vida. Aunque a sus 82 años se siente vital, ya tiene preparada su tumba al lado de la de la diva, en el Westwood Cemetery de Los Ángeles. En la actualidad su imperio Playboy Enterprises es dirigido por su hija Christie, e incluye casinos y programas de televisión. Pese a que la revista perdió terreno con el auge de otras más explícitas como Hustler y Penthouse, la pornografía en Internet terminó quebrando a estas, mientras que Playboy logró sobrevivir. Hoy vende unos dos millones y medio de ejemplares.
No todo ha sido diversión para Hefner. En 1975 fue investigado porque su asistente y antigua amante Bobbie Arnstein se suicidó después de ser acusada de un delito relacionado con drogas. Cinco años más tarde, la playmate Dorothy Stratten fue asesinada por su esposo, tras descubrir que le era infiel con Peter Bogdanovich, director de cine amigo de Hefner, quien luego lo culpó de lo sucedido.
Según Watts, la fama de insaciable de Hefner no es exagerada. En una oportunidad casi pierde la vida atorado con un juguete sexual. Relata que en una fiesta en diciembre de 1961 llevó a su cama a 11 de las 12 mujeres que habían sido carátula de las revistas ese año. Su gusto por vivir experiencias lo llevó a hacer orgías e intercambio de esposas con su hermano y a tener un encuentro homosexual. También cuenta que en ocasiones cuando estaba ocupado con una conquista y otra conejita le llegaba de sorpresa, "sus asistentes tenían que apagar la música en la mansión como señal de aviso". Y él siempre les exigía a sus mujeres fidelidad pero sin recibirla de su parte.
Barbi Benton fue su favorita durante ocho años. Cuenta que cuando 'Hef' empezó a hacerle insinuaciones, ella le dijo que nunca se había acostado con alguien mayor de 25 años. "Qué curioso, yo tampoco", le respondió él. Ni el infarto que sufrió en 1985 lo hizo abandonar su estilo de vida. A sus 63 años se casó con la playmate Kimberley Conrad, de 26, y luego de una década juntos y dos hijos, regresó a sus andanzas de soltero. Esto es, a convivir con acompañantes a las que pasaba una mesada de 1.000 dólares semanales, además de regalarles carros y cirugías plásticas. Todo, siempre y cuando cumplieran con el "toque de queda", la obligación de estar en casa a las 9 de la noche.
Hasta hace poco vivía con tres rubias: Holly Madison de 28 años, conocida como su novia número uno, con la que compartía su habitación; Bridget Marquardt, de 35, y Kendra Wilkinson, de 23. Ellas se hicieron famosas gracias al reality The Girls Next Door, uno de los programas más populares del canal E! que muestra su vida juntos en la mansión Playboy. Pero recientemente Madison y Wilkinson confirmaron los rumores de que su relación con Hefner había terminado. La primera dijo que después de varios intentos fallidos para tener un hijo suyo, prefirió alejarse. Algunos medios han especulado que ahora tiene un romance con el reconocido ilusionista Criss Angel. Otros hacen chistes diciendo que el trío fue despedido como parte del recorte de personal porque las acciones de la empresa han caído en los últimos meses. "Si Holly dice que se acabó, se acabó. Pero, como lo he dicho antes, ella es el amor de mi vida y me gustaría pasar el resto de mis días a su lado", dijo Hefner en una entrevista con US Weekly. Según Watts, ella cumplía el papel de "esposa, mamá y amante a la vez".
Mientras tanto, Hugh Hefner sigue dando rienda suelta a su sueño, al escoger cada mes a quien estará en la portada de su revista. Porque, como él mismo dice, "el trabajo me mantiene joven". Si sigue así, quizá viva los 101 años de su madre, quien antes de morir le pidió perdón por haber sido tan dura con él. "Mamá, lo hiciste bien, le respondió. Mira qué vida tengo".










